martes, 22 de octubre de 2019

TEOLOGÍAS DEL SUR. EL GIRO DESCOLONIZADOR (Reseña)



Por: Oscar Alfredo Castro Ramírez

Ficha técnica
TAMAYO ACOSTA Juan José, Teologías del Sur. El giro descolonizador
Editorial Trotta, Madrid 2017.
Colección: Estructura y Procesos serie religión.
Serie: Religión.
249 páginas.
ISBN: 978-84-9879-707-7.

Datos del autor:
Juan José Tamayo Acosta, nació en Amusco, Palencia, 7 de octubre de 1946, es un teólogo español vinculado a la Teología de la Liberación, sobre la que ha trabajado abundantemente. Es secretario general de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII.
Licenciado en Teología por la Universidad Pontificia Comillas en 1971. Doctor en Teología por la de Salamanca en 1976. Diplomado en Ciencias Sociales por el Instituto León XIII en 1972. Licenciado (1983) y doctor (1990) en Filosofía y Letras por la Universidad Autónoma de Madrid. Ha sido profesor en diversas instituciones de España y América. Es profesor Titular de la Universidad Carlos III de Madrid, dirige actualmente la cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones Ignacio Ellacuría de la Universidad Carlos III. Es cofundador y actual Secretario General de la progresista Asociación de Teólogos Juan XXIII, miembro de la Sociedad Española de Ciencias de las Religiones, del Comité Internacional del Foro Mundial de Teología y Liberación y del Consejo de Dirección del Foro Ibn Arabi. Profesor invitado en diferentes Masters en varias universidades, entre ellas: Autónoma de Madrid, Universidad de Córdoba, Universidad Pablo de Olavide, Carlos III de Madrid. Colabora en numerosas revistas españolas e internacionales de filosofía, teología, ciencias sociales y ciencias de las religiones. Imparte numerosas conferencias en Estados Unidos, España e Hispanoamérica.

Tesis central del libro:
La tesis central del libro Teologías del sur El giro descolonizador, se evidencia en la contradicción de la profesión de fe cristiana en el Dios único y universal, la igualdad de hombres y mujeres por el bautismo, en la misma esperanza de la salvación y una pertenencia a una comunidad, esto se desarrolla mediante la teología de la revelación, mediante las teologías y antropologías desarrolladas a lo largo de la zona sur del istmo, haciendo una teología desde el horizonte y opción por los pobres lo cual expresa una praxis como parte de la metodología y del propio contenido religioso buscando como horizonte de una teología histórico – crítica que presupone responder a los grandes problemas de nuestro tiempo, en diálogo con las diversas ciencias, en especial de la religión y de las culturas del norte y del sur.

Articulación del libro:
El libro Teologías del sur El giro descolonizador, presenta una estructura en siete capítulos, en el primer capítulo se presenta un análisis que tiene por eje central el análisis histórico-crítico de las religiones que el autor las llama hegemónicas, las cuales presentan un viaje del pluralismo hacia una marcada uniformidad, estas mismas son las que niegan la diversidad religiosa y cultural imponiéndose así un solo sistema de creencias.
Por otra parte, en el segundo capítulo propone un análisis centrado en las teologías emergentes postcoloniales y decoloniales, las cuales se ocupan de cuestionar a los sujetos teológicos únicos que tienen en sí un engaño, puesto que es falsamente universal y toma una cierta conciencia de la emergencia de los otros terrenos o estadios de la existencia humana, se puede observar en el análisis que realiza el autor la forma de como cuestiona el racismo epistemológico europeo el cual conlleva a una descolonización. Ayudan mucho en este capítulo los estudios de los teólogos uno de ellos la Asociación Ecuménica de los teólogos tercermundistas y el Foro Social Mundial de la teología de la liberación el cual apunta a “la búsqueda de otro mundo posible”.
El capítulo tercero se dedica a la teología africana, en el que el autor analiza el proceso de su construcción como discurso de su identidad propia; se tiene una atención especial a la teología contextual surafricano esto con el propósito de recuperar la filosofía del Ubuntu que tiene como característica el principio “yo soy, si tú también eres”; la parte que dedica al capítulo cuarto es ocupado por la teología negra de la cual para muchas personas es de creer que su origen son las personas del áfrica pero en este capítulo es desmentido y se afirma que la teología negra es de origen estadounidense, puesto que es una teología del sur global nace sí en Norteamérica por influjo de áfrica en la década de los setentas en tiempos de Martin Luther King, y de la lucha por el poder del negro, liderado por Malccolm X. inspirado por la influencia negra.
El quinto capítulo denota las aportaciones a la teología asiática descubiertas por el autor en su participación en congresos de teología, se evidencian dos líneas conductuales: 1. La teología de la liberación; 2. La de las religiones que se unen entre sí con mucha frecuencia a las cuales se les dedica el capítulo seis un análisis más riguroso, en este análisis se dedica un aporte elocuente de la teología de la liberación a la cual el autor muestra un panorama general rescatando el aporte más significativo de esta teología desde un punto de vista metodológico e igualmente epistemológico se muestra un acercamiento a las tendencias más significativas las cuales son: la feminista; la afrodescendiente; la indígena, la teología de pluralismo religioso y teología económica de la liberación.
En el séptimo capítulo habla de la teología latinoamericana, que es la más antigua y que está estrechamente unida a las raíces de las comunidades originales. En la parte final del libro se refiere a la diversidad de la cultura de la cual podemos decir que aun en estas diversas expresiones culturales de los pueblos una teología en gestación que nuestra la realidad del pueblo.

