domingo, 24 de marzo de 2019

XXXIX ANIVERSARIO DEL MARTIRIO DE OSCAR ARNULFO ROMERO. PRIMERA CELEBRACIÓN DESPUÉS DE SU CANONIZACIÓN


Por: Pbro. Juan Vicente Chopin



1.      INTRODUCCIÓN
En el martirio de Monseñor Romero se cumplieron las palabras del Evangelio de San Juan, según las cuales viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios (Juan 16, 2), por cuanto los asesinos de Monseñor Romero creían hacer un bien a la Iglesia ―una Iglesia que solo existía en su ciega ideología― asesinándolo, dado que lo consideraban contaminado de comunismo nacional e internacional. Las cosas han cambiado y ahora Monseñor Romero es santo, por voluntad del pueblo y reconocido por la Iglesia. Este es el primer aniversario de su martirio después de su canonización.
La canonización de Monseñor Romero forma parte de su glorificación. En este sentido, también se han cumplido las palabras del libro de la Sabiduría: Las almas de los justos están en las manos de Dios y ningún tormento podrá alcanzarlos. A los ojos de los insensatos están bien muertos y su partida parece una derrota. Dios los puso a prueba y los encontró dignos de él. Cuando venga Dios a visitarnos, serán luz, semejantes a la centella que corre por entre la maleza. Pero los impíos que menospreciaron al justo y renegaron del Señor serán castigados por sus malas intenciones (3, 1-10).
La reflexión de este 39 aniversario del martirio de San Oscar Romero lo enfocaremos a partir del discurso que el Papa Francisco dio a los obispos centroamericanos, en el marco de la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud (Panamá 2019). El discurso tiene como idea transversal la kenosis, se inspira en el ejemplo de Monseñor Romero y se estructura en tres partes: a. Sentir con la Iglesia; b. Un amor con sabor a pueblo; c. La kenosis de Cristo.
La preocupación del Papa Francisco es eminentemente pastoral y su ideal de pastor está inspirado en el ejemplo de Monseñor Romero, quien afirmaba: No me consideren juez ni enemigo. Soy simplemente el pastor, el hermano, el amigo de este pueblo, que sabe de sus sufrimientos, de sus hambres, de sus angustias; y, en nombre de esas voces, yo levanto mi voz para decir: no idolatren sus riquezas, no las salven de manera que dejen morir de hambre
a los demás; compartir para ser felices (H: 6 enero 1980).

2.      LA IGLESIA PROFÉTICA DE LOS MÁRTIRES. DISCURSO DEL PAPA FRANCISCO A LOS OBISPOS CENTROAMERICANOS, DURANTE LA JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD 2019.

