lunes, 28 de enero de 2013

LA PAZ EN EL MENSAJE DEL PAPA, AÑO 2013





BENEDICTO XVI
XLVI JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ

Un resumen de lo que compartimos durante la jornada por la paz en Sonsonate, 
el sábado, 26 de enero de 2013.

BIENAVENTURADOS LOS QUE TRABAJAN POR LA PAZ, 
porque serán llamados hijos de Dios (Mt 5,9).

El papa sitúa el tema de la paz. Lo coloca no como algo de poca importancia o algo optativo, sino como una de los pilares que conforman el discurso fundacional de la fe cristiana y de la Iglesia: las Bienaventuranzas. El que quiera ser y llamarse cristiano debe practicar la paz.
Ahora bien, es verdad que el tema de la paz es un principio que puede ser visto desde un punto de vista antropológico-social, como también desde el punto de vista de la fe, es decir, orientado a la trascendencia.
Lo primero, el aspecto antropológico-social, tiene que ver con las mediaciones históricas para que la paz no sea solamente un sentimiento psicológico y afectivo, sino que tenga una efectiva realización en los entornos sociales. Lo segundo, la paz como un don de Dios abierto a la trascendencia, busca que el ejercicio de la misma nos identifique con el Príncipe de la Paz, con Jesús, para que nuestro ejercicio de la paz, no sea sólo admirado por los hombres y mujeres, sino que sea también principio de credibilidad  de la Iglesia.
N. 1.
INTRODUCCIÓN
El papa sitúa el ejercicio de la paz en un marco histórico-eclesial y en solidaridad con la humanidad:
Trascurridos 50 años del Concilio Vaticano II…, es alentador constatar que los cristianos, como Pueblo de Dios en comunión con él y caminando con los hombres, se comprometen en la historia compartiendo las alegrías y esperanzas, las tristezas y angustias, anunciando la salvación de Cristo y promoviendo la paz para todos.
De las causas distorsionadoras de la paz que señala el papa en el n. 1, dos merecen ser resaltadas:
1.- los focos de tensión y contraposición provocados por la creciente desigualdad entre ricos y pobres, por el predominio de una mentalidad egoísta e individualista, que se expresa también en un capitalismo financiero no regulado.
2.- los fundamentalismos y fanatismos que distorsionan la verdadera naturaleza de la religión, llamada a favorecer la comunión y la reconciliación entre los hombres.
Cuando a una persona sencilla se le habla de capital financiero, normalmente no le queda clara esa expresión técnica. Sin embargo, es algo que ya explicó Aristóteles en su libro La Política. El filósofo diferenciaba la economía doméstica, la que sirve para subsanar necesidades vitales, de la economía al minuto, que sirve para comerciar con los excedentes que quedan luego de subsanar las necesidades básicas.
Casi todas las personas, por ejemplo, dicen que el dueño del banco tal es don fulano de tal, cuando, en sentido estricto, el banco es también de las personas que depositan su dinero en el banco, por muy sencillas que sean.
Cuando el papa habla de capitalismo financiero no controlado quiere decir, que los administradores de los bancos, hacen operaciones financieras con nuestro dinero, sin consultarnos y poniendo en riesgo nuestra economía familiar y vital.
El otro elemento, el fundamentalismo y fanatismo religioso, desvirtúan el sentido originario de la religión, siempre que provoque actitudes de intolerancia, de coerción, y, en definitiva, violentas. Cuando una secta evangélica pone a todo volumen sus bocinas en la calle, para obligar a escuchar su sermón a los otros, comete  violencia; pero, también se ejercer violencia, cuando un grupo o movimiento católico considera de segunda categoría a sus hermanos en la fe solo porque no han hecho el retiro de inicio de su propio movimiento.
Y, sin embargo —dice el Papa— las numerosas iniciativas de paz que enriquecen el mundo atestiguan la vocación innata de la humanidad hacia la paz. El deseo de paz es una aspiración esencial de cada hombre, y coincide en cierto modo con el deseo de una vida humana plena, feliz y lograda. En otras palabras, el deseo de paz se corresponde con un principio moral fundamental, a saber, con el derecho y el deber a un desarrollo integral, social, comunitario, que forma parte del diseño de Dios sobre el hombre. El hombre está hecho para la paz, que es un don de Dios.