Valoración personal:
La lectura del libro Teologías del sur. El giro descolonizador, de Juan José Tamayo Acosta, presenta un análisis abierto a considerar las diversas teologías y a su vez podemos observar que durante el desarrollo de la exposición que el autor realiza existe una exigencia a todo aquel que se hace llamar cristiano, y que como creyente es capaz de guardar fidelidad a lo que el cómo cristiano profesa con certeza y asegura con su fe. Basados en las diversas teologías presentadas por el autor, valorando a demás todos aquellos atropellos que ha soportado a lo largo de la historia, como se puede evidenciar en el caso de la teología negra y la teología de la liberación en el continente latinoamericano, nos ayudará para concederle al pasado un valor preponderante que nos permite verlo con ojos de gloria, es decir, viendo el presente con más certeza y seguridad de los que creemos. El giro descolonizador nos ayuda a poder experimentar los cambios en el pasado que dieron paso a lo que hoy se es y se vive con armonía y sobre todo expresando una adecuación en la forma de creer que nos abre más el camino para continuar en el desarrollo teológico, entrando en el diálogo con las demás teologías que se nos presentan.  

LAUDATO SI (Reseña)

Por: Ernesto de Jesús Arce Alonzo 


Ficha técnica
 Papa Francisco, Laudato Si, sobre el cuido de la casa común.
Editorial Vaticana, Ciudad del Vaticano, 2015.
161 páginas.

Jorge Mario Bergoglio nació en Buenos Aires, el 17 de diciembre de 1936; fue ordenado sacerdote en la Compañía de Jesús el 13 de diciembre de 1969, casi dos décadas después fue elegido obispo titular de Auca y auxiliar de Buenos Aires, fue ordenado obispo el 27 de junio de 1992, en la catedral de Buenos Aires por el cardenal Antonio Quarracino, arzobispo de Buenos Aires, cinco años después fue promovido a arzobispo coadjutor de Buenos Aires (3 de junio de 1997), e inició su ministerio pastoral como undécimo arzobispo de Buenos Aires el 28 de febrero de 1998. Bergoglio es nombrado cardenal del título de San Roberto Belarmino de nuevo por Juan Pablo II en el consistorio del 21 de febrero de 2001. Fue elegido papa el 13 de marzo del 2013

Tesis central del libro
El tema central del contenido es la ecología, desde una perspectiva integral, es decir, abordando todas sus dimensiones: natural, humana, social, económica. El Papa nos ofrece una panorámica de su pensamiento sin adherirse a ninguna teoría científica sobre el cambio climático, sino buscando la apertura de un rico debate sobre estas cuestiones desde todas las perspectivas, y sin olvidar la centralidad y responsabilidad del ser humano.

Articulación del libro
En esta encíclica el Papa se dirige a todos los habitantes del planeta, planteando una visión en continuidad con sus antecesores y una armonía con pensadores no católicos, hace un llamado urgente a todas las personas a un nuevo dialogo sobre el cómo estamos forjando el futuro del planeta.
 El docuemento consta de 6 capítulos: el primer capítulo comienza con la presentación actual del planeta  en base a los mejores hallazgos científicos disponibles, en el segundo capítulo hay una revisión bíblica y de la tradición judeo-cristiana de la cración, el tercer capítulo analiza la raíz de los problemas de la tecnocracia y de un execivo egocentrismo del ser humano, en el cuarto capítulo se propone una “ecología integral” que respeta claramente sus dimensiones humanas y sociales inseparablemete ligada a la cuestión ambiental, en esta perspectiva en el quinto capítulo el Papa Francisco  propone iniciar un diálogo honesto en todos los niveles de la vida social, económica y política, que construya procesos de toma de decisiones transparentes y nos recuerda que ningún proyecto puede ser efectivo si no es alentado por una conciencia formada y responsable, para esto en el sexto capítulo  propone líneas de acción para ayudar al crecimiento en los niveles educativo, espiritual, eclesial, político y teológico.

Valoración Crítica
En el documento encontramos profundas reflexiones en torno a la situación actual del planeta, se deja entre ver en esta reflexión que se sigue la línea de la defensa de los marginados y olvidados,  la íntima relación que hay entre la fragilidad del planeta y la de los pobres, la convicción de que todo el mundo esta conectado y las consecuencias nos afectan a todos, y la  crítica que se hace al fundamento de la nueva era, los nuevos paradigmas y las formas de poder derivadas de la tecnología, olvidando a la madre tierra que es casa de todos.


LA TEOLOGÍA EN EL SALVADOR (Reseña)

Por: Josué Mauricio Romero García 


Ficha técnica
Flores  Salguero, Omar Elenilson/ Mejía de Toledo, Jessica Idania, La teología en El Salvador. Expresiones, estado actual y nuevos retos, ULS Editores, San Salvador 2018.
301 páginas.
ISBN 978- 99961-317-3-8.

Lic. Omar Elenilson Flores Salguero.
Profesor en las áreas de Biblia, Teología y Humanidades en la Universidad Luterana Salvadoreña, y en la Universidad Evangélica de El Salvador.

Lic. Jessica Idania Mejía.
Licenciada en Teología, ha trabajado en Pastoral Social, Proyección y Desarrollo Comunitario con diferentes organizaciones salvadoreñas. Actualmente se desempeña como docente en las áreas de Teología feminista, Historia de la Iglesia, Biblia, Teología y Humanidades en la Universidad Luterana Salvadoreña y CEDEPCA.  