2.1. Resumen de los contenidos
Sentir con la Iglesia (sentire cum ecclesia) resalta la matriz jesuítica de su formación. En este contexto la frase más contundente utilizada por el Papa es la que dice que [nosotros, los obispos] «no hemos inventado la Iglesia, ella no nace con nosotros y seguirá sin nosotros». Entre líneas el Papa da a entender a los obispos que ellos no nos los dueños de la Iglesia. Sentir con la Iglesia define la forma de relación que se da entre Monseñor Romero y la Iglesia. La ama tanto, que está dispuesto a entregar su vida por ser fiel a ella. Su amor a la Iglesia es la forma visible de su amor a Dios.
Un amor con sabor a pueblo. Según el Papa Francisco, «sentir con la Iglesia es para Romero contemplarla como Pueblo de Dios» y de lo que se trata ―nos dice― es de «aprender y escuchar los latidos de su pueblo… hasta respirar y descubrir a través de él la voluntad de Dios… sin dicotomías o falsos antagonismos». Por ello afirma el Papa, retomando el pensamiento de Monseñor Romero: «una Iglesia altanera, una Iglesia llena de orgullo, una Iglesia autosuficiente, no es la Iglesia de la kénosis» (cf. S. Óscar Romero, Homilía, 1 octubre 1978).
Llevar en las entrañas la kénosis de Cristo. En el apartado anterior el Papa, siguiendo el magisterio de Monseñor Romero, habla de una «Iglesia de la kénosis». En seguida explica las características que debe tener esa «Iglesia kenótica» y habla de tres características: joven, sacerdotal y pobre.
Cuando afirma que la kénosis de Cristo es joven, la principal afirmación en este punto es que «los jóvenes son uno de los “lugares teológicos”». Así, los jóvenes no deben ser solamente un sector social al que atender, sino un medio preferido por Dios para revelarse y agrega: los jóvenes «son como termómetro para saber dónde estamos como comunidad y sociedad»; es decir, ellos ponen de manifiesto el estado de salud de nuestras sociedades. Consciente el Papa del momento cultural en que nos encontramos, considera que los jóvenes «en ciertos aspectos, van por delante de los pastores» y son «como un tábano sobre el lomo de un noble caballo», para que no se duerman los pastores. Invita el Papa «a promover programas y centros educativos que sepan acompañar, sostener y potenciar a sus jóvenes». A su juicio, la sociedad ha abandonado a los jóvenes, «así nuestros jóvenes sin hogar, sin familia, sin comunidad, sin pertenencia, quedan a la intemperie del primer estafador». En el contexto de las migraciones masivas, una de las apuestas principales del Papa es el fortalecimiento de las raíces culturales de nuestros pueblos, resaltando la «autoestima cultural» y advirtiendo que nuestros pueblos «no son el “patio trasero” de la sociedad ni de nadie» y que «tienen una historia rica que ha de ser asumida, valorada y alentada». Por tanto, dice, hay que «Acoger, proteger, promover e integrar a los pueblos».
Muy importante lo que dice el Papa acerca de que la kénosis de Cristo es sacerdotal. Resalta la amistad entre Monseñor Romero y Rutilio Grande, poniendo de manifiesto que «Romero no era un administrador de recursos humanos, no gestionaba personas ni organizaciones, Romero sentía con amor de padre, amigo y hermano» y que por ello la muerte de su amigo le impactó en su modo de ejercer su ministerio pastoral. Desde este ejemplo, aboga por un estilo de obispo cercano a sus sacerdotes, hasta llegar a cuestiones muy concretas: «¿Cuánto me afecta la vida de mis curas? ¿Cuánto soy capaz de dejarme impactar por lo que viven, por llorar sus dolores, así como festejar y alegrarme con sus alegrías?». Se trata de una forma empática de ejercer el ministerio episcopal, más allá del funcionalismo y clericalismo eclesial: «es cuestión de impacto y capacidad de que nuestras agendas episcopales tengan espacio para recibir, acompañar y sostener a nuestros curas». En última instancia, dice el Papa, es una cuestión que tiene que ver con el ejercicio de la compasión, que se traduce en tener «la capacidad de escuchar, la capacidad de seguir la salud y vida de nuestros sacerdotes», donde se privilegia «la confianza más que el miedo, la sinceridad más que la hipocresía, el intercambio franco y respetuoso más que el monólogo disciplinador». Esta actitud de compasión llega hasta dar la cara por los sacerdotes, cuando estos se encuentran en dificultades, posibilitando así que los sacerdotes  «perciban en el obispo a un hombre capaz de sacarlos adelante y ser mano tendida cuando están empantanados».
Finalmente, el Papa sostiene que la kénosis de Cristo es pobre. Para el Papa Francisco, «sentir con la Iglesia es sentir con el pueblo fiel, el pueblo sufriente y esperanzador de Dios». Se trata de: «Una Iglesia que no quiere que su fuerza esté —como decía Mons. Romero— en el apoyo de los poderosos o de la política, sino que se desprende con nobleza para caminar únicamente tomada de los brazos del crucificado, que es su verdadera fortaleza».

2.2. Valoración del discurso
La elección de Monseñor Romero por parte del Papa Francisco como modelo para el episcopado centroamericano es una concreción de su deseo de construir una iglesia de los pobres y para los pobres.
El discurso del Papa Francisco a los obispos centroamericanos, en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud (2019), sienta las bases para la recreación de la Iglesia en América Central. Se presenta una Iglesia profética y martirial, aspectos que no son un supuesto o un proyecto, sino un hecho histórico eclesial que fundamenta el estado actual de las comunidades cristianas. Al interno de este escenario eclesial recreativo o genético, los pastores deben renunciar al modelo dominador y prepotente, optando por el servicio y la compasión, en el modo como aparecen en la persona de Monseñor Romero. Una nota indispensable en la nueva expresión de la Iglesia centroamericana es saber escuchar el clamor del pueblo y, al interno de este pueblo, poner atención a los jóvenes y a los pobres; pero no solo por razones sociológicas, en cuanto estos conglomerados sociales constituyen la mayoría de la población del sub-continente, sino por razones teológicas, puesto que en ellos se revela Dios en modo privilegiado. Una nueva primavera misionera es posible en América Central, en tanto en cuanto asumamos el reto planteado por el Papa Francisco en su discurso, sumándonos a la Iglesia profética, pobre y kenótica, inspirada en la sangre de los mártires.

