Por Marcos Hernández Panameño
NAVARRO PUERTO
Mercedes, Jesús y su sombra. El mal, la
sombras, lo desconocido y amenazante en el evangelio de Marcos.
Editorial Verbo Divino,
Estella (Navarra) 2017.
Colección: Estudios
Bíblicos, n. 60.
359 páginas.
ISBN: 978-84-9073-301-1.
Mercedes NAVARRO PUERTO (Jeréz, 1951), Mercedaria de la caridad,
ha enseñado Sagrada Escritura y Psicología de la religión en la Universidad
Pontificia de Salamanca. Actualmente es directora general para el área hispana
del proyecto editorial “La Biblia y las mujeres”, editado por Verbo Divino. En
esta editorial ha publicado entre otros: Ungido
para la vida. Exégesis narrativa de Mc 14,3-9 y Jn 12,1-8 (1999); Marcos (GLNT1, 2006); en coedición con
Irmtraud Fischer, La Torah (LBLN1,
2010).
La tesis central del libro
En el libro Jesús y su
sombra, aplica el concepto de sombra que encontramos en Carl Gustav Jung,
así como aparece en la figura narrativa de Jesús del Evangelio de San Marcos.
Según la autora, hay sombras positivas y sombras negativas y con
ello se percibe la dimensión sombría que
está en el trasfondo del evangelio y lo atraviesa de parte a parte, sombras
personales e impersonales, sombras positivas y negativas, que proceden de
actores concretos o de la familia, grupos e instituciones.
Articulación del libro
El libro consta de cinco partes. En la primera parte, la autora
trata las Cuestiones metodológicas,
en la cual introduce la idea que marcará la temática principal del libro: la
luz no es concebible sin la oscuridad o sin la sombra, ya que existe una
estrecha relación entre ambas. Es claro que hay sombras en el evangelio, pues
en él están más patentes las obras del mal, a pesar de que la luz vence a las
tinieblas en su forma más radical: la vida, la resurrección de Jesús, ante y
contra la muerte ignominiosa.
Como parte de su actividad metodológica, la autora se sirve de los
criterios y categorías psicológicas, muchas de ellas elaboradas por los
estudios de Carl Gustav Jung. De este autor toma la idea de “sombra”, que parte
de una experiencia personal en su relación con el inconsciente, pues dice:
“sombra es todo aquello que yo desconozco de mí mismo” (pág. 21) y explica que
la sombra es el “aspecto negativo de la personalidad, la suma de todas las
cualidades displacenteras o incómodas que nos gusta esconder, junto con las
funciones subdesarrolladas y los contenidos del inconsciente personal” (pág.
21).
La sombra, nos dice, es un mecanismo psicológico de la proyección
que nos permite establecer un primer contacto con la propia sombra y, en el
caso de los demás, intuir mediante un trabajo de interpretación cuáles son los
contenidos de la propia sombra. Frase importante de Jung es: “la integración de
los contenidos inconscientes es un acto individual de realización, comprensión
y valor moral; es una tarea muy dificultosa que exige un alto grado de responsabilidad
ética. Solo de un número de individuos relativamente reducidos cabe esperar la
capacidad para un logro semejante” (pág. 22). Entonces, la autora basa su
estudio en este principio, ya que Jesús supo lograr esa integración de una
manera asombrosa y lo irá recalcando en todos sus comentarios.
Resalta, además, la tarea que ella denomina “interpretativa”, ya
que los textos del evangelio de Marcos, son escritos en contextos históricos
determinados y muy diversos entre sí que exigen la contextualización: “Cuando
se contextualiza, ya se trate de un texto, de un acontecimiento o de una
persona, es imposible no interpretar” (pág. 19). A lo largo del libro utiliza
bastantes conocimientos de hermenéutica. La autora aclara que el significado
del mal y las sombras es plural.
En la segunda parte, El
texto como dato: análisis lexicográfico y panorámico del mal, lo malo y los
malos en Marcos, realiza la apreciación de lo que se considera el mal en el
evangelio, específicamente el pecado, Satanás, Belcebul, los demonios y
espíritus impuros, personificaciones del mal y los malos. Se presenta la figura
de Belcebul como personificación del mal, el acusador y adversario de Jesús,
quien lo pone a prueba, sobre todo en el desierto, pero Jesús, aun siendo
afectado por esas sombras y las suyas propias, sale victorioso, pues es
consciente que él es la luz. Luego, se hace constante referencia en el libro a
los daños en las personas y a las personas, es decir, de las enfermedades, los
males morales y endemoniados. Estas serán manifestaciones y expresiones de las
sombras del mal con las que Jesús se irá enfrentando a lo largo del evangelio.
Se hace mención también de otros males morales como lo son los
legalismos, la hipocresía, homicidios, codicias, perversidades, adulterios,
envidia, fraude e incluso insensatez. En esta línea, la autora hace comentarios
de diversas secciones del evangelio, quizá los más significativos, para
subrayar aspectos negativos de las sombras; por ejemplo: discusiones con los
fariseos y saduceos (quienes le ponen trampas en muchas ocasiones), las
reacciones negativas de sus discípulos en muchos momentos; curaciones y
sanaciones, cuestiones difíciles como el divorcio y el adulterio, las
discusiones con autoridades, etc. Además de sufrir grandes desilusiones como la
traición de Judas y las negaciones de Pedro.