Tesis central del libro
Es una aproximación a las distintas expresiones teológicas que han surgido en El Salvador en respuesta a contextos históricos e ideológicos particulares. Desde una línea del tiempo iniciada con las valoraciones y acceso a lo divino en los pueblos originarios de la región Iberoamericana hasta la actualidad. Así se pretende superar una idea bajo la cual se entendía que sólo hasta la segunda mitad del siglo XX con la fundación de la Universidad José Simeón Cañas (UCA) y la conformación de la carrera de Teología se dieron expresiones teológicas. De tal manera que desde un concepto de teología no confesional decodifica las perspectivas reflexivas sobre Dios en función de entender su estado actual.

Articulación del libro
El libro consta de cinco capítulos. El primer capítulo pretende responder al cómo se ha entendido la teología a lo largo de la historia, desde su origen en la antigua Grecia y sus diferentes etapas dentro de la tradición judía y cristiana, con sus metodologías y matices confesionales y no confesionales. 
El segundo capítulo centra sus reflexiones teológicas en El Salvador con sus diversos momentos y etapas; expone la cosmovisión náhuatl pipil que puede entenderse en el marco de una Teología simbólica. Avanza en los orígenes del cristianismo en la región de México y Centroamérica, sus procesos de evangelización marcados por los matices característicos de las órdenes religiosas que participaron del proceso de evangelización; entre las cuales figuran los franciscanos con una teología escatológica milenarista y los dominicos con una teología salamantina. De tal manera que se adentra en el discurso analizando la teología de tipo práctico política en la época independentista y posterior a ella; marcada por pugnas entre liberales y conservadores, dando así un dinamismo antagónico que generó el ascenso de personajes con una lucidez intelectual significativa, tales como los hermanos Aguilar y José Simeón Cañas; convirtiéndose la recién fundada universidad de El Salvador en un escenario de debates entre escolásticos y liberales.
El siglo XX en El Salvador fue un siglo intenso, convulsionado, y lleno de violencia. En las primeras décadas todavía se veían en el país esas disputas iniciadas en la segunda mitad de siglo XIX entre liberales y conservadores (pág. 108). En la primera mitad resaltan personajes que responden a escenarios que van a prefigurar los conflictos beligerantes de la segunda mitad. Se presenta de igual modo la sistematización teológica de Ignacio Ellacuría y Jon Sobrino.
El capítulo tercero describe el estado actual de la teología en El Salvador, en la que se intuye un enfoque de retorno a lo producido en décadas anteriores, poniendo de manifiesto un vacío contextual.
Finalmente, los capítulos cuarto y quinto proponen métodos a utilizar para no solo consumir teología o repetir lo dicho por otros, sino mas bien lograr un nivel propositivo.

Valoración personal
El contenido de este texto es una aproximación sustancial al ejercicio de la teología en El Salvador. Concretamente, los autores centran su estudio en las corrientes teológicas que han influenciado las academias. La novedad de este escrito radica en que es un intento de dar nombre y sistematizar aquello que aun en el país no había sido abordado del todo.



GAUDETE ET EXSULTATE (Reseña)


Por: Héctor Aníbal Jacinto Recinos

Ficha técnica
FRANCISCO, Exhortación Apostólica Gaudete et Exsultate. Sobre el llamado a la santidad en el mundo actual.
Editorial San Pablo, Bogotá, 2,018.
Colección: Documentos Eclesiales, n. 31.
128 páginas.
ISBN: 978-958-768-555-8.

Biografía del autor
Papa Francisco (Jorge Mario Bergoglio) Buenos Aires, Argentina, 17 de diciembre de 1936. Jesuita, Se diplomó como técnico químico y eligió luego el camino del sacerdocio, entrando en el seminario diocesano de Villa Devoto. Completó los estudios de humanidades en Chile y en 1963 se licenció en filosofía en el Colegio San José, de San Miguel. Entre 1964 y 1965 fue profesor de literatura y psicología en el Colegio de la Inmaculada de Santa Fe y en 1966 enseñó las mismas materias en el Colegio del Salvador en Buenos Aires. De 1967 a 1970 estudió teología en el Colegio San José y obtuvo la licenciatura. El 13 de diciembre de 1969 recibió la ordenación sacerdotal. El 31 de julio de 1973 fue elegido provincial de los jesuitas de Argentina. El 20 de mayo de 1992, Juan Pablo II le nombra obispo titular de Auca y auxiliar de Buenos Aires. El 27 de junio recibe en la catedral la ordenación episcopal. El 3 de junio de 1997 fue promovido como arzobispo coadjutor de Buenos Aires. El 28 de febrero de 1998, como arzobispo, primado de Argentina. En el Consistorio del 21 de febrero de 2001, Juan Pablo II le crea cardenal, miembro de las Congregaciones para el culto divino y la disciplina de los sacramentos, para el clero, para los institutos de vida consagrada y las sociedades de vida apostólica, del Consejo pontificio para la familia y de la Comisión pontificia para América Latina. Electo Sumo Pontífice el 13 de marzo del 2013. Ha escrito encíclicas (Lumen fidei, Laudato si’). Exhortaciones (Evangelii Gaudium, Amoris laetitia, Gaudete et exsultate, Christus vivit). Cartas (Misericordia et misera, Vida Consagrada). Constituciones (Episcopalis communio, Veritatis gaudium, Vultum Dei quaerere).

La tesis central del libro
La Exhortación Apostólica Gaudete et Exsultate es un llamado a la Santidad en el mundo actual. Aplica los conceptos «Alegraos y regocijaos» del evangelio de san Mateo (5, 12), esta cita tiene su origen en el Sermón de la Montaña o de las Bienaventuranzas.
El objetivo del Papa es hacer resonar una vez mas el llamado a la santidad, encarnarlo en el contexto actual (N. 2). Su objetivo con esta exhortación no es ofrecer un tratado sobre la santidad, sino descubrir el llamado a la santidad que el Señor hace a cada uno de nosotros (N. 10), allí donde cada uno se encuentra (N. 14), aprovechando las ocasiones que se presentan cada día para realizar las acciones ordinarias de manera extraordinaria (N. 17).

