viernes, 2 de diciembre de 2022

Conversaciones con el Cardenal Gregorio Rosa Chávez, candidato al «Premio Nobel de fidelidad» (RESEÑA)

 

Por: Juan V. Chopin.


BERAMENDI Ariel, Conversaciones con el Cardenal Gregorio Rosa Chávez, candidato al «Premio Nobel de fidelidad», San Salvador (Sin Editorial. Impreso en Imprenta y Offset Ricaldone, Santa Tecla, La Libertad), 2022.
ISBN: 978-99961-2-674-1.
226 Páginas.
Ariel BERAMENDI (Cochabamba, Bolivia) es sacerdote diocesano y comunicador. Ha llevado adelante proyectos de comunicación institucional, periodismo y pastoral de la comunicación. Después de trabajar en Bolivia, realizó algunos proyectos en el Pontificio Consejo para las Comunicaciones: la «mesa común de la Jornada Mundial de las Comunicaciones», el directorio global de medios de comunicación InterMirifica.net, formación a distancia y "branding" en redes sociales. Encargado de comunicación en la Secretaría General del Sínodo de los Obispos (Vaticano) para los Sínodos de los jóvenes y para la Amazonía. Publicaciones: Coloquios con el Cardenal Julio Terrazas, Kipus, Bolivia 2011; Apuntes para una pastoral de la comunicación hoy, PPC, Colombia 2016; Tito Solari. La fuerza de la humildad, Kipus, Bolivia 2016; El amor bajo las piedras, Kipus, Bolivia 2018 (novela).
Gregorio ROSA CHÁVEZ nació en Sociedad, Morazán, El Salvador, el 3 de septiembre de 1942. Fue ordenado sacerdote el 24 de enero de 1970. Es licenciado en teología por la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica. Licenciado en comunicación social por la misma universidad. Ordenado obispo el 3 de julio de 1982 y se desempeñó como obispo auxiliar de San Salvador de 1982 al 2022. Fue creado cardenal el 28 de junio de 2017 (emérito). Actualmente es párroco de la parroquia San Francisco en San Salvador.
El género literario del texto es la entrevista. La tesis central puede asociarse a su lema episcopal: «Christus Pax Nostra», «Cristo es nuestra paz», por el modo cómo enfoca su ministerio episcopal. La entrevista está a cargo del sacerdote Ariel Beramendi.
El texto consta de un prólogo, la introducción, cinco partes y tres anexos. El prólogo, a cargo del sacerdote Jaime Paredes, pone de manifiesto que la entrevista reporta las memorias del Cardenal Gregorio Rosa Chávez y, a su parecer, «se adentra en la irrupción romeriana» (p. 7).
En la introducción el sacerdote A. Beramendi explica cómo surgió la idea de realizar y plasmar la entrevista que ahora se presenta al pública. En ella reporta, al final, las palabras del Papa Francisco, quien afirma citando al cardenal Quarracino, que el cardenal Rosa Chávez «era candidato al premio Nobel de fidelidad» (p. 12). Tal expresión no queda explicada. Es decir, si efectivamente existe tal premio o se trata solamente de una broma.
La primera parte aborda aspectos biográficos del cardenal Rosa Chávez. Los títulos son: «Cosas de muchacho», «Traslado a la villa de Sociedad», «Vocación y seminario», «Conocer a Óscar Romero».
La segunda parte trata de su vocación sacerdotal y sus estudios especializados: «Ordenación sacerdotal», «Crisis en el seminario», «Lovaina». Resaltamos aquí que el cardenal Rosa Chávez fue ordenado como sacerdote por monseñor Eduardo Álvarez, considerado, como dice el mismo cardenal «obispo de derecha» (p. 155). Se reportan también los sacerdotes que fueron enviados a estudiar junto con él: Óscar Barahona, quien fue el segundo obispo de San Vicente, sucesor de monseñor Aparicio Quintanilla (ambos muertos) y Abel Morán de Santa Ana (vive).
La tercera parte, probablemente la más densa, desarrolla los siguientes aspectos: «Seminario, rectorado y tensión», «El sacerdote Rutilio Grande», «Eduardo Pironio», «Martirio de Monseñor Romero», «El episcopado llega a su vida», «Asesinato de los padres jesuitas de la UCA», «Acuerdos de paz en Chapultepec». Reconoce el cardenal que en su rectorado identifica «un grupo de seminaristas muy politizados y radicalizados» (p. 52). Se dan claves de lectura para comprender a San Romero en el martirio del beato Rutilio Grande y el modo cómo conforma su pensamiento pastoral a partir del pensamiento del cardenal Eduardo Pironio. Lo dice así: «Monseñor Óscar Romero no se entiende sin la figura de cardenal Pironio» (p. 64). Tiene centralidad el martirio de Monseñor Romero y reporta el contenido completo de la homilía del día de su ordenación episcopal, el 17 de febrero de 1982, texto que él considera programático para poder comprender su episcopado (pp. 81-87).
La cuarta parte, también muy densa, desarrolla su transición de obispo a párroco y la posibilidad que tuvo de ser obispo titular de una diócesis. Se trata del proceso canónico de la santidad de Monseñor Romero. Los apartados son los siguientes: «De obispo a párroco», «Candidato arzobispal», «Mons. Romero, la “mala palabra”», «La canonización de Monseñor Romero», «Cronología de Monseñor Romero», «El milagro que abrió las puertas a la canonización del beato Óscar Romero», «Crisis diplomática». Resaltamos en esta parte las diferencias de pensamiento que deja entrever el cardenal con el arzobispo del Opus Dei, monseñor Fernando Sáenz Lacalle y las razones por la que nunca llegó a ser obispo titular de una diócesis: «para el nuncio Manuel Monteiro de Castro [nuncio entre 1990 y 1998] pensaba que yo no debía estar al frente de una diócesis» (p. 116).
La quinta parte se concentra en el proceso de su cardenalato y algunos elementos de actualidad. Los apartados son: «El cardenalato», «Finalmente, ¿quién es usted?», «Abusos en la Iglesia», «Oposición al Papa Francisco». Hay dos preguntas interesantes en esta parte. La primera es «¿para qué fue elegido cardenal» (p. 149). La pregunta se la formula a sí mismo. A su parecer, «mucha gente ha interpretado este nombramiento como una reivindicación de parte del Papa Francisco hacia monseñor Romero» (pp. 146-147). Entonces, el entrevistador formula la segunda pregunta: «¿Quién es usted si por un momento dejamos de mirar a San Óscar Romero?» (p. 155). La segunda pregunta no tiene una respuesta taxativa, pero reconoce: «sigo siendo el mismo desde mis tiempos de seminarista hasta hoy, con distintos escenarios y situaciones, pero no cabe duda que mi encuentro y mi amistad con monseñor Romero me han marcado a fuego» (p. 156).
Finalmente, el texto reporta tres anexos. Se trata de tres discursos: 1. El papel de la Iglesia en la solución de conflictos y la construcción de la paz en Centro América (Maputo, Mozambique, 23 de agosto de 2000); 2. Discurso al recibir el premio Hesse de la paz en Wiesbaden (Alemania, 20 de junio de 1996); 3. ¿Qué nos dice monseñor Óscar Arnulfo Romero al Continente Americano? (Cripta de Catedral, San Salvador, 12 de mayo de 2017). Este último es muy sugerente porque se detiene en dos aspectos. El primero, acerca de si Romero dijo la frase: «Si me matan, resucitaré en el pueblo salvadoreño» y el segundo acerca de su conversión.

