miércoles, 25 de diciembre de 2024

La nueva ley de explotación minera en El Salvador, un atentado contra la vida

 


Por: Juan Vicente Chopin

 

1.     Idolatría y medicina amarga en la Biblia. La primera vez que la Biblia alude a la ingesta de una «medicina amarga y venenosa» para superar la idolatría está relatada en el libro del Éxodo (cap. 32). Los israelitas se desesperaron porque Moisés no regresaba de la montaña, donde conversaba con Yahvé. Dice el texto que al pueblo «le pareció un tiempo largo» (Éxodo 32,1). En una palabra, se desesperaron. Las personas en estado de desesperación toman decisiones apresuradas.   Moisés, para sanar la ambición del pueblo y su idolatría «tomó el becerro que habían hecho, lo quemó y lo molió hasta reducirlo a polvo, que esparció en el agua, y se lo dio a beber a los israelitas» (Éxodo 32,20). Como la idolatría de aquella gente no se refrenaba, Yahvé mandó exterminarlos: «cayeron aquel día unos 3,000 hombres del pueblo» (Éxodo 32,28). La ambición desenfrenada siempre termina mal.

 

2.     La “divinización del mercado”. El mercado ha adquirido valor absoluto (EG, n. 56). El Papa explica esto del siguiente modo: “Mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz. Este desequilibrio proviene de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera” (EG, n. 56). En otro numeral retorna a la misma idea: “sería una falsa paz aquella que sirva como excusa para justificar una organización social que silencie o tranquilice a los más pobres, de manera que aquellos que gozan de los mayores beneficios puedan sostener su estilo de vida sin sobresaltos mientras los demás sobreviven como pueden” (EG, n. 218). Por tanto, dice el Papa: “Las reivindicaciones sociales, que tienen que ver con la distribución del ingreso, la inclusión social de los pobres y los derechos humanos, no pueden ser sofocadas con el pretexto de construir un consenso de escritorio o una efímera paz para una minoría feliz. La dignidad de la persona humana y el bien común están por encima de la tranquilidad de algunos que no quieren renunciar a sus privilegios. Cuando estos valores se ven afectados, es necesaria una voz profética”.

 

3.     Fetichismo del dinero. La causa de otorgar un valor absoluto al mercado se funda en un desajuste antropológico. El dinero “vale más” que quien lo produce. Vale más que la persona humana. El dios-dinero exige cotidianamente sacrificios humanos para mantenerse en su pedestal. El Papa habla en modo contundente: “¡la negación de la primacía del ser humano! Hemos creado nuevos ídolos. La adoración del antiguo becerro de oro (cf. Ex 32,1-35) ha encontrado una versión nueva y despiadada en el fetichismo del dinero y en la dictadura de la economía sin un rostro y sin un objetivo verdaderamente humano” (EG, n. 55). Algo muy parecido dijo Monseñor Romero: “¿Qué otra cosa es la riqueza cuando no se piensa en Dios? Un ídolo de oro, un becerro de oro, y lo están adorando, se postran ante él, le ofrecen sacrificios. ¡Qué sacrificios enormes se hacen ante esta idolatría del dinero; no sólo sacrificios, sino iniquidades! Se paga para matar, se paga el pecado y se vende, todo se comercializa, todo es lícito ante el dinero” (Homilía 11-septiembre-1977).

 

4.     ¿Agua o veneno? Dice el Papa Francisco: «Las aguas subterráneas en muchos lugares están amenazadas por la contaminación que producen algunas actividades extractivas, agrícolas e industriales, sobre todo en países donde no hay una reglamentación y controles suficientes» (Laudato Sí, n. 29). El acceso al agua potable y sana lo presenta como un derecho humano: «el acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamental y universal, porque determina la sobrevivencia de las personas, y por lo tanto es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos» (Laudato Sí, n. 30). La ley sobre la explotación minera atenta directamente contra el derecho humano al agua.

 

5.     La vida en la Constitución. La Constitución vigente, si bien no respetada, afirma que, entre otras cosas esenciales, «es obligación del Estado asegurar a los habitantes de la República la salud» (Art. 1). El artículo 2 dice lacónicamente que «toda persona tiene derecho a la vida»; o el artículo 11: «ninguna persona puede ser privada del derecho a la vida». Todo el que atenta contra la vida de un ciudadano salvadoreño, aunque se trate del ciudadano presidente, atenta contra la Constitución de la República. En tanto la explotación minera tiene efectos nocivos para la salud, en esa medida se atenta contra la vida y la salud de las personas.

 

6.     El legislador se contradice. Casi al mismo tiempo el gobierno de El Salvador aprueba dos leyes que se contradicen. Por una parte, se aprueba la ley de cero tolerancia al consumo de alcohol para quienes conducen un vehículo, por considerar esa substancia como la causa de muchos accidentes y por ser dañino para la salud. Ambas cosas se pueden probar científicamente. Pero, por otra parte, aprueba la ley a favor de la explotación minera, que supone la utilización de sustancias como el mercurio, cianuro y plomo, también científicamente probado que son altamente dañinas para la salud. Un policía, por ejemplo, podría sancionar a una persona por consumo de alcohol mientras conduce, pero vería con normalidad y como algo no contrario a la ley el que esa misma persona haya sido contaminada por el Estado o una empresa minera con cianuro.    

 

7.     Oro-Odio un binomio letal. El Papa Francisco, apoyado en estudios, ha vaticinado que «es previsible que el control del agua por parte de grandes empresas mundiales se convierta en una de las principales fuentes de conflictos de este siglo» (Laudato Sí, n. 31). De hecho, en el departamento de Cabañas, en el pasado fueron asesinados cuatro ambientalistas (Marcelo Rivera, Dora Sorto, Ramiro Rivera, Juan Durán), cuyas muertes esperan un juicio justo. Las empresas mineras requieren de altas cantidades de agua la procesar el oro, con lo cual es previsible que se den más asesinatos por este motivo. Tenían razón los miembros de la organización ADES Santa Marta: el gobierno actual los ha capturado no porque quiera hacer justicia, sino para limpiar de posibles resistencias una de las principales zonas de explotación minera de El Salvador. Sus propósitos son mercantilistas, no de justicia.