¿Qué característica vamos a resaltar de la bienaventuranza propuesta por el papa?
La bienaventuranza evangélica
N. 2.
LA PAZ COMO BIENAVENTURANZA
Resaltemos sobre todo su carácter de PROMESA.
Como un niño se afana en hacer su tarea escolar, por amor a la promesa de un dulce, un sorbete, un chocolate, que le hacen sus padres, así también los cristianos se empeñan con todas sus fuerzas en el presente histórico en la construcción de la paz, por amor a la promesa hecha por Jesús.
Ahora bien, nos dice el papa, Las bienaventuranzas… no son meras recomendaciones morales…sino que… más bien en el cumplimiento de una promesa dirigida a todos los que se dejan guiar por las exigencias de la verdad, la justicia y el amor.
La verdad es el equilibrio necesario que toda persona necesita para que la paz se abra paso en su corazón,
La justicia es el camino necesario para quien quiera gozar los frutos de la paz.
El amor hace creíble el comportamiento del hombre justo, porque la misericordia está por encima de lo justo.
El hombre y la mujer que encarnan el valor de la paz están en plena sintonía con Jesús, que es el Príncipe de la Paz.
Una idea medular del mensaje del papa: la paz es al mismo tiempo un don mesiánico y una obra humana. En efecto, la paz presupone un humanismo abierto a la trascendencia.
El lenguaje popular tiene un refrán para expresar esto: «a Dios rogando y con el mazo dando». Es decir, nuestro amor a Dios es creíble, en la medida que en lo histórico seamos testigos de la verdad, de la justicia y del amor.
Por tanto, nos dice el Papa, la paz tiene poco que ver con buenos deseos, está más bien vinculada a un modo de comportamiento, situado en el tiempo y en el espacio, es decir a un ethos socio-cultural concreto: La ética de la paz es ética de la comunión y de la participación.
Ética de la comunión porque el ejercicio de la paz implica ver con responsabilidad a las personas que sufren la injusticia, aunque no sean mis hermanos de fe o mis familiares. La paz, entendida, en modo cristiano, no se funda en la subjetividad individual, sino en la búsqueda del bien común.
Ética de participación, porque el ser humano y en modo particular el cristiano no debe presentarse como un mero espectador del drama humano. Ha de implicarse en primera fila en la construcción de la paz, inspirado en los principios del evangelio.
¿Qué significa participar?
Participar significa estar informados de las causas de donde procede la violencia.
Participar significa organizarse efectivamente para construir la paz.
Participar significa resistir en modo no-violento ante quienes quieren imponer los obscuros intereses de la corrupción.
Participar significa levantarse cada mañana con el firme deseo de hacer efectivo el don de la paz en mi vida y en mi entorno social. Y quien no sienta este deseo no es plenamente cristiano.
El Papa nos dice:
Una condición previa para la paz es el desmantelamiento de la dictadura del relativismo moral y del presupuesto de una moral totalmente autónoma, que cierra las puertas al reconocimiento de la imprescindible ley moral natural inscrita por Dios en la conciencia de cada hombre. La paz es la construcción de la convivencia en términos racionales y morales, apoyándose sobre un fundamento cuya medida no la crea el hombre, sino Dios: « El Señor da fuerza a su pueblo, el Señor bendice a su pueblo con la paz », dice el Salmo 29 (v. 11).
La paz, don de Dios y obra del hombre
N. 3.
Las causas de la violencia:
a)      La falta de armonía entre el don de Dios —que recibimos primero en la creación y que se completa con la libre adhesión de nuestro corazón que nace de la fe— y nuestra libertad. Las personas que rompen esa armonía están condenadas a mentir, y una persona que miente no está en condiciones de construir la paz. Por eso dice el Papa: La paz concierne a la persona humana en su integridad e implica la participación de todo el hombre… Para llegar a ser un auténtico trabajador por la paz, es indispensable cuidar la dimensión trascendente y el diálogo constante con Dios, Padre misericordioso, mediante el cual se implora la redención que su Hijo Unigénito nos ha conquistado. Paz interior con uno mismo, y paz exterior con el prójimo y con toda la creación.