Valoración final
El texto se lee bien, tiene un lenguaje accesible, además presenta un formato en letra grande y propone también una serie de imágenes para ilustrar al lector.
Si bien, el género literario es la entrevista, sin embargo, el lector tiene la impresión de que está leyendo las memorias del cardenal Gregorio Rosa Chávez. En el fondo son eso. A lo mejor por ello se siente un poco rígida la batería de preguntas.
Accede el lector a datos de primera mano, proporcionados por uno de los protagonistas de la historia eclesiástica y socio-política de El Salvador.

Citas textuales:
«Al salir a la calle escuché la pólvora festiva en las zonas ricas de la ciudad. Me enteré después que algunos llegaron a decir: “por fin mataron al comunista”» (p. 71).
«Después de su primer año al frente de la arquidiócesis fui a su oficina a felicitarlo por su aniversario y me llevé una gran sorpresa: me informó que debía trasladarse a la parroquia San Francisco, una de las más pobres de la ciudad, como párroco» (p. 104).

lunes, 28 de noviembre de 2022

TESIS SOBRE EL MARTIRIO DEL PADRE NICOLÁS RODRÍGUEZ AGUILAR


Por: Juan Vicente Chopin.

¿Puede el padre Nicolás Rodríguez ser considerado protomártir del martirio moderno en El Salvador?

1.    Por «protomártir» se entiende el primero de los mártires en una serie de cristianos asesinados. Además, se entiende por tal el inicio de una unidad de tradición eclesial que se adhiere al hecho fundante del movimiento cristiano: el martirio de Jesucristo, «el mártir fiel» (Apocalipsis 1,5).

2.    La modernidad del martirio salvadoreño inicia con el advenimiento del Concilio Vaticano II (1962-1965). De hecho, el padre Nicolás Rodríguez fue asesinado el 28 de noviembre de 1970. Por tanto, cronológicamente es el asesinato de un sacerdote más cercano a la culminación del Concilio Vaticano II.

3.    Existe un pronunciamiento oficial por parte del arzobispo José Luis Escobar Alas en el que llama «protomártir salvadoreño y precursor del Profeta Mons. Romero» al sacerdote jesuita y beato Rutilio Grande [Cfr. José Luis Escobar, Segunda Carta Pastoral: “Ustedes También Darán Testimonio. Porque han estado conmigo desde el principio” (12 de marzo de 2017), nn. 14, 23, 33, 35 y en la Introducción]. Dicho pronunciamiento abre el debate en dos sentidos. Primero: si, de facto, el padre Nicolás Aguilar es el primer mártir en el tiempo, entonces cabe preguntarse si también puede serlo “de iure”. En esta línea, el n. 35 de la carta que estamos considerando, el arzobispo introduce una frase que es extraña a la tradición cristiana, llama al padre Nicolás «protomártir del protomártir salvadoreño», con respecto al padre Rutilio Grande. Probablemente, lo mejor sea llamar «protomártir», sin más, al padre Nicolás.  Sin embargo, el arzobispo no duda de que Nicolás es «el primero de los mártires del siglo XX, tanto en El Salvador como en la región centroamericana» (Ibídem.). Segundo: San Oscar Romero no se habría convertido con la muerte del beato Rutilio Grande, sino que su conversión sería fruto de un proceso progresivo, que inicia al ver al padre Nicolás mutilado (noviembre de 1970), puesto que recién nombrado obispo auxiliar fue enviado por Mons. Chávez y González a recoger el cadáver del padre Nicolás; su conversión se consolida en la masacre de campesinos de Tres Calles en Usulután (junio de 1975) y alcanza su auge con el martirio de Rutilio Grande (marzo de 1977).

4.    Los sacerdotes diocesanos, gremio al que pertenecía el padre Nicolás, no lo incluyen en la lista principal de sacerdotes investigados en su reporte. Lo colocan en el anexo n. 1 de su investigación. Su opinión reza así: «El equipo responsable de este libro sobre los mártires diocesanos del conflicto armado en El Salvador, creyó conveniente presentar los rasgos más importantes de la vida, labor pastoral y muerte del P. Nicolás en los ANEXOS, principalmente, por haber tenido lugar en una época bastante distante del resto de los diez mártires estudiados y por haber tenido lugar en un contexto sociopolítico y religioso diferente. Sin embargo, compartimos la opinión de quienes creen encontrar aquí, el inicio de lo que luego se llamaría “persecución sistemática contra la iglesia Católica en El Salvador”» (Walter Guerra – Carlos Mejía – Benito Tobar – Reino Morán – Efraín Villalobos, Testigos de la fe en El Salvador. Nuestros sacerdotes y seminarista diocesanos mártires 1977-1993, Impresos Quijano, San Salvador 2015, p. 266).

5.    Contamos con otro pronunciamiento oficial. En este caso, del obispo de Chalatenango, quien reivindica como lugar primigenio y originario del martirio de los sacerdotes salvadoreños la región de su jurisdicción. Monseñor Oswaldo Escobar retoma el pensamiento del Arzobispo Escobar Alas y propone su tesis: «Podríamos decir entonces, que Chalatenango, es el lugar del primer mártir salvadoreño y a la vez de nuestra área de Centro América» [Tomado de la página oficial de la Diócesis (https://m.facebook.com/permalink.php?story_fbid=2279489168993931&id=2218129255129923). Véase sobre todo: Oswaldo Escobar Aguilar, Romereando por Chalate. Chalatenango: “¿Qué está pasando allí?, Impresos Quijano, San Salvador 2021].

