BENEDICTO
XVI
XLVI JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ
XLVI JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ
Un resumen de lo que compartimos durante la jornada por la paz en Sonsonate,
el sábado, 26 de enero de 2013.
BIENAVENTURADOS LOS QUE
TRABAJAN POR LA PAZ,
porque serán
llamados hijos de Dios
(Mt 5,9).
El papa sitúa el tema de
la paz. Lo coloca no como algo de poca importancia o algo optativo, sino como
una de los pilares que conforman el discurso fundacional de la fe cristiana y
de la Iglesia: las Bienaventuranzas. El que quiera ser y llamarse cristiano
debe practicar la paz.
Ahora bien, es verdad
que el tema de la paz es un principio que puede ser visto desde un punto de
vista antropológico-social, como también desde el punto de vista de la fe, es
decir, orientado a la trascendencia.
Lo primero, el aspecto antropológico-social,
tiene que ver con las mediaciones históricas para que la paz no sea solamente
un sentimiento psicológico y afectivo, sino que tenga una efectiva realización
en los entornos sociales. Lo segundo, la paz como un don de Dios abierto a la
trascendencia, busca que el ejercicio de la misma nos identifique con el
Príncipe de la Paz, con Jesús, para que nuestro ejercicio de la paz, no sea
sólo admirado por los hombres y mujeres, sino que sea también principio de
credibilidad de la Iglesia.
N. 1.
INTRODUCCIÓN
El papa sitúa el
ejercicio de la paz en un marco histórico-eclesial y en solidaridad con la
humanidad:
Trascurridos 50 años del Concilio Vaticano II…, es alentador
constatar que los cristianos, como Pueblo de Dios en comunión con él y
caminando con los hombres, se comprometen en la historia compartiendo las
alegrías y esperanzas, las tristezas y angustias, anunciando la salvación de
Cristo y promoviendo la paz para todos.
De las causas distorsionadoras
de la paz que señala el papa en el n. 1, dos merecen ser resaltadas:
1.- los focos de tensión y
contraposición provocados por la creciente desigualdad entre ricos y pobres,
por el predominio de una mentalidad egoísta e individualista, que se expresa
también en un capitalismo financiero no regulado.
2.- los fundamentalismos y
fanatismos que distorsionan la verdadera naturaleza de la religión, llamada a
favorecer la comunión y la reconciliación entre los hombres.
Cuando a una persona
sencilla se le habla de capital
financiero, normalmente no le queda clara esa expresión técnica. Sin
embargo, es algo que ya explicó Aristóteles en su libro La Política. El filósofo diferenciaba la economía doméstica, la que
sirve para subsanar necesidades vitales, de la economía al minuto, que sirve para comerciar con los excedentes que
quedan luego de subsanar las necesidades básicas.
Casi todas las personas,
por ejemplo, dicen que el dueño del banco tal es don fulano de tal, cuando, en
sentido estricto, el banco es también de las personas que depositan su dinero
en el banco, por muy sencillas que sean.
Cuando el papa habla de capitalismo financiero no controlado quiere decir, que los administradores de
los bancos, hacen operaciones financieras con nuestro dinero, sin consultarnos
y poniendo en riesgo nuestra economía familiar y vital.
El otro elemento, el fundamentalismo y fanatismo religioso, desvirtúan el sentido originario de la
religión, siempre que provoque actitudes de intolerancia, de coerción, y, en
definitiva, violentas. Cuando una secta evangélica pone a todo volumen sus
bocinas en la calle, para obligar a escuchar su sermón a los otros, comete violencia; pero, también se ejercer violencia,
cuando un grupo o movimiento católico considera de segunda categoría a sus
hermanos en la fe solo porque no han hecho el retiro de inicio de su propio
movimiento.
Y, sin embargo —dice el Papa— las
numerosas iniciativas de paz que enriquecen el mundo atestiguan la vocación
innata de la humanidad hacia la paz. El deseo de paz es una aspiración esencial
de cada hombre, y coincide en cierto modo con el deseo de una vida humana
plena, feliz y lograda. En otras palabras, el deseo de paz se corresponde con
un principio moral fundamental, a saber, con el derecho y el deber a un
desarrollo integral, social, comunitario, que forma parte del diseño de Dios
sobre el hombre. El hombre está hecho para la paz, que es un don de Dios.
¿Qué característica
vamos a resaltar de la bienaventuranza propuesta por el papa?
La bienaventuranza
evangélica
N. 2.
LA PAZ COMO
BIENAVENTURANZA
Resaltemos sobre todo su
carácter de PROMESA.