Articulación del libro
La Exhortación Apostólica consta de cinco capítulos y está constituido en 177 numerales de los cuales dos son introductorios.
En el primer capítulo, que consta de 20 numerales, titulado El Llamado a la santidad, el papa abre con el título “los santos que nos alientan y acompañan” y de aquí va reconociendo “una nube de testigos” (N. 3) que caminan hacia la meta, menciona que están los santos de la puerta de al lado y que son aquellos en donde se puede encontrar la santidad en su cotidianidad, en el pueblo de Dios paciente: los pobres, enfermos, religiosas ancianas…la santidad de la Iglesia militante, (N. 7) es el rostro mas bello de la Iglesia (N. 9).
El Señor sigue llamando a todos los fieles, cada uno por su camino, a la perfección de aquella santidad con la que es perfecto el mismo Padre (N. 10), dice el Papa: también para ti, allí donde cada uno se encuentra, solo se trata de: “vivir el momento presente colmándolo de amor” (N. 17), recuerda a la vez que la misión debe ser asumida en Cristo, pero que cada santo es una misión y esta adquiere un sentido pleno en cristo y solo desde ahí se entiende (N. 20).
En el segundo capítulo, que consta de 28 numerales, titulado Dos sutiles enemigos de la santidad, remarca la advertencia sobre “dos falsificaciones de la santidad” (N. 35), enumerando el gnosticismo y el pelagianismo; en el caso del pelagianismo supone una fe encerrada en el subjetivismo, el sujeto queda clausurado en la inmanencia de su propia razón o de sus sentimientos” (N. 36). Advierte que los gnósticos no miden la perfección de las personas por su grado de caridad, sino por la cantidad de datos y conocimientos que acumulen y declara algunos límites de la razón.
En el caso del pelagianismo actual, que ya no es la inteligencia la que ocupa el lugar del misterio y de la gracia, sino la voluntad, sugiere tener cuidado ante una voluntad sin humildad, no confiar de las propias fuerzas. Para ser perfectos necesitamos vivir humildemente en su presencia, envueltos en su gloria (N. 51), advierte que los nuevos pelagianos son los que se envuelven en su propia gloria y que se empeñan en seguir otros caminos: el de la justificación por las propias fuerzas (N. 57), lo que recomienda es cumplir con las virtudes teologales en donde debe reinar la caridad (N. 60).
En el tercer capítulo, que consta de 47 numerales, titulado A la luz del Maestro, invita a volver a las palabras de Jesús, quien explicó con toda sencillez qué es ser santo, que lo hizo cuando nos dejó las bienaventuranzas (Mt 5,3-12), en ellas se dibuja el rostro del Maestro (N 63); estas palabras van muy a contracorriente con respecto a lo que es costumbre, que solo podemos vivirlas si el Espíritu Santo nos invade (N. 65).
El Papa invita a volver a escuchar a Jesús, el Maestro, que sus palabras golpeen, desafíen e interpelen, recordar siempre las distintas bienaventuranzas sobre el gran protocolo: “felices los misericordiosos” (N. 95), que es sobre el cual seremos juzgados, por tanto, ser santos no significa blanquear los ojos en un supuesto éxtasis, tenemos que saberlo descubrir sobre todo en el rostro de aquellos con los que él mismo ha querido identificarse (N. 96).
En el cuarto capítulo, que consta de 48 numerales, titulado Algunas notas de la santidad en el mundo actual, aquí el Papa nos señala algunas notas o expresiones espirituales que no deben faltar para entender el estilo de vida al que el Señor nos llama (N. 110), invita a tener aguante, paciencia y mansedumbre; consiste en estar centrado, firme en torno a Dios, desde esa esa firmeza interior es posible aguantar, “no dejarse vencer por el mal” (N. 113).
No perder de vista que el santo es capaz de vivir con alegría y sentido del humor, ser cristiano es gozo en el Espíritu Santo (N. 122), en la Biblia se encuentran ejemplos en donde se anuncia la alegría, los profetas anunciaban una revelación de la alegría: “Gritad jubilosos” (Is 12, 6), así mismo María que canta: “se alegra mi espíritu en Dios mi salvador (Lc 1, 47), hasta el mismo Jesús se llena de alegría (Lc 10,21); no hay que descartar los momentos duros que nada pueden destruir la alegría, recordando que la santidad es parresía: es audacia, entusiasmo; sobre esto el Papa Pablo VI ya había advertido que uno de los obstáculos de la evangelización era la falta de fervor, la carencia de parresía (N. 130).
La parresía es sello del Espíritu y necesitamos el empuje del Espíritu para no ser paralizados por el miedo (N. 133), recuerda a la vez que la santificación es un camino comunitario, de dos en dos (N. 141), la comunidad está llamada a crear ese espacio teologal en el que se puede experimentar la presencia mística del Señor resucitado (N. 142), la comunidad es donde los miembros cuidan unos a otros y constituyen un espacio abierto y evangelizador (N. 145), donde la santidad se descubre también en la oración , “en la apertura habitual a la trascendencia” (N. 147).
En el quinto capítulo, que consta de 20 numerales, titulado Combate, vigilancia y discernimiento, aquí el Papa inicia diciendo que la vida cristiana es un combate permanente (N. 158), que este combate no se trata solo contra el mundo y la mentalidad humana, sino que es una lucha constante contra el diablo (N. 159). La existencia del diablo es real, no es un mito, el mismo Jesús nos dejó en el Padre Nuestro que pidiéramos al Padre que nos librara del Malo, “no pensemos que es un mito” (N. 161).
Hay que tomar en cuenta el discernimiento para saber si algo viene del Espíritu Santo o si su origen está en el espíritu del mundo o en el espíritu del diablo, por tanto, el hábito del discernimiento es necesario, es un instrumento de lucha para seguir mejor al Señor (N. 169). María es la santa entre los santos, ella nos enseña el camino de la santidad (N. 176).