 

8.     Ahora bien, ¿Sobre quiénes recae la responsabilidad de los efectos nocivos de la explotación minera en El Salvador? En primer lugar, sobre el autor intelectual de la ley: el actual presidente de la república y las empresas que se interesan en la explotación minera. En segundo lugar, sobre los autores materiales de la ley: los diputados que la han aprobado. Finalmente, sobre los ciudadanos que con su silencio secundan dicha ley. El presidente, en última instancia, puede ratificar o vetar la ley. Le recomendamos que la vete, para que recupere su dignidad y no recaigan sobre él el peso de las vidas que se perderán en el futuro.

 

9.      Autocracia en estado puro. Por autocracia el diccionario define: «forma de gobierno en la cual la voluntad de una sola persona es la suprema ley» (RAE). La nueva ley de explotación minera atenta contra la salud, la vida y la democracia. Es una de las leyes más impopulares que ha propuesto el autócrata, pero no le ha importado. Ha podido más la divinización del mercado, es decir, los intereses económicos que están detrás. ¿Qué es lo que está en juego detrás de esta ley que hasta la vida humana desprecia? Bien ha sentenciado Héctor Lindo: «No es que no entiendan las consecuencias de lo que están haciendo, es que no les importa».

 

10.  El Dios de los políticos. No es la primera vez -ni la última- que un político invoca a Dios como aliado para lograr sus propios intereses. El autócrata ha afirmado: «Dios puso un tesoro bajo nuestros pies». Que Dios sea el creador no solo del oro, sino también del cianuro, no lo ponemos en duda. Pero el modo cómo haremos uso de ambos es responsabilidad nuestra. Ahora bien, nunca Dios obliga a una de sus criaturas a envenenarse con los elementos de la naturaleza. Por tanto, no es Dios quien se nos aproxima en la nueva ley de explotación minera, sino un «caballo verdoso y el que lo monta se llamaba Muerte, y el Hades le sigue… viene para matar con la espada, con el hambre, con la peste» (Apocalipsis 6,8). Así, cuando los 57 diputados (Nuevas Ideas, PDC, PCN) aprobaron la ley, se pusieron en pie y aplaudieron. ¡Un espectáculo dantesco! Aplaudir porque se disponen a envenenar personas no parece divertido. Ni las legislaturas pasadas, con toda la corrupción que pesaba sobre sus hombros, se atrevieron a tanto. A este hato de adoradores de la Bestia llámeseles por su nombre. Haciendo paráfrasis del Apocalipsis podemos afirmar: «se llaman [cristianos] sin serlo y son en realidad una sinagoga de Satanás» (Apocalipsis 2,9). Cuando los vi aplaudir como insensibles autómatas, me vino a la mente la admonición del evangelio de San Juan: «llegará la hora en que todo el que os mate piense que da culto a Dios» (Juan 16,2). Esos 57 diputados no actúan, como quieren hacernos pensar, «con la fe puesta en Dios», sino en sus bolsillos.

 

11.  El milagro económico. El concepto «milagro» corresponde al orden teológico, no al político. Por tal entendemos: un «hecho no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a intervención sobrenatural de origen divino» (RAE). La expresión «medicina amarga» fue dicha en relación con la búsqueda de un «milagro económico» para El Salvador. Tácitamente, el autócrata reconoce que no está en condiciones, por la vía normal, de reactivar la economía salvadoreña. Por eso habla de bitcoin, de reactores nucleares, de oro, etc. En cierto modo, nos está diciendo que no sabe exactamente cómo hacer para reactivar nuestra economía. Mientras tanto, nos entretiene con su permanente show de luces LED.

 

12.  ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Esa facción del partido de izquierda que posicionó y engendró al actual autócrata, sin duda se congratula de ver a su propio pueblo caminar hacia la ruina. No les importó poner en práctica la famosa máxima de Maquiavelo: «el que ayuda a otro a hacerse poderoso causa su propia ruina» (El Príncipe, cap. III).   

 

13.  Si este gobierno actual no logra construir un puente con el nombre «Chichilco», si se le caen los postes LED de la autopista de Comalapa, si se les viene abajo la infraestructura del viaducto de Los Chorros, ¿cómo pueden asegurarnos que van a sacar oro sin dañar el medio ambiente?

 

14.  Jugar con la mente de las personas parece hasta cierto punto divertido, pero jugar con la vida de las personas no lo es. No olviden, pues, los católicos lo que prescribe el n. 2242 del Catecismo de la Iglesia Católica. Esto es: «El ciudadano tiene obligación en conciencia de no seguir las prescripciones de las autoridades civiles cuando estos preceptos son contrarios a las exigencias del orden moral, a los derechos fundamentales de las personas o a las enseñanzas del Evangelio. El rechazo de la obediencia a las autoridades civiles, cuando sus exigencias son contrarias a las de la recta conciencia, tiene su justificación en la distinción entre el servicio de Dios y el servicio de la comunidad política. “Dad [...] al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (Mt 22, 21). “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hch 5, 29)».