6.    Es el momento para profundizar en el estudio de la composición y despliegue de la iglesia de los mártires en El Salvador y sacar todas las consecuencias que ello supone.

martes, 15 de noviembre de 2022

EL MUNDIAL DE QATAR Y EL CONSUMO DE LA TIERRA

 

Por: Pbro. Ramon Lara
(Estudiante de Doctorado, Lovaina)

Un pequeño país, sumamente rico, con apenas 2.5 millones de habitantes, de los cuales sólo 660 mil son ciudadanos, va a ser la sede del mundial que será inaugurado en pocos días. Los catarí han construido de cero seis estadios y remodelado los dos ya existentes. Son recintos extremadamente lujosos y cuentan con alta tecnología ¿Cómo ha podido este pequeño país hacer semejante inversión? ¿Quiénes los han construido en tan poco tiempo? La respuesta es sencilla: los millones y millones de petrodólares y la mano de obra esclavizada del Nepal, India y Bangladesh.
El escándalo no ha podido ser ocultado, aunque a las cadenas internacionales no les ha interesado el tema. Los miles de trabajadores muertos en el proceso aceleradísimo de construcción y las condiciones de explotación laboral ensombrecen ese acontecimiento deportivo. El despilfarro de recurso, porque lo tienen, es más que evidente. La intención del emir catarí es cambiar la imagen de la cultura árabe petrolera actual. Han comprado el escaparate (se sabe que prácticamente compraron el derecho a ser sede del mundial) para mostrarse al mundo.
Han descubierto lo que lastimosamente el fútbol se ha convertido hoy en el nuevo opio del pueblo. Si antes se calificó a la religión como ese sedante de pueblos, ahora lo es el llamado deporte rey. No estoy contra el fútbol como deporte, sino en lo que lo ha convertido la mafia internacional llamada FIFA. Bien lo dicen varios analistas, el mundial de Qatar es una bofetada a la dignidad humana y a la madre tierra, nuestra casa común. ¿Por qué? Porque han hecho gala del poderío económico gracias al dólar de su petróleo y porque aun siendo millonarios no han tenido ningún respeto por la dignidad de los trabajadores.
El mundial de Qatar es un ejemplo del poderío que el paradigma energético actual (centrado en el petróleo) ha otorgado a esa región sentada en yacimientos del carburante. Pero ese paradigma energético, en el que se ha cimentado el capitalismo actual, tiene que ser sustituido. Esa región medio-oriental no sería nada de lo que es hoy, si los líderes mundiales hubieran alcanzado el acuerdo para dar el giro hacia las energías renovables que son amigables con la naturaleza. El paradigma energético basado en el petróleo, y alimentado por el capitalismo consumista, está destruyendo nuestra casa común.
Antes de ver los partidos del mundial, recomiendo darse el tiempo para ver una hermosa película-documental creada por el Movimiento Laudato Si’, y distribuida gratuitamente por Youtube Originals https://www.youtube.com/watch?v=Rps9bs85BII&t=4755s. Ahí podremos ver y reflexionar sobre los verdaderos y serios problemas que deben llamar la atención a todo el mundo. Leamos (veamos) esa “Carta” que el Papa Francisco nos regala, y cuando estemos viendo cómodamente los partidos del mundial de Qatar, ojalá resuene en nuestra mente lo que el petróleo está haciendo y lo que cada uno de nosotros le está permitiendo hacer.
Pensar en lo que la riqueza del petróleo le ha facultado hacer al Emir de Qatar, y compararla con la propuesta del Papa Francisco de hacer “algo” por cambiar “algo” en este mundo, me lleva a elevar mi pensamiento e imaginar la posibilidad de que en cada parroquia, cada pueblo o ciudad, pueda haber un trabajo pastoral con la mística de la Laudato Si’: una seria y decidida pastoral ecológica. Podemos cambiar algo -y mucho- en nuestro ambiente, sobre todo nuestra zona oriental salvadoreña, si tomáramos en serio el tema de la reforestación y la cultura del cuido de nuestra casa común. Que el mundial catarí no nos adormezca, sino que sea despertador para realizar esfuerzos que verdaderamente valgan la pena. Podemos comenzar.

miércoles, 19 de octubre de 2022

MISIÓN, MARTIRIO Y SINODALIDAD (Domund 2022)

1.      EL ORIGEN TEOLÓGICO DE LA MISIÓN. En sentido estricto, la misión es la entrada de Dios en la historia, según lo que dice el Evangelio de San Juan: «Como el padre me envió, también yo os envío» (Jn 20,21). Lo que hacemos en las parroquias y comunidades cristianas en general y que llamamos «apostolado», «acción pastoral», «actividad misionera», etc., no tiene valor en sí mismo, sino en razón de su origen. No es lo que hacemos, sino la razón o causa por la que lo hacemos. En pocas palabras: «En cualquier forma de evangelización el primado es siempre de Dios» (Francisco, Evangelii Gaudium, n. 12).

 

2.       LA IGLESIA, SUJETO HISTÓRICO-ECLESIAL DE LA MISIÓN. La existencia de la Iglesia se explica y justifica, entonces, desde la misión, en tanto que «la identidad de la Iglesia es evangelizar» (Domund 2022). El Papa Pablo VI así lo ve: «Evangelizar constituye, en efecto, la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda. Ella existe para evangelizar» (Evangelii Nuntiandi, n. 14).

 

3.      LA MISIÓN ES UNA SOLA, PERO DIVERSIFICADA Y CONTEXTUALIZADA. «Las diferencias en cuanto a la actividad dentro de esta misión de la Iglesia, nacen no de razones intrínsecas a la misión misma, sino de las diversas circunstancias en las que ésta se desarrolla. Se pueden distinguir tres situaciones» (Juan Pablo II, Redemptoris Missio, n. 33): 1) La actividad pastoral que se realiza con los bautizados que normalmente frecuentan la iglesia. Es la que se da entre un bautizado practicante y otro bautizado practicante.  2) La nueva evangelización, es decir, el proceso evangelizador orientado a los bautizados alejados. Se da entre un bautizado practicante y un bautizado no practicante. 3) La misión ad gentes, es decir, la evangelización dirigida a las personas no bautizadas. Es la que se da ente un bautizado practicante y un no bautizado. Las tres son importantes, pero la que tiene prioridad es la tercera.