Como un niño se afana en
hacer su tarea escolar, por amor a la promesa de un dulce, un sorbete, un
chocolate, que le hacen sus padres, así también los cristianos se empeñan con
todas sus fuerzas en el presente histórico en la construcción de la paz, por
amor a la promesa hecha por Jesús.
Ahora bien, nos dice el
papa, Las bienaventuranzas… no son meras recomendaciones morales…sino
que… más bien en el cumplimiento de una
promesa dirigida a todos los que se dejan guiar por las exigencias de la
verdad, la justicia y el amor.
La verdad es el equilibrio necesario que toda persona necesita para
que la paz se abra paso en su corazón,
La justicia es el camino necesario para quien quiera gozar los frutos
de la paz.
El amor hace creíble el comportamiento del hombre justo, porque la
misericordia está por encima de lo justo.
El hombre y la mujer que
encarnan el valor de la paz están en plena sintonía con Jesús, que es el
Príncipe de la Paz.
Una idea medular del
mensaje del papa: la paz es al mismo
tiempo un don mesiánico y una obra humana. En efecto, la paz presupone un humanismo abierto a la trascendencia.
El lenguaje popular
tiene un refrán para expresar esto: «a Dios rogando y con el mazo dando». Es
decir, nuestro amor a Dios es creíble, en la medida que en lo histórico seamos
testigos de la verdad, de la justicia y del amor.
Por tanto, nos dice el
Papa, la paz tiene poco que ver con buenos deseos, está más bien vinculada a un
modo de comportamiento, situado en el tiempo y en el espacio, es decir a un ethos socio-cultural concreto: La ética de la paz es ética de la comunión y
de la participación.
Ética de la comunión porque el ejercicio de la paz
implica ver con responsabilidad a las personas que sufren la injusticia, aunque
no sean mis hermanos de fe o mis familiares. La paz, entendida, en modo
cristiano, no se funda en la subjetividad individual, sino en la búsqueda del
bien común.
Ética de participación, porque el ser humano y en
modo particular el cristiano no debe presentarse como un mero espectador del
drama humano. Ha de implicarse en primera fila en la construcción de la paz,
inspirado en los principios del evangelio.
¿Qué significa
participar?
Participar significa
estar informados de las causas de donde procede la violencia.
Participar significa
organizarse efectivamente para construir la paz.
Participar significa
resistir en modo no-violento ante quienes quieren imponer los obscuros
intereses de la corrupción.
Participar significa
levantarse cada mañana con el firme deseo de hacer efectivo el don de la paz en
mi vida y en mi entorno social. Y quien no sienta este deseo no es plenamente
cristiano.
El Papa nos dice:
Una condición previa para la paz es el desmantelamiento de la
dictadura del relativismo moral y del presupuesto de una moral totalmente
autónoma, que cierra las puertas al reconocimiento de la imprescindible ley
moral natural inscrita por Dios en la conciencia de cada hombre. La paz es la
construcción de la convivencia en términos racionales y morales, apoyándose
sobre un fundamento cuya medida no la crea el hombre, sino Dios: « El Señor da
fuerza a su pueblo, el Señor bendice a su pueblo con la paz », dice el Salmo 29
(v. 11).
La paz, don de Dios y
obra del hombre
N. 3.
Las causas de la
violencia:
a)
La falta de armonía
entre el don de Dios —que recibimos primero en la creación y que se completa con la
libre adhesión de nuestro corazón que nace de la fe— y nuestra libertad. Las personas que rompen esa armonía están
condenadas a mentir, y una persona que miente no está en condiciones de construir
la paz. Por eso dice el Papa: La paz
concierne a la persona humana en su integridad e implica la participación de
todo el hombre… Para llegar a ser un auténtico trabajador por la paz, es
indispensable cuidar la dimensión trascendente y el diálogo constante con Dios,
Padre misericordioso, mediante el cual se implora la redención que su Hijo
Unigénito nos ha conquistado. Paz
interior con uno mismo, y paz exterior con el prójimo y con toda la creación.
b)
Cometer el mal en modo
consciente: el pecado. A la paz social le corresponde negativamente la violencia
social. La forma estructurada y organizada de la injusticia, de la corrupción,
es la suma de la conciencia de las personas que se dedican a hacer el mal. La
paz social es la coordinación intuitiva y sistemática de todas las personas que
aman la verdad y la justicia: Así podrá
el hombre vencer ese germen de oscuridad y de negación de la paz que es el
pecado en todas sus formas: el egoísmo y la violencia, la codicia y el deseo de
poder y dominación, la intolerancia, el odio y las estructuras injustas.