 

15.  Por las razones expuestas, hacemos un llamado, pues, a todos los fieles cristianos a tomar postura ante esta amenaza. En modo particular hacemos un llamado a los pastores, católicos y evangélicos, a optar por la vida y repudiar la nueva ley de explotación minera.

martes, 22 de octubre de 2024

ADES-Santa Marta. COMO CASO EJEMPLAR E ILUSTRATIVO

 



Por: Juan V. Chopin

La liberación de los ambientalistas de ADES-Santa Marta (Cabañas, El Salvador, CA) es un caso ejemplar e ilustrativo para todas aquellas personas injustamente acusadas por el actual gobierno de El Salvador. Siguiendo este ejemplo puedes responder la pregunta: ¿Cómo proceder cuando eres acusado injustamente por el gobierno de El Salvador o alguna de sus instituciones?
1.-Visibilidad del caso mediáticamente. Presentar una denuncia pública a través de todos los medios disponibles. Por ello, el asesoramiento de un buen periodista o especialista en comunicación es fundamental. El acoso y censura a la libertad de expresión es un procedimiento común en un gobierno corrupto. Por lo que resulta imperativo en este punto resaltar los verdaderos motivos de la acusación. En el caso de Santa Marta se trata de minería metálica.
2.- Seguir el procedimiento legal. A pesar de todas las limitaciones que enfrenta el organismo encargado de hacer cumplir la ley en El Salvador, el asesoramiento y asistencia de un secuestrador también es indispensable para los acusados. Sin duda, se debe ser abogado con experiencia en este tipo de acusaciones, en las que se arman casos para desprestigiar a las personas.
3.- Apoyo a la comunidad y la sociedad. Ante la avalancha mediática de descrédito utilizada por el gobierno, también es muy importante la información permanente sobre la evolución del proceso legal y los motivos subyacentes. Los gobiernos autocráticos siempre buscarán socavar la solidaridad dentro de las comunidades, haciéndoles pensar que tienen razón. El caso Santa Marta nunca se separó del apoyo popular y de la comunidad atacada.
4.- Apoyo internacional. Cuando se plantean cuestiones locales (jurídicas y de libertad de expresión), siempre hay organizaciones internacionales que hablan por los derechos de las personas y las comunidades. La estrategia de seguimiento del caso pasa por informar a la comunidad internacional de la situación que se vive y el apoyo necesario con pronunciamientos públicos, recursos en cuerpos humanos e informar a la comunidad internacional de lo que está sucediendo.
5.- Jugos Imparciales. En las democracias auténticas la imparcialidad de la justicia puede salvar al régimen democrático. Y, sin embargo, muchas obras se representarán según la derecha sólo si se recibe presión popular y mediática. Por supuesto, siempre tienes algunos juegos locos, pero eso no debería restar valor al popular juego.
6.- Referentes morales. Toda lucha social requiere un referente moral. Como viene sucediendo en los últimos días, es interesante que las jóvenes estén dando la lucha más decidida contra las atrocidades del régimen. En el caso Santa Marta, Vidalina Morales ha logrado mantener su posición como referente moral en el país y en el extranjero. Algo similar vimos en el caso de la profesora Idalia Zúniga, quien supo resaltar las negociaciones del gobierno con algunos miembros mercenarios del sector magisterial. Ha sido despedida, pero sigue ilesa como referente moral.
7.- Paga tu dinero y paga. Por lo expuesto anteriormente, el caso ADES-Santa Marta se constituye como un referente, como un ejemplo ilustrativo de las acciones que muchas personas y gremiales deben seguir para defender sus derechos. El caso Santa Marta es, sin duda, un error del autócrata del momento, que perversamente recurre al poder de mantener su dominio. El caso Santa Marta es un delito -un delito real e importante- en el mundo del juego en este océano de corrupción.

viernes, 30 de agosto de 2024

Psiquiatría política: relatos ideológicos del cerebro (Reseña)

 

Reseña. Por: Juan V. Chopin


Autor: Óscar Picardo Joao.

Título: Psiquiatría política: relatos ideológicos del cerebro.

Editorial: UFG Editores (San Salvador, C.A.).

ISBN: 9789998399167.

Páginas: 481.


Óscar Picardo Joao nació en Montevideo, Uruguay (1962). Obtuvo el grado de licenciado en Filosofía en la Universidad de Valencia, y posteriormente realizó estudios de maestría en Teología en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA). En 1998 se graduó del máster en Educación, en la Universidad de Louisville, y durante el año 2000 obtuvo el posgrado de Educación a distancia y redes digitales, de la Universidad de Murcia (España). Cursó, más adelante, la diplomatura de Liderazgo Financiero en Educación auspiciado por la Universidad de Harvard y el Tec de Monterrey. Posee un Doctorado con especialidad en Didáctica y Organización Escolar por la Universitat Oberta de Catalunya. Director del Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Universidad Francisco Gavidia.

 

La tesis central de la cual parte el autor está al final del escrito: «estas sociedades con tantos psicópatas en el control necesitan urgentemente ciudadanos que sepan de “psiquiatría política”» (p. 461). Bajo el argumento de que estamos en sociedades fractales y digitales, recurriendo a la psicología social, a la neurociencia y a la psiquiatría aplicada, el autor desarrolla un agudo análisis caleidoscópico de la realidad política salvadoreña y latinoamericana. El punto de partida propuesto por el autor es el siguiente: «la política nace y se hace con el cerebro; son ideas con un curso de acción. La pasión, el placer, el fanatismo, el odio y el amor ideológico son fenómenos o creaciones neuronales y parte de la plasticidad cerebral de los individuos en su interacción política con la ciudad» (p. 10).

 

El género literario de este texto es la nota periodística. Por tanto, no estamos ante un tratado sistemático de un argumento específico, sino ante bloques temáticos tratados desde diversos enfoques; si bien el autor sostiene que las notas «se han reunido para crear una narrativa con un sentido total» (p. 16). La estructura de cada nota sigue un patrón uniforme, apegada al método científico: planteamiento del problema, propuesta teórica y desarrollo argumentativo.

