Por: Manuel José Alas Acevedo
DESTRO Adriana – PESCE Mauro,
La muerte de Jesús. Investigación de un
misterio, Editorial Verbo Divino, Estella (Navarra) 2015.
Colección: Agora, n.
37.
ISBN: 9788490731796.
395 páginas.
Adriana
Destro es profesora de Antropología Cultural en la Universidad de Bolonia y ha
publicado varias obras sobre antropología de Oriente Medio y sobre antropología
de las religiones, especialmente sobre el judaísmo antiguo y sobre el cristianismo
naciente.
Mauro
Pesce es catedrático de Historia del cristianismo en la Universidad de Bolonia,
es un biblista que destaca por sus investigaciones sobre la exégesis
neotestamentaria y sobre las relaciones entre ciencia y teología en el siglo
XVII.
Ambos
emprendieron un estudio conjunto de la interpretación histórica y antropológica
de los orígenes del cristianismo.
Tesis central del libro
El
libro que estamos considerando, La muerte de Jesús. Investigación de un
misterio, desarrolla como tesis central: el impacto que tuvo sobre sus
seguidores la ejecución de Jesús y las respuestas que se dieron ante su
muerte.
Articulación
del texto
El libro consta de diez capítulos y una
conclusión. El capítulo uno empieza abordando la vida de Jesús, como una
historia que comienza al final, es decir, se trata de presentar el contexto
donde vivió Jesús, un hombre que viene de Galilea y que tiene un modo peculiar
que lo distingue de otros maestros. Un hombre que era capaz de identificarse
con el imaginario de quienes le apoyaban, de comprender sus aspiraciones más
profundas y de convencerles de que serían satisfechas sus necesidades (pg., 25).
En el capítulo dos los autores abordan el tema de los discípulos, ellos
lo titulan: Cosecha y pesca abundante. Y
el «céntuplo» en el Reino. Se manifiesta la vida de los compañeros de Jesús,
es decir de sus seguidores, los cuales se convertirán después de su muerte en
los responsables de interpretar su memoria y en los destinatarios del misterio
del reino de Dios.
Por otro lado, en el capítulo tres, se pone de manifiesto el mensaje: inversión radical del mundo y la hostilidad que suscitaba. Así,
todo el esfuerzo de Jesús se presenta imbuido por el deseo de que Dios transformará
el mundo (pg. 73). Sin duda alguna todo esto provocó en Jesús un rechazo que
desembocó en la muerte en cruz.
Ahora bien, en el capitulo cuatro los autores se dedican analizar sobre
las previsiones de la muerte. Se hace énfasis en la persecución que empezó a
vivir Jesús, no obstante se sostiene acá que Jesús no previó su muerte o su
final, él rehusó incluso ha ser asesinado con un tipo de muerte en cruz. Siguiendo
esta misma secuencia, el capítulo cinco trata de manifestar el conjunto de
enemigos de Jesús, haciéndose una distinción entre los que polemizaban con él,
los que rechazaban su mensaje y los que decidieron matarle, es decir, una cosa
es la crítica que surgía en torno a él; otra, la intención de condenarle a la
pena capital, y otra, la ejecución de la condena (pg. 37).
Ante la muerte de Jesús, el capítulo seis trata sobre el entierro, con
la pregunta ¿Quién se ocupó del cuerpo muerto de Jesús? En este episodio, se
analiza a través de distintos textos de los Evangelios las diferentes personas
que entraron en escena a la hora de enterrar a Jesús, concluyendo que: no hay
motivos para dudar de que alguien sepultará a Jesús. Por otro lado, el capítulo
siete pone de manifiesto la muerte violenta del líder, para decir que: frente a
la ejecución inesperada y degradante, que había extinguido todas sus
esperanzas, los seguidores se vieron obligados a interrogar sobre la vida de su
líder, abriéndose así camino a una celebración sobre lo que ha sido su figura.
Así, en el capítulo ocho se hace mención a la interrupción de la gran
esperanza. Las nuevas expectativas. Una reformulación de la vida de Jesús, en
vistas a dar sentido a su muerte, hasta el punto de hablar de un retorno a la
tierra.
El capítulo nueve, se detienen a analizar los lugares y grupos donde se
conservó, se reelaboró e interpretó la memoria de Jesús, su líder, para
proponerla en la sociedad en que se encontraban, como una praxis
transformadora. Siguiendo esta misma secuencia, el capítulo diez es dedicado a
analizar sobre la investigación de la razón de la muerte, ya que después de más
de cincuenta años de interrogantes y de explicaciones, los relatos escritos
trazan nuevos horizontes.
El autor concluye que Jesús no quería morir. Su propósito era preparar la entrada de los
hombres en el Reino divino: deseaba que el mundo cambiara y que llegara cuanto
antes el Reino de Dios. Cuando fue condenado y crucificado, muchos de sus
seguidores no lo entendieron. Su muerte fue para ellos el inicio de algo
imprevisto y desconocido. Ya que habían experimentado y compartido el estilo de
vida de su maestro, asistieron a las polémicas que tuvo con sus enemigos y
fueron acogidos por muchos otros. Así, con el paso del tiempo, se dieron cuenta
de que la actividad y la predicación de Jesús provocaban la hostilidad de los
detentores del poder y de las autoridades. Jesús estaba de parte de los pobres,
denunciaba las riquezas como enemigas de Dios.
Finalmente, después de su muerte,
los seguidores reinterpretaron la muerte rápida e infame de su líder. La
exaltaron para iluminar la memoria y la voluntad de seguir adelante, la
consideraron parte de su mensaje y transformaron la derrota en una nueva
espera.
Valoración
crítica o impresiones personales
La lectura de este libro, nos ayuda a tener una mayor compresión
sobre el misterio de la muerte de Jesús, en cuanto no se puede concebir la
muerte de Jesús como un mero sacrificio expiatorio, sino como consecuencia de
un estilo de vida sin precedentes. Su forma de vivir a Dios y su confrontación
con los poderes religiosos y políticos hizo de él una persona excepcional y
hasta cierto punto, incomprensible; tanto así que lo asesinaron para quitarlo
del camino y así poder terminar con su proyecto.
Por otro lado, también
se valora cómo los primeros seguidores de Jesús dieron a su muerte una
interpretación novedosa, o sea, un nuevo significado. Cómo la derrota de su
muerte se transformó en victoria hasta tal punto que sus seguidores corrigieron
todo lo que ellos no comprendían o no aceptaban.
En definitiva, es
lamentable como se dice en el libro, que debido a esta interpretación que
dieron los primeros seguidores, se terminara ocultando y transformando lo que
en realidad había sucedido en la muerte de Jesús, cosa que aun no se ha superado,
a pesar de los esfuerzos que se están haciendo de parte de las distintas ramas
del saber. A un se sigue afirmando que la muerte de Jesús únicamente se puede
interpretar como un hecho meramente expiatorio de orden soteriológico.
Algunas citas del texto
“Las propuestas de Jesús eran claras y sus oyentes comprendían
totalmente el sentido profundo de sus palabras, ya que nunca hablaba en
abstracto” (pg. 22)
“Jesús era percibido como un peligro por las instituciones,
exactamente como el Bautista. Su actividad, sin duda, resultaba
desestabilizadora, indirectamente” (pg., 84)
“Si Jesús hubiera previsto su muerte, sus seguidores habrían
debido de estar preparados; sin embargo, no lo estuvieron, y tuvieron que darse
una explicación. La muerte les pareció un hecho absurdo” (pg. 125)
No hay comentarios:
Publicar un comentario