c)
La indiferencia ante la
violencia. Lo más grave que puede
cometer un cristiano es acostumbrarse a la medida que impone el mal. La
mediocridad es el caldo de cultivo de la injusticia, que luego se traduce en
violencia. Las personas que afrontan su estado de vida cristiana con
superficialidad y mediocridad son quienes propician las condiciones para que el
mal se pueda difundir. Donde hay personas entregadas en la defensa de la
justicia no tiene espacio violencia: La
realización de la paz depende en gran medida del reconocimiento de que, en
Dios, somos una sola familia humana… La
paz es un orden vivificado e integrado por el amor, capaz de hacer sentir como
propias las necesidades y las exigencias del prójimo, de hacer partícipes a los
demás de los propios bienes, y de tender a que sea cada vez más difundida en el
mundo la comunión de los valores espirituales.
Una frase bonita del
Papa:
La paz no es un sueño,
no es una utopía: la paz es posible.
no es una utopía: la paz es posible.
NOSOTROS, CON LA AYUDA
DE DIOS, TENEMOS QUE HACERLA POSIBLE.
Nuestros ojos deben ver con mayor profundidad, bajo la superficie
de las apariencias y las manifestaciones, para descubrir una realidad positiva
que existe en nuestros corazones, porque todo hombre ha sido creado a imagen de
Dios y llamado a crecer, contribuyendo a la construcción de un mundo nuevo.
LA PAZ COMO PRIORIDAD DE
LA EVANGELIZACIÓN
Si la realidad en que
vive nuestra gente es un entorno violento, entonces la paz en el marco de la
evangelización, se torna una necesidad. Predicar en modo superficial y no
luchar por organizar a nuestro pueblo
para que construya la paz es un acto de grave irresponsabilidad.
En los entornos
violentos la misión cristiana se entiende como resistencia social no-violenta,
como organización para una economía solidaria, como meticulosa sistematización
de la evangelización, como entrega desinteresada a los pobres, como
desconfianza ante el discurso político ideológico de los dominadores:
Precisamente por eso, la Iglesia está convencida de la urgencia de
un nuevo anuncio de Jesucristo, el primer y principal factor del desarrollo
integral de los pueblos, y también de la paz. En efecto, Jesús es nuestra paz,
nuestra justicia, nuestra reconciliación (cf. Ef 2,14; 2Co 5,18).
El que trabaja por la paz, según la bienaventuranza de Jesús, es aquel que
busca el bien del otro, el bien total del alma y el cuerpo, hoy y mañana.
Los
que trabajan por la paz son quienes aman, defienden
y promueven la vida en su integridad
y promueven la vida en su integridad
N. 4.
LOS CAMINOS ESPECÍFICOS
DE AMOR POR LA PAZ
Amar y promover la paz
significa:
·
Amar y respetar la vida: …considerada en sus múltiples aspectos, desde su concepción, en su
desarrollo y hasta su fin natural. …en todas sus dimensiones: personal,
comunitaria y transcendente. La vida en plenitud es el culmen de la paz. El
esfuerzo por la paz, si es honesto, se traduce en más y mejor vida para las
personas. Si esto no ocurre es una farsa: Quien quiere la paz no puede tolerar
atentados y delitos contra la vida.
Una pregunta del Papa
para nosotros:
¿cómo es posible pretender conseguir la paz, el desarrollo
integral de los pueblos o la misma salvaguardia del ambiente, sin que sea
tutelado el derecho a la vida de los más débiles, empezando por los que aún no
han nacido?
·
Defender la familia y el
matrimonio: También la estructura natural del matrimonio debe ser reconocida y
promovida como la unión de un hombre y una mujer…
El criterio que sigue el
Papa no es un criterio confesional o indoctrinador, sino que se sustentan en la
racionalidad humana:
Estos principios no son verdades de fe, ni una mera derivación del
derecho a la libertad religiosa. Están inscritos en la misma naturaleza humana,
se pueden conocer por la razón, y por tanto son comunes a toda la humanidad. La
acción de la Iglesia al promoverlos no tiene un carácter confesional, sino que
se dirige a todas las personas, prescindiendo de su afiliación religiosa. Esta
acción se hace tanto más necesaria cuanto más se niegan o no se comprenden
estos principios, lo que es una ofensa a la verdad de la persona humana, una
herida grave infringida a la justicia y a la paz.