En la tercera parte, Jesús y
su sombra en el evangelio de Marcos, remarca la idea que Jesús es un hombre
con sombra, pero se percibe la manera cómo Jesús maneja la de muchos personajes
que pueblan el relato. Desde el relato del bautismo, como experiencia cumbre de
la actividad pública de Jesús, en el que Jesús se percibe a sí mismo
vulnerable, hasta sumergirse en la oscuridad de la experiencia del desierto, se
presenta un Jesús transformado y radiante. De tal manera que la autora quiere dejar
entrever que Jesús, para luchar contra las sombras del mal, y las sombras de
los demás, tuvo que vivir la experiencia de luchar contra sus propias sombras y
aprender a dominarla. Por eso, en cada escena en la que se presenta Jesús, sabiéndose
muy humano e Hijo de Dios, sabe vencer el mal y las sombras.
En esta parte, que es la más extensa, sobresale la forma como se
perciben los doce apóstoles en torno a Jesús, específicamente en la llamada de
los discípulos, la tempestad calmada y la transfiguración. También cabe destacar
el lugar que la autora da a las mujeres, que pasan la mayoría del tiempo en las
penumbras del texto evangélico; sin embargo, a ellas les da un papel
preponderante en los diferentes encuentros que tiene Jesús con ellas,
especialmente, la unción en Betania y el sepulcro vacío.
En la cuarta parte, Luces y
sombras transversales, hace reflexiones sobre un aspecto esencial de la
identidad de Jesús como lo es el título “Hijo del Hombre” o “Hijo de lo humano”.
Además habla del tema importantísimo en la predicación de Jesús, como lo es el
Reino de Dios.
Finalmente, en la quinta parte, Reflexiones finales, la autora se ocupa de la metodología y otros
instrumentos utilizados. Destacan: la categoría hermenéutica de la paradoja y
los métodos habituales de la exégesis bíblica. Menciona los límites que se
impuso al escribir el libro y cómo, a partir de éste, quedan abiertas muchas
líneas de investigación y también desafíos que afrontar.
Valoración crítica o
impresiones personales
El libro resulta interesante porque plantea puntos de vista nuevos,
respecto a la consciencia que tenía Jesús de su mesianismo, de su ser Hijo de
Dios y de su misión redentora; aspectos que tuvo siempre presente él, en medio
de esa lucha constante de luces y sombras.
Tómese en cuenta que el texto está enfocado desde una perspectiva
feminista. Por ejemplo, la autora, cuando se refiere a Dios, utiliza “la grafía
«D*s» como una llamada de atención crítica sobre las connotaciones patriarcales
del término Dios, tal como hacen otras colegas teólogas y biblistas” (pág. 36,
nota al pie).
Fiel a su enfoque psicológico y feminista, la autora se refiere al
proyecto de los doce como un fracaso, no obstante la insistencia de Jesús en
mantener su unidad. En éste sentido afirma: “los Doce son un fracaso. El lector
va percibiendo paso a paso su caída, pero queda Jesús y su intento de no
abandonar su proyecto simbólico hasta el final. Son ellos los que se dejan
atrapar por la fuerza de la sombra que proyecta su miedo, su inseguridad, sus
sentimientos ambivalentes, en el nivel individual y en el colectivo” (pág.
101). Y también: “El relato va dejando las pistas de la conciencia de Jesús
ante el fracaso de su proyecto de los Doce… ya muy pronto, amplía ese proyecto
con otros colectivos que parecen tangenciales y que, sin embrago y ante el
fracaso completo de los Doce, irán apareciendo más y más luminosos: su familia
redefinida, el grupo de los que están en torno, el de las mujeres…” (pág. 102).
Sugerencias de lectura
Se proponen algunas citas del texto:
“Sus
enseñanzas y sus acciones se encuentran comprimidas en el anuncio de la Buena
Noticia o evangelio: se ha cumplido el tiempo, se acerca el Reino de Dios. Le
siguen dos consignas en forma de imperativo: «cambiad» y «creed» en la Buena
Noticia. Lo dice consciente de lo que significan la metanoia y la fe. Es el núcleo de su experiencia” (pág. 64).
“El
sueño parece simbolizar la resistencia ante el giro que están tomando las
cosas, y la negación de la realidad, la desconexión, la incapacidad para
plantar cara a la dura lucidez que el momento precisa. El sueño es el máximo
exponente de la negación de la sombra, del mecanismo defensivo ante lo
insoportable para cada cual y para el grupo entero” (pág. 99).
“El
Reinado de Dios es una innovación, una luz diferente. La Resurrección dirá que
es un salto cualitativo que no se deriva de nada, pero que implica una muerte
previa, las tinieblas completas (muerte), imprescindibles para un renacimiento,
y para la emergencia de una dimensión distinta de la realidad” (pág.
192).
“En
este retrato de oscuridad destaca la confesión de Jesús («Yo soy», 14,66). El
narrador sabe que es, a la vez, luminosa y oscura para quienes la toman en
serio” (pág. 230).
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