Valoración crítica o impresiones personales
Esta exhortación es de fácil lectura y no requiere de complejas explicaciones, en esta breve guía se puede presentar de forma sencilla lo que es la santidad, se puede percibir el lenguaje del autor, él mismo va mostrando sobre todo su propio estilo, su propia reflexión como pastor de la Iglesia. En sus temas centrales es claro, identifica su objetivo al escribir y da pautas para que todo lector pueda comprender desde su propia sencillez, desde su ámbito donde se desenvuelve, lo que busca es que el lector descubra la santidad y se pregunte cómo llegar a ella, el mismo Papa quiere lanzar la Iglesia tras la santidad, y en este texto muy bien se define lo que es la santidad para Francisco.

Sugerencias de lectura
Se proponen algunas citas del texto:
“No es de esperar aquí un tratado sobre la santidad, con tantas definiciones y distinciones que podrían enriquecer este importante tema, o con análisis que podrían hacerse acerca de los medios de santificación. Mi humilde objetivo es hacer resonar una vez más el llamado a la santidad, procurando encarnarlo en el contexto actual. (N. 2).
 “Cada santo es una misión; es un proyecto del Padre para reflejar y encarnar, en un momento determinado de la historia, un aspecto del Evangelio.” (N. 19)
“Muchas veces, en contra del impulso del Espíritu, la vida de la Iglesia se convierte en una pieza de museo o en una posesión de pocos. Es quizás una forma sutil de pelagianismo.” (N. 58)
“Quien de verdad quiera dar gloria a Dios con su vida, quien realmente anhele santificarse para que su existencia glorifique al Santo, está llamado a obsesionarse, desgastarse y cansarse intentando vivir las obras de misericordia.” (N. 107)

lunes, 30 de septiembre de 2019

PALABRAS DE APERTURA AL PRIMER SIMPOSIO ROMERISTA EN LA DIÓCESIS DE SAN VICENTE, EL SALVADOR, C.A.








Palabras del Señor Nuncio Apostólico
Su Excelencia Santo R. Gangemi
“Mons. Romero en la Iglesia Latinoamericana”


en el
Primer Simposio Romerista
Diócesis de San Vicente

ÛÛÛ

Ilobasco, Cabañas, 28 de septiembre de 2019



Excelencia Reverendísima,
Reverendos y queridos conferencistas,
Estimados invitados,
Apreciada asistencia:

No puedo negar ni guardar silencio acerca de sentirme un poco incómodo tomando la palabra hoy durante este Primer Simposio Romerista. Creo que la razón de mi vergüenza es totalmente comprensible: yo soy el último entre ustedes y no puedo ni mínimamente ponerme en comparación con su conocimiento de la vida, la actividad y el mensaje –quisiera decir el magisterio– de un obispo que motiva estudios y discusiones hasta nuestros días y hasta hoy en día, después de más de 30 años de su muerte, al punto que para quien llega a El Salvador parece que se trata de un acontecimiento que ha pasado, a lo más tarde, hace unas semana o al máximo un mes.

Cuando leo los nombres de los que tomarán la palabra durante este encuentro me siento como un enano que marcha sobre las espaldas de unos gigantes o, para utilizar una frase de San Pablo quisiera decir: “Y en último término se me apareció también a mí, que soy como un aborto” (1Cor 15,8).

Comienzo diciendo inmediatamente cuál es mi intención: ¡No hablar sobre la vida y algunos aspectos específicos del compromiso pastoral y social del Santo Obispo Mártir! me detengo más bien para hacer una reflexión "en voz alta" sobre el impacto que el Obispo Romero tiene en América Latina y fuera de las fronteras de El Salvador.

Sin saberlo, la elección de su lema episcopal nos hace verlo como un pastor que afirma situarse dentro de la Iglesia, pero no la ideal, sino la concreta, la Iglesia de su tiempo y por esta misma razón que "sentir con la Iglesia" lo lleva hoy para hacerlo sentir “por la Iglesia”.

 De hecho, purificado por la palabra magisterial del Papa, que lo proclama santo, lo libera de ciertas etiquetas que una lectura distorsionada y marginal de su vida le había dado – muchos o todos ustedes lo saben bien - que “hubo equivocación hasta en la comprensión de la doctrina social de la Iglesia así que la defensa de los derechos humanos fue interpretada como si fuera una opción política más que evangélica” a pesar que dentro y fuera de El Salvador hubo personalidades de larga visión, como el Card. Achille Silvestrini, que al enterarse años después de la muerte de los jesuitas de la UCA no tuvo reparo a gritar que había que declararlos mártires enseguida sin esperar 50 años, sin caer en las dudas o en las largas disquisiciones que habían acompañado la muerte de Mons. Romero, hasta dentro de la misma Iglesia. El Papa Francisco proclamándolo como uno de los santos de la Iglesia universal, lo señala como el santo de todos, el santo de toda la Iglesia; lo siento por los salvadoreños que de esta manera están llamados a hacer un gran sacrificio para no considerar al primer santo de su tierra como un "tesoro celoso" y a aceptar de compartirlo con tantos que lo consideran como un Maestro, un pastor, una lámpara.  

