lunes, 18 de julio de 2011

FUNDAMENTO ANTROPOLÓGICO DE LA MISIÓN















Introducción
La correlación de los términos antropología y misión implicados en el tema en estudio obliga a tener claro su valor específico y la relación que se pueda establecer entre ambos.
I. PRESUPUESTO INMEDIATO DE LA RELACIÓN ANTROPOLOGÍA Y MISIÓN
1. La misión, entendida como esencia de la Iglesia, refiere su origen al misterio de la Trinidad (AG 2).
2. El punto de correlación entre antropología y misión se debe encontrar, entonces, en esa referencia a la Trinidad.
3. ¿Cuál es el mejor punto de contacto entre lo humano y lo divino, que al mismo tiempo vincule el anthropos al theos?
4. Parece evidente que el punto de contacto es el misterio de la encarnación de Jesucristo: Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros (Jn 1,14).
4.4. Al decir carne se hace tangible el Dios lejano del AT. La misión cristiana, que es específica del NT, introduce la cuestión de la entrada personal de Dios en la historia. Ello trae como consecuencia existencial la Kenosis, es decir, la libre entrada de Dios en la historia.
4.5. Por tanto, de antropología de la misión sólo es posible hablar a partir del sentido que Jesús le dé a su paso por este mundo. La vida de Jesús nos ofrece los principios fundamentales de interpretación de la antropología cristiana.
II. PRESUPUESTO MEDIATO DE LA RELACIÓN ANTROPOLOGÍA Y MISIÓN
5. Y sin embargo, la misión como esencia de la Iglesia (AG 2), se refiere a la Trinidad entera y no solamente a la segunda persona. De modo que una correcta antropología de la misión debería plantearse en qué modo el Padre y el Espíritu Santo participan en la correlación antropología y misión.
6. Para vincular la misión del Padre y del Espíritu Santo con la del Hijo es indispensable partir ―antes del acto de la redención― del acto de la creación: Pues sabemos que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto. Y no sólo ella; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, nosotros mismos gemimos en nuestro interior anhelando el rescate de nuestro cuerpo (Rm 8,22).
7. Pero no solo la creación, como macro-contexto, estable relaciones entre las personas de la Trinidad. Hay otros dos ámbitos que median en la relación antropología y misión. Me refiero a la cultura y a la historia.
7.1. Si el acto de la creación implica en primer lugar a Dios, en cambio la cultura y la historia implican en primer lugar al hombre y la mujer. La primera noción acerca de los cultores del mundo la tenemos en el libro del Génesis: Fue Abel pastor de ovejas y Caín labrador (Gn 3,2).
7.2. El presupuesto remoto de la complejidad de la relación entre antropología y misión, y en último término, entre Dios y el hombre, se da en modo simbólico en la construcción de la primera ciudad, como expresión de la autoafirmación del hombre de frente a Dios, después del pecado: Caín engendra a Henoc. Estaba construyendo una ciudad, y la llamó Henoc, como el nombre de su hijo (Gn 4,17). Naturalmente la máxima expresión de esta tendencia hay que buscarla en Babel, en Sodoma o en Babilonia (¿En New York, en Pekin?).
7.3. El único elemento que permanece intacto es la presencia de Dios en el hombre. Desde el momento que Dios crea a la primera pareja y les concede el estado de ser su imagen, en ese momento se está posibilitando la relación entre Dios y los hombres, por más que dicha relación sea problemática y vaya reclamando una serie de alianzas para restablecer las diferencias. El hombre es primero imago Dei y a partir de ese presupuesto es capax Dei.
III. PASAJES SUGERIDOS PARA FUNDAR ANTROPOLÓGICAMENTE LA MISIÓN
8. La antropología en sentido bíblico.
9. La antropología cristiana.
10. Antropología y misión.
11. La inculturación como ámbito de encuentro entre antropología y misión.
12. Iglesia, cultura y Reino de Dios.

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