b)      Cometer el mal en modo consciente: el pecado. A la paz social le corresponde negativamente la violencia social. La forma estructurada y organizada de la injusticia, de la corrupción, es la suma de la conciencia de las personas que se dedican a hacer el mal. La paz social es la coordinación intuitiva y sistemática de todas las personas que aman la verdad y la justicia: Así podrá el hombre vencer ese germen de oscuridad y de negación de la paz que es el pecado en todas sus formas: el egoísmo y la violencia, la codicia y el deseo de poder y dominación, la intolerancia, el odio y las estructuras injustas.

c)      La indiferencia ante la violencia. Lo más grave que puede cometer un cristiano es acostumbrarse a la medida que impone el mal. La mediocridad es el caldo de cultivo de la injusticia, que luego se traduce en violencia. Las personas que afrontan su estado de vida cristiana con superficialidad y mediocridad son quienes propician las condiciones para que el mal se pueda difundir. Donde hay personas entregadas en la defensa de la justicia no tiene espacio violencia: La realización de la paz depende en gran medida del reconocimiento de que, en Dios, somos una sola familia humanaLa paz es un orden vivificado e integrado por el amor, capaz de hacer sentir como propias las necesidades y las exigencias del prójimo, de hacer partícipes a los demás de los propios bienes, y de tender a que sea cada vez más difundida en el mundo la comunión de los valores espirituales.
Una frase bonita del Papa:
La paz no es un sueño, 
no es una utopía: la paz es posible.
NOSOTROS, CON LA AYUDA DE DIOS, TENEMOS QUE HACERLA POSIBLE.
Nuestros ojos deben ver con mayor profundidad, bajo la superficie de las apariencias y las manifestaciones, para descubrir una realidad positiva que existe en nuestros corazones, porque todo hombre ha sido creado a imagen de Dios y llamado a crecer, contribuyendo a la construcción de un mundo nuevo.
LA PAZ COMO PRIORIDAD DE LA EVANGELIZACIÓN
Si la realidad en que vive nuestra gente es un entorno violento, entonces la paz en el marco de la evangelización, se torna una necesidad. Predicar en modo superficial y no luchar por  organizar a nuestro pueblo para que construya la paz es un acto de grave irresponsabilidad.
En los entornos violentos la misión cristiana se entiende como resistencia social no-violenta, como organización para una economía solidaria, como meticulosa sistematización de la evangelización, como entrega desinteresada a los pobres, como desconfianza ante el discurso político ideológico de los dominadores:
Precisamente por eso, la Iglesia está convencida de la urgencia de un nuevo anuncio de Jesucristo, el primer y principal factor del desarrollo integral de los pueblos, y también de la paz. En efecto, Jesús es nuestra paz, nuestra justicia, nuestra reconciliación (cf. Ef 2,14; 2Co 5,18). El que trabaja por la paz, según la bienaventuranza de Jesús, es aquel que busca el bien del otro, el bien total del alma y el cuerpo, hoy y mañana.
Los que trabajan por la paz son quienes aman, defienden
y promueven la vida en su integridad
N. 4.
LOS CAMINOS ESPECÍFICOS DE AMOR POR LA PAZ
Amar y promover la paz significa:
·         Amar y respetar la vida: …considerada en sus múltiples aspectos, desde su concepción, en su desarrollo y hasta su fin natural. …en todas sus dimensiones: personal, comunitaria y transcendente. La vida en plenitud es el culmen de la paz. El esfuerzo por la paz, si es honesto, se traduce en más y mejor vida para las personas. Si esto no ocurre es una farsa: Quien quiere la paz no puede tolerar atentados y delitos contra la vida.
Una pregunta del Papa para nosotros:
¿cómo es posible pretender conseguir la paz, el desarrollo integral de los pueblos o la misma salvaguardia del ambiente, sin que sea tutelado el derecho a la vida de los más débiles, empezando por los que aún no han nacido?
·         Defender la familia y el matrimonio: También la estructura natural del matrimonio debe ser reconocida y promovida como la unión de un hombre y una mujer…
El criterio que sigue el Papa no es un criterio confesional o indoctrinador, sino que se sustentan en la racionalidad humana:
Estos principios no son verdades de fe, ni una mera derivación del derecho a la libertad religiosa. Están inscritos en la misma naturaleza humana, se pueden conocer por la razón, y por tanto son comunes a toda la humanidad. La acción de la Iglesia al promoverlos no tiene un carácter confesional, sino que se dirige a todas las personas, prescindiendo de su afiliación religiosa. Esta acción se hace tanto más necesaria cuanto más se niegan o no se comprenden estos principios, lo que es una ofensa a la verdad de la persona humana, una herida grave infringida a la justicia y a la paz.