Con este término me gusta resumir, en este contexto, la vida de nuestro santo; una palabra que dije por primera vez después de la misa en el Hospitalito el 15 de octubre de 2018. Nuestro santo lo pongo en analogía con la hermosa expresión que encontramos en el Evangelio de Juan y que el mismo Jesús se le atribuye a Juan el Bautista: "Él fue la lámpara que arde y alumbra y vosotros quisistéis recrearos a la hora con su luz" (Jn 5,35). Esta me parece la definición más encantadora que se le puede dar al arzobispo Romero. ¡No una bandera, sino una lámpara! Para ver la bandera necesitamos levantar la cabeza, la luz, al revés, no necesita un movimiento: nos envuelve incluso si no la miramos, podemos cerrar los ojos, es cierto, pero no por eso la apagamos. Y poniéndonos en el cauce de los antiguos santos y pensadores podríamos añadir: ¡la verdad está desnuda! Ahí sobre la cruz la contemplamos y es una respuesta contundente a quien tal vez por pusilanimidad o hipocresía puede hoy como ayer preguntar: ¿qué es la verdad?

El 3 de febrero de 2015 sigue siendo una fecha importante para la historia reciente y futura de El Salvador, América Latina y la Iglesia Universal; esa fecha es como un hito entre un antes y un después, sobre todo entre un antes al que ya no podemos regresar.

L’Osservatore Romano, La edición semanal de la Santa Sede en lengua española del 6 de febrero de 2015 en la página 10 escribe así: “…el martes 3 de febrero, el Santo Padre Francisco…autorizó a la Congregación a promulgar los siguientes decretos:

- “El martirio del siervo de Dios Oscar Arnulfo Romero Galdámez… asesinado por odio a la fe, el 24 de marzo de 1980

Ya en esta breve frase de la Congregación queda muy clara la respuesta que la Santa Sede – el Santo Padre – quiso dar a la pregunta verdadera o retórica sobre el porqué del asesinato de Mons. Romero, barriendo de tal manera el terreno de todas las elucubraciones que, desde su muerte hasta la víspera de aquel día, se habían hecho y habían acompañado la personalidad y el ministerio del asesinado Arzobispo de San Salvador.

El mismo Osservatore Romano comentaba: “... había... un clima de persecución contra un pastor que, como consecuencia de la inspiración evangélica, de los documentos del Vaticano II, de Medellín, había elegido vivir para los pobres. No había motivos ideológicos de cercanía a pensamientos políticos particulares” (p.10).

En la presentación de los decretos Mons. Paglia, Postulador de la Causa romana, dijo: “Hoy Romero… es un don extraordinario para toda la Iglesia… no sólo para los católicos, sino también para todos los cristianos y para todos los hombres de buena voluntad” (p. 10).  

Es interesante cómo desde el primer momento del anuncio, el Postulador manifiesta el gozo no de los salvadoreños, cómo hubiéramos pensado, sino de toda la Iglesia, dilatando los horizontes de acogida a “todos los hombres de buena voluntad”.

La beatificación se celebra el 23 de mayo siguiente, en la Plaza Salvador del Mundo, podríamos decir, casi frente a sus reliquias que son custodiadas en el templo Primado de la capital.

Desde el primer momento me parece claro en la mente del Pontífice la universalidad del ejemplo de la santidad del mártir salvadoreño. En una pléyade de famosos santos anónimos, aquí tenemos un santo que inmediatamente excede las fronteras de su tierra natal incluso antes de su beatificación.

El mismo Papa Francisco en la Carta Apostólica enviada a S. E. Mons. José Luis Escobar Alas subraya cómo la alegría de la beatificación supera los estrechos límites de El Salvador, no limitándolo a Centroamérica, sino a todo el territorio latinoamericano: “En este día de fiesta para la Nación Salvadoreña, y también para los países hermanos latinoamericanos... - y añade - …. La fe en Jesucristo, cuando se entiende bien y se asume hasta sus últimas consecuencias, genera comunidades artífices de paz y de solidaridad. A esto es a lo que está llamada hoy la Iglesia en El Salvador, en América y en mundo entero” (OR, viernes 29 de mayo de 2015, p. 5).

¡Miren qué maravilla este documento pontificio!, nos parece que asistimos a un “crescendo” en una sinfonía musical. Se empieza por notas bajas y con pocas instrumentaciones hasta alcanzar el máximo del sonido, diría hasta despertar a los que se habían quedado dormidos.

No es suficiente para el Papa el territorio latinoamericano, le queda estrecho, lo amplía hasta el mundo entero.

Está muy claro el mensaje: ¡no se puede enmudecer la santidad! Me vuelve a la mente una maravillosa frase del Deuteronomio: “no pondrás bozal al buey que trilla” (29,9), que traducido en el pensamiento de Papa Francisco se podría leer: ¡no se puede amarrar la gracia de Dios!

Esta santidad universal de Mons. Romero y por ende esta actualidad de su mensaje es como un “clavo fijo” en la mente del Papa.

Sobrepaso el día de la canonización. Ya el hecho mismo no tiene necesidad de ser explicado, parafraseando un comentario de San Agustín sobre la multiplicación de los panes, podríamos decir que los mismos gestos del Papa para nosotros son palabras: La misma ceremonia en el marco maravilloso de Plaza San Pedro es un anuncio universal, que no puede ser retenido ni por Roma, ni por El Salvador, ¡sino que llega hasta los más pequeños lugares donde se levante un altar a Dios!

