sábado, 27 de noviembre de 2010

LA CORRELACIÓN ENTRE EL PRINCIPIO EVANGÉLICO Y EL PRINCIPIO IDEOLÓGICO


Una de las líneas de investigación que nos ocupa en los últimos diez años es llegar a tener una clara visión de la relación que se establece frecuentemente entre los principios constitutivos del Evangelio predicado por Jesús y los principios ideológicos subyacentes a las diversas corrientes y partidos que componen el sistema político de una determinada sociedad. Para mi caso, la sociedad salvadoreña.

¿Cuál es el objeto de tales indagaciones?
En primer lugar, llegar establecer las causas que obstaculizan o impiden el normal y efectivo desarrollo de los procesos evangelizadores, que en su concepción general se entiende como la misión de la Iglesia en el mundo.
La Iglesia se entiende a partir de lo que ella hace (la misión): La Iglesia es por su propia naturaleza misionera (Decreto Ad Gentes del Concilio Vaticano II, n. 2).
Dada esa positiva afirmación de la Iglesia, el segundo cometido de la investigación que se adentra en la correlación Evangelio-Ideología, busca desmontar las tesis que pretende presentar tal misión en modo subjetivo-intimista o en modo manipulador-mercantilista.
Se destaca, por tanto, que la misión ha de entenderse en un despliegue complejo que implica elementos históricos, culturales, bíblicos y teológicos. En una palabra, la misión cristiana no es lo que yo creo que pueda ser, como resultado de una imaginación infundada. La misión es, como paso previo, fidelidad a los hechos históricos de la vida de Jesús y es fe, con una fuerte componente de esperanza, en la visión profética y testimonial de Jesús.
En definitiva, se trata de no claudicar ante las modas religiosas de turno, cuyo único interés es una auto-glorificación del ser humano, en la línea de promover el fanatismo religioso en vistas a obtener fama y jugosos ingresos económicos.

La dialéctica entre el principio evangélico y el principio ideológico
La palabra ideología tiene diversas acepciones. Su primer sentido alude a un conjunto de ideas afines debidamente estructuradas entre sí, en cuanto corresponden a un fin común. En este sentido la ideología no es ni buena ni mala, es simplemente una estructuración de ideas.
Pero toda ideología tiene aplicaciones políticas y religiosas. No existe persona en este mundo –a no ser que se sea presa de una patología – que no participe consciente o inconscientemente de las formas ideológicas que integran la realidad.
Existe una “ideología cristiana”, dicha en el primer sentido antes descrito, es decir un modo cristiano de estructurar la ideas que intentan explicar la realidad histórica. Su fundamento es el modo como Jesús entendió la realidad social y religiosa de su tiempo. Pero, existe también una ideología anti-cristiana.
Los textos evangélicos están repletos de ejemplos en ese sentido. Piénsese, por ejemplo, en la parábola del buen samaritano (Lc 10,25ss.). En ella Jesús afirma que la verdadera religión tiene poco o nada que ver con los complicados rituales y prescripciones que determinan el modo de actuar del sacerdote que no ayuda al que ha sido víctima de la violencia. Tampoco se reduce la religión al conjunto sistemático de ideas religiosas vistas desde el lente de las aulas académicas, que es el caso del maestro de la ley, que tampoco ayuda al que sufre. La fe y la verdadera religión son efectivas en la línea del ejercicio de la misericordia. Hace lo correcto quien entiende la fe como momento segundo, dando prioridad al momento primero, es decir, el ejercicio de la misericordia, más apegado a la dignidad de la persona. De ahí las palabras de la Primera Carta de San Juan: quien dice amar a Dios, al cual no ve, y odia a su hermano, al cual ve, es un mentiroso (Cfr. 1 Jn 4,20).
Cuando alguien en su actuar es fiel a ese principio recogido en el Evangelio de Lucas, entonces, su modo de proceder es efectivo, es decir, produce efectos positivos en la realidad. Pero, cuando se procede según lo que yo pienso que pueda ser la verdadera fe, entonces la fenomenología negativa no sólo sigue cobrando sus víctimas, sino que, además se refuerza, con una ideología de la religión que no está vinculada con los hechos de la realidad histórica.
Todavía más clara es la dialéctica entre lo ideológico y lo evangélico en la narración de la curación del ciego de nacimiento. Los fariseos no se alegran de que el ciego haya sido objeto de la misericordia de Jesús. Más bien les preocupa que tal persona fuese curada el día sábado (Cfr. Juan 9,1ss.). Con ello se da prioridad al precepto que compone la ideología de la religión y no a su fundamento: Jesús mismo. De ahí las duras palabras de Jesús: el sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado (Cfr. Marcos 2,27; Mateo 12,8).
Pero, muchos que dicen creer en Jesús sufren del síndrome de la discontinuidad histórico-eclesial. Pretenden que el modo de vida que llevó Jesús no tiene ningún influjo en la realidad presente, por tanto no se ven a ellos mismos como formando parte de la prolongación histórica del principio evangélico de libertad predicado por Jesús. No se sienten responsables de encarnar el Evangelio hoy.
La discontinuidad histórico-eclesial, es consecuencia normal de la ideología de la religión.
En tierras centroamericanas se ha asesinado a obispos, sacerdotes, catequistas, pastores protestantes, primero bajo el argumento de la predestinación de los justos en boca de los colonizadores, y luego, bajo el argumento de la ideología anticomunista, cuya principal aliada ha sido la ideología de la religión. Por tanto, la ideología del colonizador ávido de oro y la ideología anticomunista del capitalismo salvaje son igualmente asesinas. Demostrar eso, desde el punto de vista de la investigación histórico-teológica es un cometido indispensable para poder liberar al proceso evangelizador del dominio del principio ideológico. Es verdad que los gobiernos establecidos bajo la bandera del comunismo anticlerical son asesinos, lo cual es indiscutible. Pero cada contexto social e histórico reclama respuestas diferenciadas. Precisamente por ello es que urge desvincularse del dominio ideológico.
La dialéctica entre ambos principios –el evangélico y el ideológico- es inevitable, pero la lucha por superar la hegemonía del segundo principio –de la bandera política que fuera- sobre el primero es un cometido que nos sitúa en el plano del testimonio cristiano de responsabilidad histórica y en lo más específico de la misión cristiana.
Una cosa es la ideología de la religión, entendida como moda o como forma de dominación social y otra cosa absolutamente distinta es el Evangelio predicado y vivido por el Profeta de Nazaret. Ambos principios -para mal o para bien- necesitan mediaciones históricas. Es tarea de los verdaderos discípulos de Jesús el abrirle espacios en la historia a su Evangelio. En este punto la supuesta neutralidad es ya traición al principio Evangélico.