 

El texto se estructura en cuatro capítulos y un epílogo. El prólogo está a cargo de Giuseppe De Pilla. Primer capítulo: El cerebro y la política. Segundo capítulo: Personalidad, emociones y política. Tercer capítulo: El símbolo y el lenguaje de la política. Cuarto capítulo: Dinámicas y patologías del poder. No podía faltar su disclaimer al final del texto (p. 455).

 

Es encomiable el aparato teórico propuesto por el autor en este texto para sustentar sus argumentos. Entre sus argumentos más recurrentes encontramos: el sesgo de confirmación, el síndrome de castillo de naipes, la agnorancia, la satisfacción vicaria, el fenómeno de culto, la indefensión aprendida, la political contumelia disorder, el yo digital, algoritmocracia, cerebro (reptiliano, límbico y neocórtex).  

 

Frases del autor:

«Una conocida ley sociológica dice que cuando una sociedad siente miedo aspira a tener un brazo fuerte que la salve y está dispuesta a cambiar libertad y su dignidad por la seguridad» (p. 109).

«Nuestro neoexistencialismo es teísta; la gente cree que Dios está detrás de todo lo que sucede, y que hay una razón misteriosa que se debe aceptar. De este modo, no se logra distinguir los límites de la irresponsabilidad humana y el accionar divino» (p. 187).

«Centroamérica es gobernada por un claustro de gánsteres, profesionales del cinismo y de la mentira, quienes cuentan con un aparato de propaganda descomunal» (p. 273).

«Estudiar y analizar a qué le teme la gente es una estrategia clave para ganar una elección, aunque posteriormente todo sea mentira» (p. 305).

«Este miedo institucionalizado afecta a empresarios, rectores, académicos, militares, profesionales, políticos, gestores culturales, líderes comunitarios, etc. Todos guardan silencio para que no se afecten sus privilegios y zonas de confort» (p. 417).

 

La lectura del texto es recomendable para los docentes interesados en ilustrar a sus estudiantes acerca de las nuevas tendencias en la sociedad contemporánea. Es una eficiente herramienta para tener una idea general de las narrativas dominantes en el momento histórico actual. Ciertamente, tiene la dificultad de que supone un cierto bagaje teórico preliminar o unos presaberes indispensables para captar la riqueza de su contenido.

lunes, 19 de agosto de 2024

FÍSICA TEÓRICA Y EXPERIENCIA DE VIDA

 


Dice Stephen Hawking que aprendió a leer a los ocho años. Cuando leí este dato, pensé en tantos niños que, por distintos motivos, aprenden “tarde” a leer. A partir de este dato, me interesó la vida del famoso físico teórico.
Una de sus tesis principales es que «Si entiendes cómo funciona el universo, en cierto modo lo controlas» (p. 20). Por supuesto, este dato te puede llevar a pensar que puedes también controlar el origen del universo. Lo cual ha generado muchas discusiones en torno a ese tema.
En todo caso, y como aliciente para tantos niños y jóvenes que se sienten frustrados en sus estudios, dice Hawking: «nunca estuve más que por encima de la media de la clase. (Era una clase muy brillante). Mi trabajo en el aula era muy desordenado, y mi caligrafía desesperaba a los profesores. Pero mis compañeros de clase me apodaron “Einstein”, así que supongo que vieron en mí señales de algo mejor» (p. 32). Por tanto, en el ámbito escolar, no siempre se destaca en todas las materias, sino en aquellas que más nos gustan. Se puede ser medianamente bueno en algo, pero brillante en otra cosa. Esto último es lo que se debe potenciar.
Pero Hawking nos proporciona un dato mucho más complejo y aleccionador: a él le detectaron una enfermedad degenerativa incurable. Él relata su caso: «Cuando uno se enfrenta a la posibilidad de una muerte temprana se da cuenta de que la vida vale la pena y de que quieres hacer muchas cosas» (p. 45). Sin embargo, reconoce que: «el hecho de saber que tenía una enfermedad incurable que probablemente me mataría en unos años supuso una buena sacudida. ¿Cómo podía pasarme algo así? (p. 56)... era difícil concentrarse cuando tal vez no fuera a vivir lo suficiente para terminar el doctorado. Me sentía como una especie de personaje trágico» (p. 57).
Efectivamente, la percepción de la vida cambia en proporción al estado de salud física y mental que uno tiene. Así, nos dice Hawking, que «antes de que me diagnosticaran la enfermedad me aburría mucho la vida, no me parecía que hubiera nada que valiera la pena hacer» (p. 57). Y, sin embargo, continúa el científico, «no morí. De hecho, aunque una nube se cernía sobre mi futuro, para mi sorpresa disfrutaba de la vida. Lo que de verdad fue definitivo fue que me prometí con una chica llamada Jane Wilde a quien conocí al mismo tiempo que me diagnosticaron ELA (esclerosis lateral amiotrófica). Aquello me dio un motivo para vivir» (p. 58). Por tanto, no obstante su enfermedad y la incomodidad de su situación, Hawking luchó por seguir su vida con normalidad. Incluso se juntó con otra mujer.
Es muy probable que Hawking haya aplicado los principios del método científico a su propia vida. Él nos recuerda que «en la ciencia, a menudo la clave es encontrar la formula correcta de un problema para solucionarlo» (p. 126). Esto es importante, no solo en el mundo científico, sino también en la propia existencia: descubrir los problemas y buscarles solución.
Uno de los aspectos más revolucionarios en los que trabajó Hawking fueron los agujeros negros en el espacio. Según su opinión, «los agujeros negros se comportaban como si tuvieran una temperatura y una entropía proporcionales al área de su horizonte» (p. 135). Aunque uno no entienda los conceptos especializados, los físicos saben que una persona común y corriente los puede aplicar en su vida. Por ejemplo, hablando de entropía, siempre me ha llamado la atención el concepto de «exergía» aplicado a la vida cotidiana. Por «exergía» se entiende la energía máxima de un sistema que se puede transformar en trabajo útil. Cuántas personas desaprovechan este recurso en su vida, sin ni siquiera darse cuenta.
El otro factor que se desaprovecha muchísimo en la vida de las personas es el concepto de tiempo. Al respecto, todos deberíamos saber que el equilibrio y la explicación del universo pasa por la categoría tiempo. Dice Hawking: «sustituimos el tiempo ordinario por tiempo imaginario. Se llama “enfoque euclidiano” porque hace que el tiempo se convierta en una cuarta dirección del espacio» (pp. 135-136). Pero ello no vale solamente para explicar el universo. Es importante también saber que nuestro equilibrio existencial, al ser nosotros parte del universo, está determinado por el tiempo: real e imaginario.
La conclusión a la que llegó Hawking, con sus estudiantes y colegas, es la siguiente: «formulamos la propuesta de la ausencia de límites: que la condición de límite del universo es que está cerrado pero sin límite» (p. 139). En otras palabras, que «la condición de la ausencia de límites es la clave de la creación, la razón por la cual estamos aquí» (p. 140). Si nosotros aplicáramos este principio, comprenderíamos que estamos implicados en el «acto creador», no como dioses, pero siendo, en cierto modo, parte de Él. Y que las posibilidades de realización en nosotros están limitadas al universo en que vivimos, pero ese universo, respecto de nuestra vida, ofrece opciones inagotables.
En cuanto a su vida, también concluye lo siguiente: «cuando tenía veintiún años y me diagnosticaron ELA, sentí que era muy injusto. ¿Por qué tenía que pasarme a mí? En aquel momento pensé que mi vida había terminado y que jamás desarrollaría el potencial que sentía que tenía. Sin embargo, ahora, cincuenta años después, puedo estar satisfecho con mi vida. Me he casado dos veces y tengo tres preciosos hijos con talento. He tenido éxito en mi carrera científica... Mi discapacidad no ha sido un obstáculo serio en mi trabajo científico» (p. 143).
A todas las personas que en este momento se sienten inseguras o incapaces de salir adelante, él les dice: «he tenido una vida completa y satisfactoria. Creo que los discapacitados deberían concentrarse en las cosas que su discapacidad no les impide hacer y no lamentarse por las que no pueden hacer» (p. 146). El criterio es valioso: concentrarnos en lo que podemos hacer, no en aquello en lo que estamos imposibilitados.
Todos deberíamos intentar llegar al nivel de poder realizarnos en nuestra vida. Como lo pensó el profesor Stephen Hawking: «mi primer trabajo demostraba que la relatividad clásica general no funcionaba en las singularidades en el Big Bang y los agujeros negros. Mi trabajo posterior ha demostrado que la teoría cuántica puede predecir lo que ocurre la principio y al final del tiempo. Me la he pasado en grande estando vivo y dedicándome a la investigación en la física teórica. Soy feliz y he aportado algo a nuestra comprensión del universo» (p. 148).
Entonces, no te lamentes. Mejor intenta realizarte en la vida.
Referencia:
Stephen Hawking, Breve historia de mi vida. Crítica: México 2014.