 

4.      MISIÓN EN CLAVE SINODAL. La sinodalidad tiene que ver con el modo cómo se realiza la misión. En este caso, Rutilio Grande es propuesto como modelo por el Papa Francisco: «En estos momentos en los que estamos llamados a reflexionar sobre la sinodalidad de la Iglesia, tenemos en estos mártires el mejor ejemplo de este «caminar juntos», pues el padre Grande fue martirizado mientras “caminaba hacia su pueblo”. Eso es lo que cada uno de ustedes, obispos, sacerdotes y agentes pastorales, piden hoy al Señor, ser como ese “sacerdote —Rutilio— con sus campesinos —los beatos Manuel y Nelson—, siempre de camino hacia su pueblo para identificarse con ellos, para vivir con ellos”» (Francisco, Mensaje a los peregrinos salvadoreños, 14.10.2022).

 

5.      MARTIRIO Y MISIÓN. En este binomio la prioridad la tiene la misión, aunque didáctica y literariamente suene mejor como está escrita. La misión es primero porque Dios se comunica primero por medio del proceso de la creación y culmina con el proceso de la redención (encarnación, pasión, muerte y resurrección). El martirio es el quicio o la «bisagra» que propicia el encuentro entre la libertad de Dios y la libertad del hombre. En este encuentro fecundo el concepto clave e ineludible es «testimonio», magníficamente estructurado entre Lucas y Juan. Lucas lo presenta así: «Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis TESTIGOS en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra» (Hechos 1,8). En Juan se expresa así: «Cuando venga el Paráclito, que yo os enviaré de junto al Padre, el Espíritu de la verdad, que procede, él dará TESTIMONIO de mí. Pero también vosotros daréis TESTIMONIO, porque estáis conmigo desde el principio» (Juan 15,26-27). Si las palabras «testigo» y «testimonio» las escribiéramos en su lengua original, en griego, entonces diría «mártir» y «martirio». Así se explica que el Apocalipsis llame a Jesús «el MÁRTIR fiel, el primogénito de entre los muertos» (Apocalipsis 1,5).

CONCLUSIÓN. Si bien el Papa compara a los mártires con piedras preciosas ―rubíes―, en el proceso de construcción de la Iglesia en fidelidad a Cristo, «piedra viva» (cfr. 1Pe 2,4-5). También es cierto, que quien utiliza a los mártires para exaltarse a sí mismo, hace de ellos para su propia ruina «piedra de tropiezo y roca de escándalo», porque «no creen en la Palabra» (1Pe 2,8). Pero, los verdaderos discípulos no olvidan la recomendación de Jesús: «No deis a los perros lo que es santo, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen con sus patas, y después, volviéndose, os despedacen» (Mateo 7,6). La misión, vista desde los discípulos, consiste en abrirle un espacio en la historia a la acción de Dios en el Espíritu, bajo el ejemplo de Jesucristo.  

Los procesos de independencia de Centroamérica (Reseña).

 




RESEÑA

Adolfo Bonilla Bonilla, Los procesos de independencia de Centroamérica. Una interpretación de sus proyectos en el Bicentenario, Ministerio de Educación, San Salvador 2021.

ISBN: 978-99983-56-13-9 / 978-99983-56-14-6.

253 páginas.

 

Adolfo BONILLA BONILLA nació en San Vicente, El Salvador en 1955. Graduado de Máster en Artes por la Universidad de LondresInglaterra en 1999. Realizó un Doctorado en Filosofía Política en la Universidad de Manchester, Inglaterra en 1996, y estudios posdoctorales en la Universidad de Johns Hopkins en BaltimoreMarylandEstados Unidos en 1998.

El texto se publica en el marco de la celebración de los 200 años del proceso de independencia de España en el área centroamericana.

La tesis central del libro consiste en presentar de forma más actualizada y enriquecida, con nuevas fuentes documentales y nuevos conceptos, una crítica a la historia de las ideas políticas basada en la dicotomía servil-liberal y la presentación de una nueva clasificación de ideas políticas, de la cual resulta una nueva historia política e interpretación de los procesos de independencia, donde la independencia se presenta como ilustrada, liberal y republicana.

La obra se estructura en cuatro capítulos y la conclusión. El primer capítulo (Las ideas de la Ilustración y su influencia en los procesos y proyectos de independencia) analiza la influencia de las ideas ilustradas en los procesos de independencia. «Esta sección es importante para comprender la filosofía política detrás de los proyectos de modernización del Imperio español» (p. 23). Se desarrollan dos grandes variantes: el absolutismo ilustrado y la ilustración constitucional.  

El segundo capítulo (Proyectos de independencia y constituciones en el ámbito americano) «se presentan casos notables de proyectos de independencias y sus procesos y propuestas constitucionales para ilustrar lo complicado que fue tomar decisiones sobre esos temas. Se analizan las propuestas del conde de Aranda, luego las de los venezolanos Francisco de Miranda y Simón Bolívar, la de los guatemaltecos José María Peinado y Antonio García Redondo, y finalmente la propuesta de proyecto de canal interoceánico en Nicaragua, presentada en 1826 por José Cecilio del Valle al congreso de la república federal de Centroamérica, que aborda el tema de la independencia y la economía» (p. 35-36).

El tercer capítulo (El fin del antiguo régimen hispano, la Constitución española de 1812 y su relación con los procesos de independencia en Centroamérica), el más extenso, «analiza el esfuerzo de creación del Estado moderno desde la invasión napoleónica a España hasta la redacción de la Constitución española de 1812 y su puesta en práctica. Ello incluye el proceso de las cortes de Cádiz, la revolución liberal española y el fin del antiguo régimen, la Constitución española de 1812 y su implementación en Centroamérica. En ese contexto se analiza el “primer grito de independencia” del 5 de noviembre de 1811 en San Salvador y el levantamiento en dicha ciudad del 24 de enero de 1814» (p. 21). Digno de mención es el análisis que hace el autor del artículo 18 de la Constitución de Cádiz: «A este artículo no se le ha dado la importancia que merece, ya que representa quizá el cambio más radical de la época en materia de definición de la nación, la ciudadanía política y los derechos individuales. Por este decreto, el indígena pasó de indígena conquistado marginado y segregado en los pueblos de indios, sometido, a pagar tributo y a trabajos forzados, a ser parte de la nación española, a ser parte de la configuración de la soberanía nacional o popular, a gozar de ciudadanía política» (p. 79). El otro elemento es la explicación de cómo surge la tradición del primer grito de independencia (pp. 92-96). El tercer aspecto a resaltar de este capítulo es el análisis que el autor hace de la obra de Alejandro Dagoberto Marroquín. Por ejemplo, Bonilla sostiene que, «Marroquín en su narración no está presentando al líder histórico Pedro Pablo Castillo, sino que está construyendo al personaje ideal revolucionario, que él imagina con perfectos atributos que el mismo Castillo no tenía, para su propósito de crear un personaje histórico revolucionario con orígenes populares que sea útil políticamente a la revolución que se estaba gestando en la década de 1960 en El Salvador. Es lo mismo que están haciendo Jorge Arias Gómez y Roque Dalton» (pp. 129-130). Finalmente, intenta recuperar la figura de José Cecilio del Valle, a quien considera «una figura controversial, [pero] considerado como la personalidad más importante en la Ilustración centroamericana. Su brillante carrera fue oscurecida por su apoyo a la monarquía absoluta durante el hostil período de Bustamante, en 1814-1818» (p. 149).