lunes, 15 de noviembre de 2010

IGNACIO ELLACURÍA, 21 AÑOS DE TESTIMONIO

Ignacio Ellacuría -rector de la UCA, filósofo y teólogo- solía decir que la historia de la salvación, en realidad, es salvación en la historia. Es decir que no existe proyecto salvador que no pase por un contexto histórico.
La gran tarea del discípulo de Jesús consiste, según esa tesis ellacuriana, en hacer todo lo posibe para que esa salvación descrita en los principios doctrinales vaya tomando cuerpo en la historia.
Ese proceso de historización -para estar en la terminología ellacuriana- se traduce en una responsabilidad histórica. Dicho de otro modo, no se puede ser un cristiano serio, sin asumir los problemas reales que vive la comunidad humana.
Tal responsabilidad histórica, desde el punto de vista del método y en la línea de Xavier Zubiri ha de entenderse en primer lugar como una exigencia ética, es decir, haciéndose cargo, cargando y encargándose de la reaidad.
Si Ellacuría no hubiera procedido coherentemente según su tesis de salvación histórica y su ética de la responsabilidad, seguramente estaría vivo. Pero, entonces El Salvador no tendría un testigo y un referente de su talante.
Haberlo asesinado acusándolo de ser guerrillero y 21 años después afirmar que su muerte fue el resultado de una "estupidez" (reciente afirmación de Alfredo Cristiani) me parece un acto de alta irresponsabilidad, confirmación de que Ellacuría tenía razón al pregonar un cristianismo responsable y una razón para seguirlo pregonando y haciéndolo realidad en la historia.
Un pueblo que margina o mata sus intelectuales no tienen ningún futuro viable.

jueves, 11 de noviembre de 2010

DIPLOMADO EN LA PARROQUIA DEL CALVARIO DE SAN VICENTE


En la foto se pueden ver los asistentes al último módulo correspondiente al año 2010 del Diplomado en Biblia que la Universidad Don Bosco ha impartido en la parroquia El Calvario de San Vicente. Los miembros que han perseverado todo el año de formación son 21. La graduación de esta primera promoción del Diplomado será el próximo 27 de noviembre en el Campus de la Universidad Don Bosco. Les felicitamos y animamos a seguir perseverando. La parroquia inicia el segundo nivel de formación afrontando el tema de la Eclesiología Misionera para el año 2011.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

BONANZA (Bluefields-Nicaragua). EN MISIÓN, MONTAÑA ADENTRO





Sirva de modelo la tercera de las imágenes, para poner de manifiesto el trabajo que el padre Edgardo y compañeros de misión (Sacerdote de la diócesis de San Vicente, El Salvador) están haciendo en el Vicariato Apostólico de Bluefields. Es decir, abriendo una brecha entre el estar instalados en el mundo parroquial y el lanzarse decididamente a la misión.
Traigo a la memoria el n. 370 del documento de Aparecida:
LA CONVERSIÓN PASTORAL DE NUESTRAS COMUNIDADES EXIGE QUE SE PASE DE UNA PASTORAL DE MERA CONSERVACIÓN A UNA PASTORAL DECIDIDAMENTE MISIONERA.

lunes, 1 de noviembre de 2010

EN MEMORIA DE LAS VÍCTIMAS DE LA TORMENTA IDA


estaremos recordando las víctimas de la tormenta Ida,
ocurrida hace un año.
Están atentamente invitados a participar.


Día: Lunes 08 de noviembre de 2010

Hora: 4:00 p.m.

Lugar: Entrada a la Colonia San Ignacio,
sobre la llantería ubicada contiguo al C.E. Darío González

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