3.      PRONUNCIAMIENTOS

a.       Esclarecimiento del asesinato de Mons. Esta es la primera conmemoración del martirio de Mons. Romero después de su canonización, se cumplen 39 años de su asesinato. Sin duda nos alegramos por tener el primer santo salvadoreño canonizado, pero nos preocupa que el proceso judicial esté estancado. El caso Romero está abierto en el Juzgado Cuarto de Instrucción, lo tiene a cargo el juez Rigoberto Chicas. Es el caso 134/80. El pueblo y la familia de Monseñor Romero tenemos derecho a conocer la verdad. Así como han pasado 39 años sin que se hayan procesado los autores intelectuales y materiales del asesinato de Romero, así el próximo viernes se cumplirá un año del asesinato del padre Walter Osmir Vázquez. Treinta y nueve años y un año, respectivamente, pero la impunidad es la misma. ¡Justicia para el pueblo!
Al respecto, todos estamos al tanto de la comisión ad hoc que se ha creado en la Asamblea Legislativa para cumplir la sentencia de la Sala de lo Constitucional. Dicha comisión estuvo presidida por Rodolfo Parker (PDC) hasta hace poco. Él renunció argumentando que había sido sometido a críticas distorsionadoras y estigmatizadoras relativas al borrador de ley por él presentado, pero hay que decir también que el nombre de este diputado aparece en el Informe de la Comisión de la Verdad, involucrado en el caso del asesinato de los Jesuitas y dos mujeres; en la conclusión número cinco del caso mencionado dice: «Existe plena prueba de que el licenciado Rodolfo Antonio Parker Soto, miembro de la Comisión de Honor, alteró declaraciones para ocultar las responsabilidades de altos oficiales en el asesinato». También forman parte de la comisión Mauricio Ernesto  Vargas (ARENA), Antonio Almendáriz (PCN), Nidia Díaz (FMLN)  y Juan Carlos Mendoza (GANA).
En este tema la primera palabra la deben tener las víctimas y los familiares de las víctimas. Pero ellos no han sido tomados en cuenta en la elaboración de la ley.
El poder legislativo está usurpando el lugar del lesionado o de la víctima, incurriendo en una confiscación o expropiación de la víctima, la elimina del escenario y se proclaman los únicos ofendidos con derecho a reprimir[1]. De este modo el poder político pasa a ser también poder punitivo y a decidir los conflictos, sin contar para nada con la víctima, llegando incluso a afirmar (los victimarios) que las víctimas son ellos[2].  A partir de esta confiscación, el proceso penal (o juicio) deja de ser un procedimiento para resolver un conflicto entre las partes, y se convierte en el acto de poder de un delegado del señor o soberano. Desde que una de la partes –la víctima- salió (o es sacada) del proceso, la sentencia no atiende a su interés, sino al interés del poder. Así, el juez penal deja de ser  el árbitro que garantiza la objetividad y el equilibrio entre las partes, y pasa a ser un funcionario que decide, conforme al interés del soberano[3]. 
Se cumple en estos días la tesis de Jonathan Simon de gobernar mediante el crimen, es decir, administrando el miedo de la población. En este sentido pedimos que ni los jueces, ni los diputados y diputadas se comporten como enemigos del pueblo. Por el contrario, que tomen en cuenta el punto de vista de las víctimas.
Al respecto, que importante sería que se cree un Consejo Nacional de Atención a las Víctimas, para escuchar cuáles son sus demandas, cuáles son sus puntos de vista y no reducir este delicado tema a un monólogo de diputados del poder legislativo.

b.      La Ley de Agua. En este punto nos apoyamos en el magisterio del Papa Francisco, que afirma en su Encíclica Laudato Si’, n. 30: Mientras se deteriora constantemente la calidad del agua disponible, en algunos lugares avanza la tendencia a privatizar este recurso escaso, convertido en mercancía que se regula por las leyes del mercado. En realidad, el acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamental y universal, porque determina la sobrevivencia de las personas, y por lo tanto es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos. Este mundo tiene una grave deuda social con los pobres que no tienen acceso al agua potable, porque eso es negarles el derecho a la vida radicado en su dignidad inalienable. 
En sintonía con el Papa Francisco no estamos de acuerdo con el hecho de que en el ente rector que administre el recurso hídrico esté presente la empresa privada, porque como ha dicho en otra parte el Papa: El afán de poder y de tener no conoce límites. En este sistema, que tiende a fagocitarlo todo en orden a acrecentar beneficios, cualquier cosa que sea frágil, como el medio ambiente, queda indefensa ante los intereses del mercado divinizado, convertidos en regla absoluta (Evangelii Gaudium, 56).
No podemos permitir que la empresa privada forme parte del ente  rector, porque ellos tienden por naturaleza a obtener la mayor cantidad de ganancias con la menor inversión posible y tenderán siempre a verla como una mercancía. Para los capitalistas voraces el agua es sinónimo de dinero, para los pobres, en cambio, es vida. Y nosotros queremos estar con los pobres.
Es verdad que el servicio de agua en muchas partes de El Salvador es deficiente y de mala calidad, pero esa no es razón para que se privatice; en todo caso, siguiendo los cauces legales, debemos exigir que el Estado se tome en serio su obligación de proveer del vital líquido a los salvadoreños.
Tomemos nota, tanto de los diputados y diputadas que quieren privatizar el agua, como de los que quieren introducir una nueva ley de amnistía, porque ellos, haciendo eso se convierten en enemigos del pueblo.