El cuarto capítulo (La independencia centroamericana de España, la anexión al Imperio mexicano y la independencia centroamericana de México, 1820-1823) «analiza el restablecimiento de la Constitución de Cádiz en 1820, el debate electoral de 1820 y la adopción en Centroamérica de la clasificación de las ideas servil-liberal, la independencia de España el 15 de septiembre de 1821, la anexión al Imperio mexicano del 5 de enero de 1822, la resistencia de la provincia de San Salvador a la anexión a México y la independencia de Centroamérica con relación a México el 1 de julio de 1823» (p. 21). Uno de los aportes más notables en este capítulo es aclarar la confusión terminológica e histórica que ha provocado la introducción del binomio servil-liberal por Barrundia en El Editor Constitucional, número 1 y 3, del 2 de agosto de 1820. Así, sostiene Bonilla: «la definición de servil de Barrundia no tiene nada que ver con el pensamiento conservador y que por ello fue un error usarlas como sinónimos de la manera que se hizo a finales del siglo XIX» (p. 168). Además: «Mi contribución consiste en mostrar que la postura exclusivista de Barrundia quedó claramente establecida en el debate electoral de 1820 y está directamente ligado a su lectura e influencia de Rousseau» (p. 173). Destacamos también la recuperación que hace, en sintonía con Mario Vásquez Olivera, del «prócer olvidado», un tal «fray Tasajo»; se trata de Rafael Castillo, «un fraile agustino veterano de las luchas de Miguel Hidalgo que decidió luchar en las filas republicanas de San Salvador y lo hizo de manera brillante» (p. 213). Finalmente, un tema que interesa a los historiadores es el cisma formal en que incurrió José Matías Delgado, ante la creación del obispado de San salvador el 30 de marzo de 1822. Destaca en este punto el estudio realizado por Luis Ernesto Ayala Benítez.

Adolfo Bonilla nos proporciona una sugerente conclusión. Por una parte, confirma su tesis: «que nuestros procesos de independencia estaban guiados por la revolución ilustrada que transcurrió dentro de los parámetros del absolutismo ilustrado, el liberalismo y el republicanismo. Por tanto, nuestra independencia fue ilustrada, liberal y republicana. Una independencia conservadora no tenía lugar en razón de que, en Centroamérica, por el peso avasallador de la Ilustración y por la estructura social, no se desarrolló el pensamiento conservador» (p. 231). Por otra parte, propone un método para retomar estas investigaciones, que en términos generales consiste en «separar las interpretaciones y comentarios sobre las independencias que se hicieron en la época de la independencia, de las que se hicieron a partir de la segunda mitad del siglo XIX y siglo XX» (p. 232). De hecho, sugiere una serie de fuentes y referencias que a su juicio son indispensables para tal cometido.

La obra de Adolfo Bonilla va más allá de la lectura fáctica de los acontecimientos históricos. Su lectura razonada de las ideas filosóficas que sustentan los hechos históricos le da al texto un enfoque interesante, respecto de los manuales tradicionales de historia. Cabe preguntarse si su propuesta de leer los procesos de independencia en Centroamérica a partir de la modernidad ilustrada pueda equilibrar la invención de tradiciones que normalmente encontramos en el proceso de creación de las naciones centroamericanas.

viernes, 14 de octubre de 2022

LOS MÁRTIRES «UN DON GRATUITO DEL SEÑOR» En el 4º aniversario de la canonización de San Óscar Arnulfo Romero


14.10.2022

Por: Juan V. Chopin
Foto: Bogran Almendares.

El Papa Francisco, dirigiéndose a la delegación de salvadoreños en la Sala Clementina, Ciudad del Vaticano (Roma), el 14 de octubre del corriente año, citando al beato Cosme Spessotto dice que «los mártires son “un don gratuito del Señor”».

Las palabras del Papa se enmarcan en la conmemoración del cuarto aniversario de la canonización de Monseñor Romero y de la reciente beatificación de los sacerdotes Rutilio Grande y Cosme Spessotto, y de los laicos Nelson Lemus y Manuel Solórzano.

Para esta reflexión me apoyaré en el discurso que compartió con la delegación salvadoreña el día de ayer y lo complementaré con el mensaje que el Papa impartió a los obispos centroamericanos el 24 de enero de 2019, con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud, realizada en Panamá.

1. Los mártires, «perlas preciosas» de la Iglesia

Lo primero que llama la atención es el modo cómo el Papa ve a los mártires, es decir: como «rubíes bordados en el manto inconsútil [sin costura] de Jesús». La frase evoca la pasión de Cristo, la túnica sin costura de Jesús, el Mártir primordial (cf. Jn 19, 23-24; Ap 1, 5). Muestra así el Papa a su auditorio, con una sutileza encomiable, que hasta el verdugo más cruel sabe apreciar el valor de las cosas. Y el salmo se nos hace patente: «se han repartido mis vestidos, han echado a suertes mi túnica» (Sal 22,19). Estamos ante el manto sin costura del martirio. El único que puede abrigar correctamente el frío de la iglesia sufriente y la tisis de la iglesia indolente.

Las gotas de sangre derramadas por Jesús y por sus mártires «son joyas preciosas», nos dice el Papa, desde su mística del martirio. Pero es también la mística de la cruz, a la manera como la entendía Pablo, como una dialéctica que enfrenta la presunción ―«si alguno se imagina ser algo, no siendo nada, se engaña a sí mismo» (Ga 6,3)― y la donación total ―« ¡Dios me libre gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo¡ » (Ga 6,14)―. Ver a los mártires como algo que me da prestigio y no discernir la profundidad de su legado es caer en la insensatez del que: «atesora riqueza para sí, y no se enriquece en orden a Dios» (Lc 12,21).