martes, 13 de agosto de 2024

LA CAÍDA DE "EL SUPREMO". Sucesos históricos adelantados en las novelas

 


Autor: Augusto Roa Bastos.
Fuente: "Yo el Supremo" (Novela). Cátedra, Madrid 1987.

«YO es ÉL, definitivamente. YO-ÉL-SUPREMO. Inmemorial. Imperecedero. A mí no me queda sino tragarme mi vieja piel. Muda. Mudo. Sólo el silencio me escucha ahora paciente, callado, sentado junto a mí, sobre mí. Únicamente la mano continúa escribiendo sin cesar. Animal con vida propia agitándose, retorciéndose sin cesar. Escribe, escribe, impelida, estremecida por el ansia convulsa de los convulsionarios. Última ratio, última rata escapada del naufragio. Entronizada en la tramoya del Poder Absoluto, la Suprema Persona construye su propio patíbulo. Es ahorcada con la cuerda que sus manos hilaron. Deus ex machina. Farsa. Parodia. Pipirijaina del Supremo-Payaso... La mano-rata-náufraga escribe: Me siento caer entre los pájaros ciegos que caen a la caída del sol en la tarde de la caída. Sus ojos reventados me empapan de sangre. Guardan la imagen de mi caída en medio de la tormenta. ¡Esos pájaros están locos! ¡Esos pájaros soy YO! ¡Atención! ¡Me esperan! Si no voy con la maleta de la Justicia no los reconoceré nunca... nunca... nunca... nunca... nunca... nunca... NUNCA MÁS!!!» (pp. 589-590).
«Dices que no quieres asistir al desastre de tu Patria, que tú mismo lo has preparado. Morirás antes. Morirá esa parte de ti que ve lo mortal. No podrás escapar de ver lo que no muere. Porque lo peor de todo, grotesco Arquí-loco, es que el muerto siempre y en todas partes sufre, por muy muerto que esté con mucha tierra y el olvido encima. Creíste que la Patria que ayudaste a nacer, que la Revolución que salió armada de su cráneo, empezaban-acababan en ti... Te alucinaste y alucinaste a los demás fabulando que tu poder era absoluto... Dejaste de creer en Dios pero tampoco creíste en el pueblo con la verdadera mística de la Revolución... Con grandes palabras, con grandes dogmas aparentemente justos, cuando ya la llama de la Revolución se había apagado en ti, seguiste engañando a tus conciudadanos con las mayores bajezas, con la astucia más ruin y perversa, la de la enfermedad y la senectud. Enfermo de ambición y de orgullo, de cobardía y de miedo, te encerraste en ti mismo y convertiste el necesario aislamiento de tu país en el bastión-escondite de tu propia persona. Te rodeaste de rufianes que medraban en tu nombre; mantuviste a distancia al pueblo de quien recibiste la soberanía y el mando, bien comido, protegido, educado en el temor y la veneración, porque tú también en el fondo lo temías pero no lo venerabas. Te convertiste para la gente-muchedumbre en una Gran Obscuridad; en el gran Don-Amo que exige la docilidad a cambio del estómago lleno y la cabeza vacía... tú sabías que mientras la ciudad y sus privilegios dominan sobre la totalidad del Común, la Revolución no es tal sino su caricatura... Te quedaste a mitad de camino y no formaste verdaderos dirigentes revolucionarios sino una plaga de secuaces atraillados a tu sombra. Leíste mal la voluntad del Común... No, pequeña momia; la verdadera Revolución no devora a sus hijos. Únicamente a sus bastardos; a los que no son capaces de llevarla hasta sus últimas consecuencias. Hasta más allá de sus límites si es necesario... Tú vacilaste. Estás igualmente condenado. Tu pena es mayor que la de los otros. Para ti no hay rescate posible. A los otros se los comerá el olvido. Tú, ex Supremo, eres quien debe dar cuenta de todo y pagar el último cuadrante...» (pp. 593-595).