·
Derecho al trabajo. Esto se debe a que, cada vez más, el trabajo y el justo reconocimiento
del estatuto jurídico de los trabajadores no están adecuadamente valorizados,
porque el desarrollo económico se hace depender sobre todo de la absoluta
libertad de los mercados. El trabajo es considerado una mera variable
dependiente de los mecanismos económicos y financieros.
Construir
el bien de la paz mediante un nuevo modelo de desarrollo y de economía
N. 5.
NECESIDAD DE UN NUEVO
ORDEN ECONÓMICO
… es necesario un nuevo modelo de desarrollo, así como una nueva
visión de la economía.
·
…Desarrollo integral,
solidario y sostenible…
·
…una conducta recta que
reconozca el primado de la dimensión espiritual y la llamada a la consecución
del bien común.
·
…se necesitan personas,
grupos e instituciones que promuevan la vida, favoreciendo la creatividad
humana para aprovechar incluso la crisis como una ocasión de discernimiento y
un nuevo modelo económico.
·
En concreto, dentro de
la actividad económica, el que trabaja por la paz se configura como aquel que
instaura con sus colaboradores y compañeros, con los clientes y los usuarios,
relaciones de lealtad y de reciprocidad.
·
…por parte de los
estados, políticas de desarrollo industrial y agrícola que se preocupen del
progreso social y la universalización de un estado de derecho y democrático.
·
Es fundamental e
imprescindible, además, la estructuración ética de los mercados monetarios,
financieros y comerciales; éstos han de ser estabilizados y mejor coordinados y
controlados, de modo que no se cause daño a los más pobres.
La
educación a una cultura de la paz:
el papel de la familia y de las instituciones
el papel de la familia y de las instituciones
N. 6.
CULTURA DE PAZ
Promover:
·
…una educación social
idónea. La familia es uno de los sujetos sociales indispensables en la
realización de una cultura de la paz.
·
La Iglesia se siente
partícipe en esta gran responsabilidad a través de la nueva evangelización, que
tiene como pilares la conversión a la verdad y al amor de Cristo y,
consecuentemente, un nuevo nacimiento espiritual y moral de las personas y las
sociedades. El encuentro con Jesucristo plasma a los que trabajan por la paz,
comprometiéndoles en la comunión y la superación de la injusticia.
·
Las instituciones
culturales, escolares y universitarias desempeñan una misión especial en
relación con la paz. …se les pide …renovación de las instituciones públicas,
nacionales e internacionales. …contribuir a una reflexión científica que
asiente las actividades económicas y financieras en un sólido fundamento
antropológico y ético.
·
El mundo actual,
particularmente el político, necesita del soporte de un pensamiento nuevo, de
una nueva síntesis cultural, para superar tecnicismos y armonizar las múltiples
tendencias políticas con vistas al bien común.
Una
pedagogía del que trabaja por la paz
N. 7.
PEDAGOGÍA DE LA PAZ
·
…rica vida interior,
claros y válidos referentes morales, actitudes y estilos de vida apropiados.
·
…atmósfera de respeto,
honestidad y cordialidad.
·
…difusión de una
pedagogía del perdón.
·
…renunciar a la falsa paz
que prometen los ídolos de este mundo y a los peligros que la acompañan; a esta
falsa paz que hace las conciencias cada vez más insensibles, que lleva a
encerrarse en uno mismo, a una existencia atrofiada, vivida en la indiferencia.
·
…la pedagogía de la paz
implica acción, compasión, solidaridad, valentía y perseverancia.
CONCLUSIÓN
1.
Los cristianos en El Salvador estamos divididos. La división mata
a la misión. Y debilitada la misión cristiana se generan todas las condiciones
a los violentos para que puedan ejercer sus prácticas de dominación.
2.
Pasar del sentido de la paz, entendida en modo sentimental, a una
paz ejercida como responsabilidad social y ética.
3.
El que cree en Cristo está llamado a promover la paz de aquel que
dijo: La paz os dejo la paz os doy.
Estamos llamados a pasar de un amor sentimental a la eucaristía a un amor
encarnado en formas concretas de justicia y actos de misericordia.
NO SÓLO DESEEMOS QUE
VENGA LA PAZ,
LUCHEMOS PORQUE ESE DESEO TOME CUERPO EN LA HISTORIA
A PARTIR DE
NUESTRA LIBERTAD Y DE NUESTRA FE CRISTIANA.
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