El tesoro de los mártires pierde brillo, cuando se les exalta, pero no se le promueve efectivamente. Es lo que lamentaba el profeta Isaías: «me han honrado con sus labios, mientras que su corazón está lejos de mí» (Is 29,13). El Papa no quiere eso y considera que Dios es: «quien nos los presenta ahora para nuestra edificación y como camino a seguir, porque los problemas no terminaron, la lucha por la justicia y por el amor de los pueblos sigue». Lacónicamente sentencia: «son un regalo para nuestra edificación». Por tanto, su legado: «puede y debe ser profundizado en nuestras comunidades», insiste el Papa.

2. Los mártires, «piedra de tropiezo»

No es común que un Papa exprese públicamente su aprecio por un mártir, a menos que ello le palpite en su corazón. Así, Francisco no tiene empacho en reconocer: «Yo sentí mucho la vida de estos mártires, la viví mucho, viví el conflicto de pro y contra. Y es una devoción personal: a la entrada de mi estudio tengo un pequeño cuadrito con un pedazo del alba ensangrentada de san Óscar Romero y una catequesis chiquitita de Rutilio Grande, para que me hagan acordar que siempre hay injusticias por las que hay que luchar, y ellos marcaron el camino». Bastaría con que cada uno de nosotros revisara lo que tiene guardado en sus espacios más íntimos para saber quiénes somos.

Esta vez fue benévolo, Su Santidad. En otras condiciones hubiera dicho: «El martirio de Mons. Romero no fue puntual en el momento de su muerte, fue un martirio-testimonio, sufrimiento anterior, persecución anterior, hasta su muerte. Pero también posterior, porque una vez muerto –yo era sacerdote joven y fui testigo de eso– fue difamado, calumniado, ensuciado, o sea que su martirio se continuó incluso por hermanos suyos en el sacerdocio y en el episcopado. No hablo de oídas, he escuchado esas cosas. O sea que es lindo verlo también así: un hombre que sigue siendo mártir. Bueno, ahora ya creo que casi ninguno se atreva pero después de haber dado su vida siguió dándola dejándose azotar por todas esas incomprensiones y calumnias. Solo Dios sabe las historias de las personas y cuántas veces, a personas que ya han dado su vida o que han muerto, se las sigue lapidando con la piedra más dura que existe en el mundo: la lengua.» (03.10.2015).

Y es que los mártires, par quien no los ama, son piedra de tropiezo. Así, para el mezquino, los mártires, como en la novela de Tolkien, son un tesoro para la degustación personal. Sin embargo, el mártir es piedra angular, no para el gusto personal, sino material precioso e indispensable para la edificación de la nueva Iglesia: «Acercándoos a él, piedra viva, desechada por los hombres, pero elegida, preciosa ante Dios, también vosotros, cual piedras vivas, entrad en la construcción de un edificio espiritual, para un sacerdocio santo» (1Pe 2, 4-5). De lo contrario se convierte: «en piedra de tropiezo y roca de escándalo. Tropiezan en ella porque no creen en la Palabra» (1Pe 2, 8).

3. Martirio y sinodalidad

Jesucristo decía que Él era el Camino (cf. Jn 14,6). Con ello proponía el mét-odo(s) para estar en el mundo. Santo Tomás de Aquino, interpretando esto, sostenía que lo importante no es de dónde partimos y a dónde llegamos, sino cómo hicimos para llegar. En este sentido, el Papa propone el pensamiento de Rutilio Grande, como aporte contextualizado para andar el camino: «En estos momentos en los que estamos llamados a reflexionar sobre la sinodalidad de la Iglesia, tenemos en estos mártires el mejor ejemplo de este «caminar juntos», pues el padre Grande fue martirizado mientras “caminaba hacia su pueblo” (cf. San Óscar Romero, Homilía 14 marzo 1977). Eso es lo que cada uno de ustedes, obispos, sacerdotes y agentes pastorales, piden hoy al Señor, ser como ese “sacerdote —Rutilio— con sus campesinos —los beatos Manuel y Nelson—, siempre de camino hacia su pueblo para identificarse con ellos, para vivir con ellos” (cf. ibíd)».

Pero para lograr eso, nos dice el Papa, no es suficiente con «pasear al santo en una imagen de devoción, sino que implica, sobre todo, asumir el testimonio de la fe, la esperanza, el amor que este santo nos dejó en su vida».

4. Martirio y denuncia profética

San Pablo exhortaba: «no os acomodéis al mundo presente» (Rm 12,2). En el sentido de no recorrer el camino más fácil, de estar con el más poderoso, bajo el argumento de estar con los pobres. Ya los evangelistas prevenían: «sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros» (Mt 20,25-26).

Por ello el Papa nos anima: «Y este proyecto de camino, de camino espiritual, de oración, de lucha, a veces tiene que tomar la forma de la denuncia, de la protesta, no política, nunca, evangélica siempre. Mientras haya injusticias, mientras no se escuchen los reclamos justos de la gente, mientras en un país se estén dando signos de no madurez en el camino de plenitud del Pueblo de Dios, ahí tiene que estar nuestra voz contra el mal, contra la tibieza en la Iglesia, contra todo aquello que nos aparta de la dignidad humana y de la predicación del Evangelio». De hecho, el Papa llega a ser mucho más enfático, habla de: «los más pobres, los presos, los que no les alcanza para vivir, los enfermos, los descartados».

5. La kénosis de los mártires hoy

El Papa Francisco dice que la vida y la enseñanza de San Romero «son fuente de inspiración para nuestras Iglesias y, de modo particular, para nosotros obispos. Él también fue mala palabra. Sospechado, excomulgado en los cuchicheos privados de tantos obispos». Pero, sobre todo, nos interesa lo que dice acerca de la genética de la Iglesia centroamericana, en orden a su configuración histórica: «Apelar a la figura de Romero es apelar a la santidad y al carácter profético que vive en el ADN de vuestras Iglesias particulares».

La kénosis sacerdotal va orientada en la línea de un episcopado que está más allá de su funcionalidad ministerial y se ve más en una línea paterna, donde la compasión y la comprensión tienen un puesto central. De tal modo que al exaltar la figura de Monseñor Romero y proponerlo como modelo de pastor, se ponen en cuestión los modos autoritarios y feudales de ejercer el episcopado. El Papa, estaría proponiendo un modelo de pastor en Monseñor Romero, amén también del descrédito que pesa sobre la casta sacerdotal debido a los delitos cometidos por algunos de ellos.