·         Derecho al trabajo. Esto se debe a que, cada vez más, el trabajo y el justo reconocimiento del estatuto jurídico de los trabajadores no están adecuadamente valorizados, porque el desarrollo económico se hace depender sobre todo de la absoluta libertad de los mercados. El trabajo es considerado una mera variable dependiente de los mecanismos económicos y financieros.
Construir el bien de la paz mediante un nuevo modelo de desarrollo y de economía
N. 5.
NECESIDAD DE UN NUEVO ORDEN ECONÓMICO
… es necesario un nuevo modelo de desarrollo, así como una nueva visión de la economía.
·         Desarrollo integral, solidario y sostenible
·         una conducta recta que reconozca el primado de la dimensión espiritual y la llamada a la consecución del bien común.
·         se necesitan personas, grupos e instituciones que promuevan la vida, favoreciendo la creatividad humana para aprovechar incluso la crisis como una ocasión de discernimiento y un nuevo modelo económico.
·         En concreto, dentro de la actividad económica, el que trabaja por la paz se configura como aquel que instaura con sus colaboradores y compañeros, con los clientes y los usuarios, relaciones de lealtad y de reciprocidad.
·         …por parte de los estados, políticas de desarrollo industrial y agrícola que se preocupen del progreso social y la universalización de un estado de derecho y democrático.
·         Es fundamental e imprescindible, además, la estructuración ética de los mercados monetarios, financieros y comerciales; éstos han de ser estabilizados y mejor coordinados y controlados, de modo que no se cause daño a los más pobres.
La educación a una cultura de la paz:
el papel de la familia y de las instituciones
N. 6.
CULTURA DE PAZ
Promover:
·         …una educación social idónea. La familia es uno de los sujetos sociales indispensables en la realización de una cultura de la paz.
·         La Iglesia se siente partícipe en esta gran responsabilidad a través de la nueva evangelización, que tiene como pilares la conversión a la verdad y al amor de Cristo y, consecuentemente, un nuevo nacimiento espiritual y moral de las personas y las sociedades. El encuentro con Jesucristo plasma a los que trabajan por la paz, comprometiéndoles en la comunión y la superación de la injusticia.
·         Las instituciones culturales, escolares y universitarias desempeñan una misión especial en relación con la paz. …se les pide …renovación de las instituciones públicas, nacionales e internacionales. …contribuir a una reflexión científica que asiente las actividades económicas y financieras en un sólido fundamento antropológico y ético.
·         El mundo actual, particularmente el político, necesita del soporte de un pensamiento nuevo, de una nueva síntesis cultural, para superar tecnicismos y armonizar las múltiples tendencias políticas con vistas al bien común.
Una pedagogía del que trabaja por la paz
N. 7.
PEDAGOGÍA DE LA PAZ
·         …rica vida interior, claros y válidos referentes morales, actitudes y estilos de vida apropiados.
·         …atmósfera de respeto, honestidad y cordialidad.
·         …difusión de una pedagogía del perdón.
·         renunciar a la falsa paz que prometen los ídolos de este mundo y a los peligros que la acompañan; a esta falsa paz que hace las conciencias cada vez más insensibles, que lleva a encerrarse en uno mismo, a una existencia atrofiada, vivida en la indiferencia.
·         la pedagogía de la paz implica acción, compasión, solidaridad, valentía y perseverancia.
CONCLUSIÓN
1.      Los cristianos en El Salvador estamos divididos. La división mata a la misión. Y debilitada la misión cristiana se generan todas las condiciones a los violentos para que puedan ejercer sus prácticas de dominación.
2.      Pasar del sentido de la paz, entendida en modo sentimental, a una paz ejercida como responsabilidad social y ética.
3.      El que cree en Cristo está llamado a promover la paz de aquel que dijo: La paz os dejo la paz os doy. Estamos llamados a pasar de un amor sentimental a la eucaristía a un amor encarnado en formas concretas de justicia y actos de misericordia.

NO SÓLO DESEEMOS QUE VENGA LA PAZ, 
LUCHEMOS PORQUE ESE DESEO TOME CUERPO EN LA HISTORIA 
A PARTIR DE NUESTRA LIBERTAD Y DE NUESTRA FE CRISTIANA.

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