viernes, 9 de agosto de 2024

Inteligencia emocional. Todo va a estar bien (Reseña)




(RESEÑA)

Autor: Nelson López.

Título: Inteligencia emocional. Todo va a estar bien.

Editorial: Universidad Don Bosco.

Año: 2024.

 

Nelson López (San Salvador, 1977) es doctor en traductología por la Universidad Binghamton de Nueva York. Actualmente es docente, investigador y editor de la Universidad Don Bosco de El Salvador.

La tesis central de su libro es que la vida no es una construcción perfecta, en el sentido de terminada, sino una realidad abierta a una serie de posibilidades. Esto, en el ejercicio existencial, y por la misma razón, incluye la posibilidad de equivocarse, pero incluso el error es presentado con connotaciones pedagógicas. La tesis es desarrollada en modo transversal a partir de una dimensión especular de la vida: «Todo esto viene del autodescubrimiento, entre vos y el espejo» (p. 19); la imagen es distinta de la realidad histórica, en este sentido «nadie es real» (p. 36). Estamos saturados de apariencia.

La obra consta de la introducción, el prefacio y diecinueve apartados. Los apartados son: 1. El niño feo; 2. Autodescubrimiento; 3. Como quisiera; 4. La vida es una $* @&/; 5. Gallina que come huevos, aunque le quemen el pico; 6. La verdad os hará libres; 7. Toy tiste. Hable bien, sea hombre; 8. Te amo. Me amo; 9. Conectate con VOS mismo; 10. La prevención y el poder del NO; 11. Culpabilidad; 12. ¿Cuál es tu legado?; 13. Se atrapan más moscas con miel; 14. El arte del valeverguismo; 15. Amate y cuidá tu salud emocional; 16. Aprender un idioma y perder peso para dummies; 17. Aceptar quien sos; 18. La costumbre; 19. ¿Y ahora qué?

De los títulos de cada apartado se puede deducir que el libro está escrito en segunda persona, haciendo recurso del «voseo», renunciando al «tú» y al «usted», lo cual hace del libro un texto ameno y una lectura fluida. Dado que el autor recurre en diversos momentos a ejemplos de su propia vida, da la impresión en algunos pasajes de tratarse de un libro autobiográfico, pero, en realidad, los ejemplos buscan más ilustrar al lector.

Aunque la temática (Inteligencia emocional) pueda tener digresiones morales o éticas, el texto no profundiza en ellas; sin embargo, hay un propósito claro en el autor por superar los prejuicios que determinan el modo de pensar de las personas.

El texto puede ser utilizado para realizar talleres de autoayuda y para alzar la estima, en modo particular entre los jóvenes, agobiados por los recursos y los lugares comunes de la era digital. El modo cómo está diseñado y diagramado el texto, recurriendo a múltiples imágenes y a formas populares de expresión, hace más agradable su lectura.   

jueves, 18 de enero de 2024

Inteligencia Artificial y paz


Por: Juan V. Chopin 

El mensaje del Papa Francisco con ocasión de celebrarse la 57 jornada por la paz retoma el tema de la IA y la refiere al tema de la paz. Este mensaje está desarrollado en ocho puntos: el primero presenta la tesis y el planteamiento general del problema; el segundo describe promesas y riesgos; el tercero alude a las machine learning; el cuarto advierte de los límite en el paradigma tecnocrático; el quinto presenta el problema ético en el desarrollo de la IA; el sexto aborda el uso de la tecnología para la guerra; el séptimo habla de la IA en el ámbito educativo; el ocho presenta los desafíos para el desarrollo del derecho internacional. 

1. Tesis y planteamiento general del problema. La valoración inicial del Papa acerca de la IA es positiva: «el progreso de la ciencia y de la técnica, en la medida en que contribuye a un mejor orden de la sociedad humana y a acrecentar la libertad y la comunión fraterna, lleva al perfeccionamiento del hombre y a la transformación del mundo». En Laudato Si’, ya había aclarado: «nadie pretende volver a la época de las cavernas» (LS, n. 114). Las cuestiones que le preocupan al Papa son las siguientes: «¿Cuáles serán las consecuencias, a medio y a largo plazo, de las nuevas tecnologías digitales? ¿Y qué impacto tendrán sobre la vida de los individuos y de la sociedad, sobre la estabilidad internacional y sobre la paz?» 