c.       El nuevo gobierno que iniciará el 1 de junio. El pueblo salvadoreño, haciendo uso de las pocas herramientas legales con que cuenta, el pasado 3 de febrero, por enésima vez ha dado su voto de confianza a un candidato que ahora es el presidente electo. Todos sabemos que el pueblo nunca da cheques en blanco a ningún presidente, que la esperanza del pueblo ha sido mancillada reiteradas veces y que está a la expectativa del ejercicio del nuevo gobierno que inicia el 1 de junio.
Ciertamente, hemos entrado a la cuarta revolución industrial: la de las energías renovables y las redes digitales. Sin embargo, hay muchas realidades en nuestro país que esperan ser atendidas de inmediato. Es el tiempo de pasar del twitter a la realidad histórica. Para lograrlo debemos cuidarnos de los efectos negativos de la modernidad líquida, superando el estado del Homo Videns del que habla Giovani Sartori, teledirigido y dominado por la imagen y más bien encaminémonos hacia el hombre vivo aplicando nuestra solidaridad.

d.      Monseñor Romero, paradigma de la nueva sociedad. El Papa Francisco nos ha dicho que apelar a la figura de Romero es apelar a la santidad y al carácter profético que vive en el ADN de vuestras Iglesias particulares (discurso a los obispos de C.A.). Así, inspirarnos en Romero es encontrar en él un punto de vista sólido en medio de tanta liquidez. Escudriñar su legado y buscar las alianzas necesarias para aplicarlo se vuelve un imperativo en estos días.

4.      ASPECTOS VARIOS
a.       Felicitamos a la Asociación de Radiodifusión Participativa de El Salvador (ARPAS) por sus 25 años de trabajo comunitario en favor de las luchas del pueblo.
b.      También en febrero hemos tenido una hermosa recurrencia, los 50 años de las Comunidades Eclesiales de Base. Hago mención especial del padre Pedro Declercq, el padre Rogelio Ponseele, Ludo  van de Velde y tantos hermanos y hermanas que han ofrecido su vida por la construcción del Reino de Dios.
c.       La vicaría Rutilio Grande me pide que haga pública su protesta contra la construcción del proyecto urbanístico Valle El Ángel (del grupo Dueñas) y convocan a la protesta pacífica el próximo martes 26 de marzo, a las 9:00 am., frente al proyecto urbanístico, ahí donde está la imagen de la Virgen, en las cercanías del redondel integración. Además de protestar, es el caso de encontrar los caminos legales para que no se construyan más colonias en la zonas del reservorio de nuestro volcán de San Salvador (Quezaltepeque, Nejapa y Apopa).  Y que no se instalen más las empresas multinacionales y nacionales de refrescos y sodas en esa zona. A propósito, el sueño de los salvadores no tiene nada que ver con el sueño de los dueños de la industria azucarera de este país, que pretenden convertir todas nuestras zonas cultivables en sembradíos de caña de azúcar, ya que eso es rentable para los ricos, pero a la larga, es sinónimo de muerte para los pobres.
d.      Nos unimos en la fe y en la solidaridad a nuestros hermanos de la Iglesia Episcopal Anglicana, por la muerte de su obispo Martín Barahona, un incansable defensor de los derechos humanos y compañero de lucha en la instauración del reino de Dios entre nosotros.

5.      EXHORTACIÓN FINAL
Estimados hermanos, potenciemos el legado de Monseñor Romero. Él sigue vivo en nuestras luchas. Dediquémonos con denuedo por instaurar la justicia en nuestra sociedad. Unamos esfuerzos y construyamos juntos una nueva primavera social y eclesial. ¡Viva Monseñor Romero?¡



[1] Raúl Zaffaroni, La palabra de los muertos. Conferencias de criminología cautelar, Ediar, Buenos Aires 211, 21.
[2] Raúl Zaffaroni, La palabra de los muertos, 49.
[3] Raúl Zaffaroni, La palabra de los muertos, 50.

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