Pero no puedo callar estas maravillosas palabras: “San Óscar Romero supo encarnar con perfección la imagen del buen Pastor que da la vida por sus ovejas. Por ello, y ahora mucho más desde su canonización, pueden encontrar en él un «ejemplo y un estímulo» en el ministerio que les ha sido confiado. Ejemplo de predilección por los más necesitados de la misericordia de Dios. Estímulo para testimoniar el amor de Cristo y la solicitud por la Iglesia, sabiendo coordinar la acción de cada uno de sus miembros y colaborando con las demás Iglesias particulares con afecto colegial. Que el santo Obispo Romero los ayude a ser para todos signos de esa unidad en la pluralidad que caracteriza al santo Pueblo fiel de Dios” (OR, 19 octubre 2018, p. 5).

Quisiera invitarles a mirar otro acontecimiento, tal vez hasta ahora menos profundizado, me refiero a la Jornada Mundial de la Juventud de Panamá, que por cierto sentido se podría definir como el broche de oro de la “universalización” de Mons. Romero, ya que Francisco lo presenta casi como el hombre de Dios que al instar de San Pablo puede decir con su vida: “…ya no vivo yo, sino Cristo vive en mí” (Gal 2,20), ¡por eso su ejemplo nos alcanza, nos acompaña y nos sobrepasa!

El punto más alto de esta "internacionalización" del mensaje de San Oscar Arnulfo Romero, me parece verlo en el discurso que el Papa Francisco en la mañana del jueves 24 de enero dirigió a los Obispos de América Central con los ojos fijos en el “futuro de América Central y de cualquier región del mundo” (O.R. viernes 1 de febrero 2019, p. 3).

La figura, el legado y la enseñanza del obispo mártir salvadoreño fueron el paradigma de la vida y la actividad de los pastores de nuestros tiempos y nuestras tierras, “… comprometidos por una gente de fe sencilla...que sabe que “Dios está presente, no duerme, está activo, observa y ayuda (S. Óscar Romero, Homilía, 16 diciembre 1979)’” (Ibid. O.R., p. 3).

Como lo define el Papa, él fue un “fruto profético”, no sólo y exclusivamente de la Iglesia salvadoreña, sino más bien “de la Iglesia en Centroamérica” y añade: “Su vida y enseñanza son fuente constante de inspiración para nuestras Iglesias y, de modo particular, para nosotros obispos. El lema que escogió para su escudo episcopal y que preside su lápida expresa de manera clara su principio inspirador y lo que fue su vida de pastor: “Sentir con la Iglesia”. Brújula que marcó su vida en fidelidad, incluso en los momentos más turbulentos”.

Con estas palabras quisiera terminar yo también.
Felicito al Obispo de la querida Diócesis de San Vicente y a los organizadores, por este encuentro desde el cual, estoy cordialmente convencido, regresaremos a nuestras tareas cotidianas si no más ricos, sin duda alguna, sinceramente más convencidos y comprometidos.

¡Muchas gracias!


miércoles, 18 de septiembre de 2019

CUARTA CATEQUESIS: LA MISIÓN AD GENTES. UNA IGLESIA POBRE Y EN SALIDA (DOMUND 2019)


Por: Pbro. Juan Vicente Chopin.

1.      Motivación

La misión es la esencia de la Iglesia. Decir que la Iglesia «tiene una misión» es, en cierto modo impropio, porque la Iglesia es misión. La misión es la forma constitutiva de la Iglesia.

Ahora bien, la tarea de dilatar la Iglesia como forma germinal del Reino de Dios no ha concluido. Ciertamente, cambian el contexto histórico y los desafíos.

En una época en que el sistema capitalista y el proceso de secularización avanzan sin sobresaltos, se abren paso nuevas formas de evangelización. Ahora se habla de predicar el evangelio en el contexto de la cuarta revolución industrial, que se caracteriza por una gama de nuevas tecnologías que fusionan los mundos físico, digital y biológico, impactando en todas las disciplinas del saber, e incluso desafiando ideas sobre lo que significa ser humano.

Como contraparte de este proceso de revolución industrial se pone en crisis la estabilidad ecológica del planeta, se agudiza el fenómeno de la migración y se desarrollan nuevas formas de colonización.

Cada vez es más complejo predicar el Evangelio, no solo porque sea rechazado, sino porque, en las regiones más occidentales del planeta, resulta ser irrelevante. Está a la creatividad de los evangelizadores, que afincados en la esperanza, van buscando nuevas formas de predicar el Evangelio en este nuevo escenario.

2.      La voz del Papa

Nunca ha sido fácil predicar el Evangelio. En los orígenes del movimiento cristiano, la persecución fue el detonante de la evangelización y el contexto más natural de su desarrollo. Pero, con el paso del tiempo, los contexto en que se desarrolla la misión se complejizan. El ideal de que la misión llegue hasta los confines de la tierra, no pierde vigencia, pero no se reduce a un criterio geográfico, ahora estamos en la era tecnológica. El Papa Francisco nos hace un llamado a mantenernos en constante actitud de conversión misionera: La missio ad gentes, siempre necesaria en la Iglesia, contribuye así de manera fundamental al proceso de conversión permanente de todos los cristianos. La fe en la pascua de Jesús, el envío eclesial bautismal, la salida geográfica y cultural de sí y del propio hogar, la necesidad de salvación del pecado y la liberación del mal personal y social exigen que la misión llegue hasta los últimos rincones de la tierra (Mensaje Domund 2019).