2. Promesas y riesgos. El primer riesgo identificado es la determinación de la libertad y la capacidad de elección, en cuanto que «las tecnologías que usan un gran número de algoritmos pueden extraer, de los rastros digitales dejados en internet, datos que permiten controlar los hábitos mentales y relacionales de las personas con fines comerciales o políticos, frecuentemente sin que ellos lo sepan, limitándoles el ejercicio consciente de la libertad de elección». Esto lleva a pensar, por una parte, que «la investigación científica y las innovaciones tecnológicas no están desencarnadas de la realidad ni son “neutrales”, y por otra parte, «tienen siempre una dimensión ética, estrictamente ligada a las decisiones de quien proyecta la experimentación y enfoca la producción hacia objetivos particulares». El pontífice nos recuerda que, si bien se habla al plural de «formas de inteligencia», sin embargo, son todas derivaciones de la única inteligencia humana: «estos son, a fin de cuentas, “fragmentarios”, en el sentido de que sólo pueden imitar o reproducir algunas funciones de la inteligencia humana». Por tanto, advierte el Papa, sería ingenuo «presumir a priori que su desarrollo aporte una contribución benéfica al futuro de la humanidad y a la paz entre los pueblos».  Por ello propone, desde el punto de vista de la ética, «instituir organismos encargados de examinar las cuestiones éticas emergentes y de tutelar los derechos de los que utilizan formas de inteligencia artificial o reciben su influencia». Se requiere, en suma, «una adecuada formación en la responsabilidad». Se trata, entonces, «de orientar la búsqueda técnico-científica hacia la consecución de la paz y del bien común, al servicio del desarrollo integral del hombre y de la comunidad», como criterio básico de actuación.

3. Las máquinas que aprenden solas (machine learning). En este punto, aunque el Papa no lo mencione, se accede al inicio de la cuarta revolución industrial: «desarrollos como el machine learning o como el aprendizaje profundo (deep learning) plantean cuestiones que trascienden los ámbitos de la tecnología y de la ingeniería y tienen que ver con una comprensión estrictamente conectada con el significado de la vida humana, los procesos básicos del conocimiento y la capacidad de la mente de alcanzar la verdad». El riesgo en este punto es la utilización negativa que se puede hacer de los datos para determinar el ánimo de las personas: «la discriminación, la interferencia en los procesos electorales, la implantación de una sociedad que vigila y controla a las personas, la exclusión digital y la intensificación de un individualismo cada vez más desvinculado de la colectividad. Todos estos factores corren el riesgo de alimentar los conflictos y de obstaculizar la paz».

4. El paradigma tecnocrático. El Papa está convencido de que «la mente humana nunca podrá agotar su riqueza, ni siquiera con la ayuda de los algoritmos más avanzados», y de que «por más prodigiosa que pueda ser nuestra capacidad de cálculo, habrá siempre un residuo inaccesible que escapa a cualquier intento de cuantificación». El peligro latente en cada operación de la IA es el sistema tecnocrático, «que alía la economía con la tecnología y privilegia el criterio de la eficiencia, tendiendo a ignorar todo aquello que no está vinculado con sus intereses inmediatos». El ser humano, «animado por una prometeica presunción de autosuficiencia» y «pensando en sobrepasar todo límite gracias a la técnica, corre el riesgo, en la obsesión de querer controlarlo todo, de perder el control de sí mismo, y en la búsqueda de una libertad absoluta, de caer en la espiral de una dictadura tecnológica».

5. El problema ético en el desarrollo de la IA. El primer problema identificado son las «formas de prejuicio y discriminación» a partir de los datos analizados. En segundo lugar, considerando que «con frecuencia las formas de inteligencia artificial parecen capaces de influenciar las decisiones de los individuos por medio de opciones predeterminadas asociadas a estímulos y persuasiones, o mediante sistemas de regulación de las elecciones personales basados en la organización de la información», ello supone una constante supervisión de quien las produce y de las instituciones que las usan. En tercer lugar, la clasificación de categorías de personas a partir de los datos puede crear conflictos en la vida real; por ello, «el respeto fundamental por la dignidad humana postula rechazar que la singularidad de la persona sea identificada con un conjunto de datos». Finalmente, el Papa alude al ámbito laboral: «en este contexto, no podemos dejar de considerar el impacto de las nuevas tecnologías en el ámbito laboral. Trabajos que en un tiempo eran competencia exclusiva de la mano de obra humana son rápidamente absorbidos por las aplicaciones industriales de la inteligencia artificial.

6. Uso de la tecnología para la guerra. Este punto lo presenta el Papa en modo de pregunta y recurriendo a la alegoría: «¿Transformaremos las espadas en arados?». De hecho, el arado es tecnología y la espada es tecnología aplicada a la guerra. El símil es bíblico, aparece en Isaías 2,4: «Forjarán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra». Se trata, pues, de un ejemplo de aplicación de la IA a la guerra: «La búsqueda de las tecnologías emergentes en el sector de los denominados “sistemas de armas autónomos letales”, incluido el uso bélico de la inteligencia artificial, es un gran motivo de preocupación ética». «Es imperioso -dice el Papa- garantizar una supervisión humana adecuada, significativa y coherente de los sistemas de armas». Por ello, «lo último que el mundo necesita es que las nuevas tecnologías contribuyan al injusto desarrollo del mercado y del comercio de las armas, promoviendo la locura de la guerra».

7. La IA en el ámbito educativo. La observación del Papa en este aspecto es muy precisa: «La educación en el uso de formas de inteligencia artificial debería centrarse sobre todo en promover el pensamiento crítico». De este modo, «las escuelas, las universidades y las sociedades científicas están llamadas a ayudar a los estudiantes y a los profesionales a hacer propios los aspectos sociales y éticos del desarrollo y el uso de la tecnología».