La kénosis pobre aparece más evidente, en cuanto que el Papa Francisco se inscribe en la corriente eclesial que privilegia la expresión de la Iglesia como Iglesia de los pobres y para los pobres (Juan XXIII, Pablo VI). Una Iglesia que toma distancia de los poderes hegemónicos y de los «padrinos» cuyas ayudas a la Iglesia proceden del crimen organizado o de negocios mal habidos en general. Se centra más en la línea testimonial y martirial, que se coloca de la parte de los marginados y comparte su destino, muchas veces hasta la muerte.

6. Conclusión

Al haber inspirado nuestra reflexión en la sangre de los mártires como piedra preciosa y angular de la comunidad crisrtiana, vienen a nuestra mente aquellas enigmáticas palabras: «No deis a los perros lo que es santo, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen con sus patas, y después, volviéndose, os despedacen» (Mt 7, 6).

Romero es esa piedra viva desechada por los arquitectos salvadoreños. Es el primogénito de los muertos salvadoreños.

Al interno de este escenario eclesial recreativo o genético, los pastores deben renunciar al modelo dominador y prepotente, optando por el servicio y la compasión, en el modo como aparecen en la persona de Monseñor Romero. Una nota indispensable en la nueva expresión de la Iglesia salvadoreña es saber escuchar el clamor del pueblo y, al interno de este pueblo, poner atención a los jóvenes y a los pobres; pero no solo por razones sociológicas, en cuanto estos conglomerados sociales constituyen la mayoría de la población, sino por razones teológicas, puesto que en ellos se revela Dios en modo privilegiado. Una nueva primavera misionera es posible en América Central, en tanto en cuanto asumamos el reto planteado por el Papa Francisco en su discurso, sumándonos a la Iglesia profética, pobre y kenótica, inspirada en la sangre de los mártires.

«La Palabra de Dios no está encadenada» (2Tm 2,9).

miércoles, 21 de septiembre de 2022

DUDAS RAZONABLES DE UN CIUDADANO RESPECTO DE LA REELECCIÓN DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE EL SALVADOR


Por: Juan Vicente Chopin

Interesado por el tema de la reelección anunciada por el presidente Nayib Bukele y respaldada por el oficialismo, me dispuse a leer el texto de la Constitución de la República de El Salvador, para analizar el contexto de la decisión del presidente y si dicho texto expresa claramente la posibilidad de la reelección.
Una vez revisado todo el articulado, el texto no afirma, como hace respecto de otros cargos de gobierno, que el presidente pueda reelegirse. Para llegar a esa decisión, el oficialismo ―incluida la actual sala de lo constitucional― ha tenido que interpretar el texto de la Constitución. En concreto, el artículo 152, apartado n. 1.
Planteo, pues, a continuación, una serie de cuestiones que como ciudadano común me surgen respecto del tema en cuestión.

Sección n. 1
El Art. 75, en el inciso 4, afirma que «PIERDEN LOS DERECHOS DE CIUDADANO: LOS QUE SUSCRIBAN ACTAS, PROCLAMAS O ADHESIONES PARA PROMOVER O APOYAR LA REELECCIÓN O LA CONTINUACIÓN DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, O EMPLEEN MEDIOS DIRECTOS ENCAMINADOS A ESE FIN».
No me genera problema la palabra «REELECCIÓN» en este artículo, sino otra. Y pregunto: ¿Qué quiere decir que perderán sus derechos de ciudadanos los que promuevan LA CONTINUIDAD DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA? ¿Qué vamos a entender por CONTINUIDAD DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA?

Sección n. 2
Ahora bien, el Art. 87 dice que: «SE RECONOCE EL DERECHO DEL PUEBLO A LA INSURRECCIÓN, PARA EL SOLO OBJETO DE RESTABLECER EL ORDEN CONSTITUCIONAL ALTERADO POR LA TRANSGRESIÓN DE LAS NORMAS RELATIVAS A LA FORMA DE GOBIERNO O AL SISTEMA POLÍTICO ESTABLECIDOS, O POR GRAVES VIOLACIONES A LOS DERECHOS CONSAGRADOS EN ESTA CONSTITUCIÓN».
Algo de esto ha sucedido en la historia. El último caso registrado es el de Maximiliano Hernández Martínez, quien fue obligado a dimitir de su cargo bajo presión popular.
¿Existen condiciones sociales actualmente para acceder al derecho de insurrección?
Al anunciar el presidente actual que se presentará como candidato a la reelección, y si la reelección es inconstitucional, ¿ha cometido delito al hacer público su propósito? ¿En qué momento se materializa el delito, si lo hubiere?
Los candidatos de los partidos políticos «satélites» que probablemente se presenten en la próxima contienda electoral presidencial para justificar la candidatura de Bukele, ¿estarían cometiendo delito al hacerlo?
Si la candidatura de Bukele a reelección es inconstitucional, ¿los candidatos de la oposición, al participar, cometerían también delito?
En la misma línea, el Art. 88 sostiene que «LA ALTERNABILIDAD EN EL EJERCICIO DE LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA ES INDISPENSABLE PARA EL MANTENIMIENTO DE LA FORMA DE GOBIERNO Y SISTEMA POLÍTICO ESTABLECIDOS. LA VIOLACIÓN DE ESTA NORMA OBLIGA A LA INSURRECCIÓN».
El artículo no especifica cada cuánto ha de darse la alternabilidad, a no ser que dé por supuesto que el período presidencial es de cinco años sin reelección.
Llama también la atención que el artículo «OBLIGA A LA INSURRECCIÓN», es decir, no la está sugiriendo.
Si se formara delito en el caso de la reelección, la Constitución incluso faculta a cualquier ciudadano a capturar al usurpador. Esto lo contempla el Art. 238: «SI EL PRESIDENTE, VICEPRESIDENTE DE LA REPÚBLICA O UN DIPUTADO FUERE SORPRENDIDO EN FLAGRANTE DELITO, DESDE EL DÍA DE SU ELECCIÓN HASTA EL FIN DEL PERÍODO PARA EL QUE FUERON ELEGIDOS, PODRÁN SER DETENIDOS POR CUALQUIER PERSONA O AUTORIDAD, QUIEN ESTARÁ OBLIGADO A PONERLO INMEDIATAMENTE A DISPOSICIÓN DE LA ASAMBLEA».