El primer paso para mantener viva la llama de la misión es estar convencidos de la centralidad que ocupa en nuestra vida y en la vida de la Iglesia. Como nos dice el Papa Benedicto XV, cada uno debe ser el alma de su respectiva Misión (Maximum Illud, n. 15). Y más explícito es el Papa Francisco en este tema, cuando afirma que:

El verdadero misionero, que nunca deja de ser discípulo, sabe que Jesús camina con él, habla con él, respira con él, trabaja con él. Percibe a Jesús vivo con él en medio de la tarea misionera. Si uno no lo descubre a Él presente en el corazón mismo de la entrega misionera, pronto pierde el entusiasmo y deja de estar seguro de lo que transmite, le falta fuerza y pasión. Y una persona que no está convencida, entusiasmada, segura, enamorada, no convence a nadie (Evangelii Gaudium, n. 266).

El paso siguiente es una actitud de permanente conversión pastoral. Espero, nos dice el Papa Francisco, que todas las comunidades procuren poner los medios necesarios para avanzar en el camino de una conversión pastoral y misionera, que no puede dejar las cosas como están (Evangelii Gaudium, n. 25). El sueño del Papa es contar con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación (Evangelii Gaudium, n. 27).

El tercer paso es salir al encuentro de nuestros hermanos que sufren, convencidos de que la misión es una pasión por Jesús pero, al mismo tiempo, una pasión por su pueblo (Evangelii Gaudium, n. 268). Tomar distancia de los sufrimientos del pueblo es una traición a la misión, así Jesús nos toma de en medio del pueblo y nos envía al pueblo, de tal modo que nuestra identidad no se entiende sin esta pertenencia (Evangelii Gaudium, n. 268). Para lograr esto es necesario superar la tentación de ser cristianos manteniendo una prudente distancia de las llagas del Señor (Evangelii Gaudium, n. 270).

3.      La misión compartida

En la era digital se practica menos el contacto directo con las personas. El dominio de un dispositivo electrónico conectado a una red digital nos produce la percepción de estar en contacto directo y permanente con la realidad. Pero todos sabemos que la realidad no es lo mismo que la imagen de la realidad. Que virtualidad y realidad histórica no son sinónimas. En este sentido, el Papa Francisco, apoyándose en el principio de la kénosis, nos advierte que:

La kénosis de Cristo implica abandonar la virtualidad de la existencia y de los discursos para escuchar el ruido y la cantinela de gente real que nos desafía a crear lazos. Y permítanme decirlo: las redes sirven para crear vínculos pero no raíces, son incapaces de darnos pertenencia, de hacernos sentir parte de un mismo pueblo. Sin este sentir, todas nuestras palabras, reuniones, encuentros, escritos serán signo de una fe que no ha sabido acompañar la kénosis del Señor, una fe que se quedó a mitad de camino (Discurso a los obispos de Centroamérica, 24 enero de 2019).

Además, el contexto en que se desarrolla la misión hoy presenta la forma de un capitalismo imperante, que promueve un mercado divinizado: El afán de poder y de tener no conoce límites. En este sistema, que tiende a fagocitarlo todo en orden a acrecentar beneficios, cualquier cosa que sea frágil, como el medio ambiente, queda indefensa ante los intereses del mercado divinizado, convertidos en regla absoluta (Evangelii Gaudium, n. 56). La causa de esta situación es la idolatría del dinero y la dictadura del mercado sobre la dignidad humana:

Una de las causas de esta situación se encuentra en la relación que hemos establecido con el dinero, ya que aceptamos pacíficamente su predominio sobre nosotros y nuestras sociedades. La crisis financiera que atravesamos nos hace olvidar que en su origen hay una profunda crisis antropológica: ¡la negación de la primacía del ser humano! Hemos creado nuevos ídolos. La adoración del antiguo becerro de oro (cf. Ex 32,1-35) ha encontrado una versión nueva y despiadada en el fetichismo del dinero y en la dictadura de la economía sin un rostro y sin un objetivo verdaderamente humano (Evangelii Gaudium, n. 55).

Dada la complejidad de la realidad que hay que evangelizar, se requiere de agentes de pastoral y misioneros bien formados, conscientes de su situación social y debidamente capacitados. El Papa Benedicto XV, cuando se refería a los candidatos a ocupar cargos directivos en la obra misionera advertía severamente de no elegir hombres ineptos o menos idóneos (Maximum Illud, n. 16). Y el Papa Francisco propone como modelo de pastor a Monseñor Romero, a quien describía del siguiente modo: Romero no era un administrador de recursos humanos, no gestionaba personas ni organizaciones, Romero sentía con amor de padre, amigo y hermano (Discurso a los obispos de Centroamérica, 24 enero de 2019).

Finalmente, la misión ad gentes requiere siempre de nuestro solidaridad. En términos de oración; suscitando vocaciones misioneras; gestionando colaboración económica y promoviendo estructuras específicamente misioneras como las Obras Misionales Pontificias u otras estructuras organizadas para el mismo propósito.

A partir de estos argumentos, reflexionemos las siguientes cuestiones:

ü  ¿Qué nos dice para nuestra reflexión el texto de Mateo 20,25-28?

ü  ¿Cuáles problemáticas aquejan a nuestras comunidades? ¿Cómo podemos organizarnos para dar respuesta a esos problemas?


ü  ¿Cuál puede ser nuestro aporte para mantener viva la misión ad gentes?

LA UNIVERSIDAD DONDE TRABAJO EN EL SALVADOR

LA UNIVERSIDAD DONDE ESTUDIE Y DONDE INICIE LA DOCENCIA

Seguidores