8. La IA y el derecho internacional. En el punto seis el Papa propone el diálogo como camino para una recta aplicación de la IA. En términos operativos considera que «el alcance global de la inteligencia artificial hace evidente que, junto a la responsabilidad de los estados soberanos de disciplinar internamente su uso, las organizaciones internacionales pueden desempeñar un rol decisivo en la consecución de acuerdos multilaterales y en la coordinación de su aplicación y actuación». Su propuesta va en la línea de «un tratado internacional vinculante, que regule el desarrollo y el uso de la inteligencia artificial en sus múltiples formas». En su propuesta, «es indispensable identificar los valores humanos que deberían estar en la base del compromiso de las sociedades para formular, adoptar y aplicar los marcos legislativos necesarios».


Algorética: Valoración final

El Papa considera que es el diálogo el camino equilibrado para no hacer de la tecnología una tiranía digital: «Una mirada humana y el deseo de un futuro mejor para nuestro mundo llevan a la necesidad de un diálogo interdisciplinar destinado a un desarrollo ético de los algoritmos».

A dicho proceso lo llama: «algorética», una expresión que une los términos «algoritmo» y «ética»; en ella se trata de «que los valores orienten los itinerarios de las nuevas tecnologías». En sentido intregral considera que «las cuestiones éticas deberían ser tenidas en cuenta desde el inicio de la investigación, así como en las fases de experimentación, planificación, distribución y comercialización. Este es el enfoque de la ética de la planificación, en el que las instituciones educativas y los responsables del proceso decisional tienen un rol esencial que desempeñar».

En términos de regulación jurídica propone «un tratado internacional vinculante, que regule el desarrollo y el uso de la inteligencia artificial en sus múltiples formas».

 

 

martes, 16 de enero de 2024

La autocracia electoral como parásito político

 

 Por: Juan V. Chopin

Se denomina «autócrata» a una persona que ejerce por sí sola la autoridad suprema de un Estado. Su régimen político es la «autocracia», que es la forma de gobierno en la cual la voluntad de una sola persona es la suprema ley. Por ello, al autócrata se le confunde con el dictador, el tirano, el déspota y el sátrapa.

La autocracia es un «parásito político» (sit venia verbo) en tanto utiliza el sistema democrático para instalarse en el poder, pero una vez que está dentro del sistema, lo debilita y no decide matarlo de inmediato, porque le ayuda a mantenerse con vida.

Una autocracia se dice «electoral» cuando simula a un sistema democrático basado en elecciones populares. Así, las elecciones celebradas dentro de la autocracia electoral destacan por el control. Es decir, existe una sensación de democracia en cuanto a que los ciudadanos pueden votar y elegir a sus representantes, pero en realidad se vigila y presiona o bien a los candidatos o bien a los electores (Pascual: 2022). 

El autócrata electoral apela, como argumento esencial, al respaldo popular para justificar la concentración de los poderes en un solo individuo y en el grupo que lo apoya.

Los rasgos emblemáticos de esa forma de gobierno incluyen la anulación de los controles democráticos, la degradación de la deliberación pública, la sustitución del libre acceso a la información por la propaganda política emitida por el régimen, el ataque a los medios de comunicación y a las organizaciones de la sociedad civil, el abuso de las facultades en demérito de los derechos de las minorías, la confrontación directa con el poder Judicial independiente y la sumisión política del poder Legislativo (Merino: 2023).

En el proceso de acumulación del poder, el autócrata se verá obligado a cambiar el texto de la Constitución o, al menos, a no tomarlo en cuenta, acusando su texto de ser expresión de un «pacto de corruptos».

Pero el autócrata necesita el apoyo popular (es su fuerza vital). Por ello, no se atreve a anular las elecciones, aunque preferiría mantenerse en el poder sin recurrir a ellas. El brigadier Maximiliano Hernández Martínez en su segunda y tercera reelección sí las anuló.

Esos gobiernos no se instalan a través de asonadas militares, a la manera clásica de las dictaduras, pero promueven la polarización política y utilizan toda la maquinaria del Estado para afirmarse en el mando (Merino: 2023). 

El autócrata es un experto en licuar la memoria y la historia. Así lo considera el Papa Francisco: «un modo eficaz de licuar la conciencia histórica, el pensamiento crítico, la lucha por la justicia y los caminos de integración es vaciar de sentido o manipular las grandes palabras. ¿Qué significan hoy algunas expresiones como democracia, libertad, justicia, unidad? Han sido manoseadas y desfiguradas para utilizarlas como instrumento de dominación, como títulos vacíos de contenido que pueden servir para justificar cualquier acción» (Francisco: Laudato Si’, n. 14).

Así, para los regímenes autocráticos, las instituciones solo existen en función de las personas que las encabezan, quienes deben obedecer siempre las instrucciones del Ejecutivo. De aquí que cualquier posición contraria a las decisiones tomadas por la “oligarquía política” sea vista como una traición y como prueba de que sus titulares son enemigos del gobierno. Esas instituciones no son apreciadas por sus méritos ni por su apego a la Constitución sino por su obediencia: no hay órganos autónomos sino consejeros o comisionados; no hay poder Judicial sino jueces y ministros; no hay gobiernos estatales sino gobernadores; no hay poder Legislativo sino legisladores. Todos los cargos son vistos desde los nombres propios y las lealtades políticas de quienes los ocupan (Merino: 2023).

Garantizar la vigencia de las normas constitucionales, organizar elecciones apegadas a la ley, abrir la información pública y evitar reformas constitucionales caprichosas son anhelos que se pierden, enrarecidos, en los pocos focos de resistencia que quedan: en algunos medios de comunicación social, en las redes y las organizaciones sociales, en la débil oposición y el casi nulo disenso. Así, la autocracia está a las puertas.

Si para el autócrata el presupuesto histórico y la memoria que lo sostiene son una farsa, entonces lo que sucederá mañana, es decir, en el futuro, es, desde ya, también una farsa. Pero eso no le preocupa, ya que su concepción del tiempo se apega a la era digital, que lo entiende como un presente sin historia.

 

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