Sección n. 3
El texto de la Constitución nos permite encontrar artículos en los que se dice claramente cuando un funcionario puede reelegirse. Por ejemplo, el Art. 124: «LOS MIEMBROS DE LA ASAMBLEA SE RENOVARÁN CADA TRES AÑOS Y PODRÁN SER REELEGIDOS». Lo mismo sucede con el Art. 192, cuando dice: «EL FISCAL GENERAL DE LA REPUBLICA, EL PROCURADOR GENERAL DE LA REPUBLICA Y EL PROCURADOR PARA LA DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS… DURARAN TRES AÑOS EN EL EJERCICIO DE SUS CARGOS Y PODRAN SER REELEGIDOS». Finalmente, el Art. 202, hablando de los miembros de los Concejos Municipales: «SERÁN ELEGIDOS PARA UN PERÍODO DE TRES AÑOS, PODRÁN SER REELEGIDOS».
Entonces, ¿por qué no dice lo mismo del presidente de la república en un modo claro y contundente? Para que no surjan dudas, considerando la importancia del cargo.

Sección n. 4
Llegamos, así, al artículo más esgrimido para defender la reelección. Se trata del Art. 152, parágrafo 1: «NO PODRÁN SER CANDIDATOS A PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA: EL QUE HAYA DESEMPEÑADO LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA POR MÁS DE SEIS MESES, CONSECUTIVOS O NO, DURANTE EL PERÍODO INMEDIATO ANTERIOR, O DENTRO DE LOS ÚLTIMOS SEIS MESES ANTERIORES AL INICIO DEL PERÍODO PRESIDENCIAL».
Vamos por partes:
a) No se discute si el presidente Bukele ha estado por seis meses consecutivos en el gobierno. Eso es obvio.
b) La manzana de la discordia es la frase: «DURANTE EL PERÍODO INMEDIATO ANTERIOR». Para responder a la pregunta ¿Qué se entiende por PERÍODO INMEDIATO ANTERIOR? Se ha recurrido incluso al Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. El oficialismo sostiene que la expresión se refiere al período de Sánchez Cerén (2014-2019); que el quinquenio actual es el de Bukele (2019-2024) y que el próximo va del 2024 al 2029. Las voces contrarias sostienen que «EL PERÍODO INMEDIATO ANTERIOR» es el de Bukele. ¿Cuál es el punto de referencia para establecer a qué período se refiere? El sentido común dice que, si el punto de referencia es la próxima elección, entonces el «INMEDIATO ANTERIOR» es el de Bukele.
c) Pero, lo de la frase polémica es un distractor. El asunto se aclarará si Bukele renuncia seis meses antes de terminar su gestión. Si hace eso, va al encuentro del Art. 154, que dice: «EL PERÍODO PRESIDENCIAL SERÁ DE CINCO AÑOS Y COMENZARÁ Y TERMINARÁ EL DÍA PRIMERO DE JUNIO, SIN QUE LA PERSONA QUE HAYA EJERCIDO LA PRESIDENCIA PUEDA CONTINUAR EN SUS FUNCIONES NI UN DÍA MÁS». Este artículo no dice que la presidencia deba durar cuatro años y medio, como propugna la cábala oficialista. Dice clara y reiteradamente: «EL PERÍODO PRESIDENCIAL SERÁ DE CINCO AÑOS Y COMENZARÁ Y TERMINARÁ EL DÍA PRIMERO DE JUNIO». Y, en definitiva, ¿qué quiere decir «QUE LA PERSONA QUE HAYA EJERCIDO LA PRESIDENCIA [NO] PUEDA CONTINUAR EN SUS FUNCIONES NI UN DÍA MÁS»? Así, la expresión «NI UN DÍA MÁS» se torna odiosa para quien quiera perpetuarse en el poder.

Sección n. 5
Consideremos, finalmente, la posible renuncia de Bukele, seis meses antes de terminar los cinco años a que lo obliga el artículo 154. Aquí lo primero es resolver lo que dice Art. 156: «LOS CARGOS DE PRESIDENTE Y DE VICEPRESIDENTE DE LA REPÚBLICA Y LOS DE DESIGNADOS SOLAMENTE SON RENUNCIABLES POR CAUSA GRAVE DEBIDAMENTE COMPROBADA, QUE CALIFICARÁ LA ASAMBLEA». Pregunta fundamental: ¿Cuál es la «CAUSA GRAVE» por la que renunciaría el presidente? ¿No hay premeditación y dolo en su anuncio de postularse a la reelección? Por supuesto que los diputados oficialistas estarían dispuestos a pasar por alto este artículo.
Si se acepta que la reelección es inconstitucional, aquello que dice el Art. 131, numeral 16, es decir, «CORRESPONDE A LA ASAMBLEA LEGISLATIVA: DESCONOCER OBLIGATORIAMENTE AL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA O AL QUE HAGA SUS VECES CUANDO TERMINADO SU PERÍODO CONSTITUCIONAL CONTINÚE EN EL EJERCICIO DEL CARGO», ¿será cumplido por los diputados oficialistas? La misma pregunta hágase respecto del Art. 236, que dice: «EL PRESIDENTE Y VICEPRESIDENTE DE LA REPUBLICA, [Y LOS RESTANTES CARGOS IMPORTANTES DEL GOBIERNO] RESPONDERAN ANTE LA ASAMBLEA LEGISLATIVA POR LOS DELITOS OFICIALES Y COMUNES QUE COMETAN».
Y para evitar toda esta discusión, considerando que este gobierno tiene copados todos los poderes, ¿no era más fácil reformar la constitución?
Claro, lo que sucede es que hay que «cumplir» la Constitución que dice: «LA REFORMA DE ESTA CONSTITUCIÓN PODRÁ ACORDARSE POR LA ASAMBLEA LEGISLATIVA, CON EL VOTO DE LA MITAD MÁS UNO DE LOS DIPUTADOS ELECTOS. PARA QUE TAL REFORMA PUEDA DECRETARSE DEBERÁ SER RATIFICADA POR LA SIGUIENTE ASAMBLEA LEGISLATIVA CON EL VOTO DE LOS DOS TERCIOS DE LOS DIPUTADOS ELECTOS» (Art. 248). Se entiende: en tanto tiempo, pueden suceder muchas cosas.
Por lo que parece, la reelección se va a dar, pero no porque el texto de la Constitución lo faculte claramente.

LA UNIVERSIDAD DONDE TRABAJO EN EL SALVADOR

LA UNIVERSIDAD DONDE ESTUDIE Y DONDE INICIE LA DOCENCIA

Seguidores